Este hecho marca que se necesite una tabla polivalente, capaz de responder a cada una de las diferentes situaciones que encontraremos. Se trata de tablas con líneas de cotas especialmente pensadas para realizar virajes más cortos; además sus espátulas son más bien grandes con el fin de que no queden bloqueadas en los bancos de nieve. En cuanto a la longitud, a la hora de seleccionarla deberemos tener en cuenta que cuanto mayor sea, más superficie reposará en la nieve y en consecuencia, mayor será su estabilidad.
En relación a las fijaciones, éstas suelen ir algo retrasadas para conseguir una mejor flotabilidad.
Cuando seleccionemos nuestro equipo deberemos tener presente las necesarias ascensiones en la montaña; cualquier peso a mayores nos supondrá más esfuerzo en la subida, lo que sin duda repercutirá también en la calidad de la bajada. Por ello es conveniente buscar el mínimo peso posible.
En cuanto a la ropa, convendrá vestirse por capas: camiseta, polar, mono... todas las prendas deberán estar pensadas para proporcionar confort y una total libertad de movimientos, con la preocupación de liberar los excesos de calor y de humedad que sufre el esquiador.
La vestimenta debe garantizar la óptima protección del esquiador contra el frío, la lluvia y el viento. En este sentido, el uso de fibras resistentes a la abrasión, transpirables y con un alto poder aislante, como es el Gore-Tex ha supuesto un gran avance; hasta tal punto que este material se ha convertido en la segunda piel del esquiador. Ahora bien, debemos ser conscientes de que este material puede llegar a favorecer la hipotermia en caso de que entre esa prenda y la piel solamente dispongamos de una ligera prenda de algodón.
Así a la hora de vestirse, las diferentes capas deberán cumplir las siguientes características:
*Primera Capa: una camiseta que estará en contacto directo con el cuerpo del esquiador. Deberá alejar la transpiración de la piel, manteniéndola seca y caliente.
*Segunda Capa: jerseys y forros polares, elaborados con fibras sintéticas derivadas del teflón expandido y del poliéster, que deberán poseer una gran capacidad aislante y termoreguladora. Esta prenda tiene que abrigarnos pero además debe seguir expulsando la humedad corporal al exterior.
*Tercera Capa: mono, pantalones y anorak; estas ropas suelen estar realizadas en diferentes capas que incorporan una membrana transpirable e impermeable. Debe resguardarnos perfectamente de las inclemencias meteorológicas.
Siempre resulta recomendable llevar algo de ropa extra que deberemos intentar mantener caliente, puesto que, en caso de perdernos (algo demasiado fácil en la montaña), nos ayudará a mantenernos secos y calientes.
Otro elemento fundamental del equipo es la mochila. A pesar de lo que muchos piensan existen diferentes tallas de mochila y resulta fundamental seleccionar el tamaño correcto para cada uno de nosotros; esto servirá para que cada cosa pueda ir en su sitio sin que nos produzca incómodas rozaduras que nos harían sufrir aún más en la subida. Buscaremos un modelo ligero y que se adapte a nuestra estatura.
En esta mochila, transportaremos una serie de elementos fundamentales:
*Botiquín básico de primeros auxilios.
*Transmisor-receptor de avalanchas (ARVA).
*Comida: que deberá ser ligera y al mismo tiempo aportarnos las necesarias proteínas para afrontar el esfuerzo físico que realizamos. En este sentido alimentos como el chocolate, los frutos secos o las barras energéticas son perfectamente adecuados.
*Agua: ya se sabe, más vale que sobre que no que falte.
*Crema solar: imprescindible siempre que estemos sobre la nieve.
*Navaja.
Además, conviene señalar que unos bastones telescópicos pueden sernos de gran ayuda en la subida, puesto que nos ayudarán a mantener el equilibrio y una postura menos forzada para no sobrecargar en exceso la espalda cargando con el equipo.
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