A veces, como en las autopistas, la mejor forma de avanzar es mirando el retrovisor.
Si miramos el retrovisor de los que llamais "mercado inmobiliario de S. Nevada" y que yo llamo desposesión de recursos naturales de s.Nevada por parte del capital acumulativo sin límite, tiene su nacimiento, su desarrollo y esperemos que su fin.
Cuando el Ayuntamiento de Granada a comienzos de los años 60 se planteó hacer una estación de invierno, que no una urbanización, en las cumbres de Sierra Nevada, se adjudicó el proyecto a una empresa con capital granadino llamada Cetursa que iba a ser la encargada de desarrollar en tres fases dicha estación.
La financiación de tan ambicioso proyecto se iba a financiar con la urbanización y venta de parcelas, adjudicándosele lo que hoy es Pradollano al precio de una peseta/m2.
Tuvieron que empezar las obras del hotel Solynieve y del Telesilla Parador y además comenzar a hacer la urbanización, por lo que el capital aportado por los granadinos era insuficiente y apareció el primer buitre inmobiliario por S. N.
Un suizo, representante de una entidad bancaria extrangera, que también planeó y planificó, urbanísticamente hablando por los aledaños del Coto de Doñana.
Cetursa se dedicó a construir mediante una filial llamada O.D.M. ( Obras de Montaña) he hizo el primer bloque: el constelación, luego vinieron los slalom, primavera, etc. Todo el terreno comprendido en un rectángulo cuyos lados más estrechos eran la curva de nivel de la estación de llegada del Telesilla Parador y la plaza de Pradollano, y los más largos, la línea del telesilla por un lado y por otro la perpendicular trazada desde la entrada a la urbanización, pasando por el hotel Nevasol hasta llegar a la altura del telesilla Parador se llenó de unos letreros azules en los que podía leerse en la mayoría de ellas: parcela unifamiliar de 500 m2. Los que seais aficionados a andar por fuera de los caminos de la urbanización, aún podreis verlas, para vergüenza y escarnio de lo que nunca se iba a cumplir.
Costó trabajo que en todas las parcelas se pusiera el letrerito de vendida, y cuando se vendía una de ellas, o algún apartamento de los de Cetursa, el dinero salía en maletas en el Roll Royce del buitre suizo-cetursino camino de ese paraíso de la nieve y del dinero.
NO se reinvirtió ese dinero en remontes ni en mejoras y costó dios y ayuda terminar las inversiones comprometidas, tal fueron los telecabinas de Borregulies y del Veleta y los remontes de Borreguiles.
El Banco de Granada, de capital granadino y que se creó a mediados de los sesenta como banco insdustrial, pensó que sierra nevada era un sitio estupendo para invertir en el negocio de la nieve.Doy fe de ello. El Banco de Granada y sus directivos nunca vieron sierra nevada como un "mercado inmobiliario", sino como un "mercado de la nieve" con mucho futuro.
Pagó por Cetursa más de lo que valía y además se encontraron con que el dinero de la especualción inmobiliaria pura y dura del buitre suizo había volado, por lo que tuvo que poner dinero y más dinero para poder sacar adelante las inversiones en remontes, pistas y demás. Dejó de dedicarse a construir, para dedicarse al negocio de la nieve, disolviendo para ello la empresa filial ODM, aunque no obstante se dedicó a mantener la urbanización pretendiendo subvenir a los gastos de tal tarea mediante el canon de urbanización y pistas que nadie pagaba.
Fué la primera crisis inmobiliaria de Siera Nevada.
Murió Franco, aunque su yerno frecuentaba las cumbres del Penibético y de la Penibética y hubo un alcalde comunista en el Ayuntamiento de Monachil, de esos comunistas al estilo de D. Pepón y D. Camilo, que vió que la cosa inmobiliaria le podía hacer un apaño transfiriendo capitales de los ricos ( Pradollano) a los pobres de abajo ( Monachil) y la "longa mano" de ese municipio que antes sólo era conocido por los Cahorros y las morcillas de Bienvenido, empezó a hacer juegos malabares con las Normas Susidiarias de Planeamiento Urbanístico, casi ná.
Los ediles electos de Monachil empezaron a comer caliente y daba gusto aparecer por "l'Hotel de Ville", al que por cierto echaban abajo y rehacían cada dos por tres, y ver las largas colas para el visado de proyectos y los papeleos propios e impropios de lo que se estaba preparando en ese pradollano que más que prado era baca de ubres generosas y sin agotamiento a la vista.
Las parcelas unifamiliares de 500 m2 se convirtieron en superparcelas como la de Nevada Center que contemplaba la construcción de las cinco partes del mundo en dos años y siete pisos por planta.
La verdad es que esas agrupacios parcelarias, por no llamar carcelarias, que se efectuaban con detrimento de las zonas verdes y de los vecinos con mejor derecho a vistas y demás, sirvieron a Cetursa, propietaria de las parcelas que aún quedaban por vender y de las que no pagaron los que se las compraron al buitre suiza, para levantar, cabeza, pero poco.
NO levantó cabeza la Cetursa del Banco de Granada como no levantaron cabeza ninguno o casi ninguno de los promotores y constructores que se aventuraron en eso que llamais el negocio inmobiliario de Sierra Nevada, y así la "pangea" de Nevada Center se paró en Europa y América y los demás promotores/constructores esquiaban en la sierra acogidos a ese sistema de financiación especial destinado a los ricos que se llama suspensión de pagos.
Fué la segunda crisis inmobiliaria, la de comienzos de los años 70, porque aunque ahora os lleveis las manos a la cabeza, construir en Sierra Nevada es una aventura casi tan peligrosa como bajar la Pista del Río a las cinco de la tarde.
Pero las cosas se fueron manteniendo, porque los bancos financieron a los constructores con la suspensiones de pagos y porque había gente de Madrid y de la Costa del Sol que quería tener su segunda residencia en Sierra Nevada. La oferta aún era pequeña y la demanda la absolbía sin problemas, o por lo menos, sin demaisados problemas.
La estación estuvo a punto de cerrar a comienzos de los años 80 con la crisis del Banco de Granada y posterior adjudicación al Banco Central y sucesivos, y los comerciantes de S. nevada, que veían peligrar sus entonces rentables negocios conectaron con la JUnta de Andalucía.
Tercera crisis inmobiliaria
Se hizo de rogar: aquella famosa frase de Pepote de la Borbolla de "dejad mear a la burra, que también se cansa".
Pero en cuanto la burra, o sea la Junta llegó a Pradollano se puso a mear billetes de los de mil pesetas que era un gusto.
Todo lo compraba al precio que fuera. Los precios empezaron a subir. Incluso en terrenos de esos de los de "parcelas unifamiliares de 500 m2" construyó "viviendas sociales" para los empleados cetursinos que la mayoría de ellos hicieron cash con lucrativo beneficio. NO sólo eso, en connivencia con los presidentes de algún edificio transformaron los bajos comerciales de suntuosos y caros apartamentos en viviendas proletarias, con tendederos de bragas, gayumbos y camisetas en el cuidado jardín de tan magno edifico.
No contenta con eso se dedicó a través de su filial "Promonevada" a "promover" una deuda de más de 3.000 millones de pesetas de los de entonces mediante eso que llamais "el negocio inmobiliario de Sierra Nevada".
Lo primero fué desposeer a los comerciantes de Sierra Nevada de su espacio privilegiado, creando otro al lado y obligándolos a comprar a precios muy elevados sus locales si queríane estar en primera fila. El culpable de todo eso, que me consta que ha leído a Marx, aplicó esos conceptos de desposesión y deslocalización para otpimizar los rendimientos del capital público, cosa que como se ha podido coprobar en los presupuestos de la Junta no fué así.
El siguiente paso fué ponerse de acuerdo con el Ayuntamiento de Monachil, que a esas alturas ya le había cogido gustillo a eso de la recalificación, y en el mayor de los silencios, cambiarle los terrenos de la zona C por esos terrenitos que no valían ná, al lado del río. Poderío, o sea egemonía. Aparcamientos para miles de plazas, viajes a Whistler para copiar de esa estación canadiense el más puro estilo andaluz en la llamada Plaza de Andalucía.
En este caso la unión del poder público con el capital privado para "allanar" problemas, más que unión fué ósmosis.
Se decía que ello era para reinvertirlo en mejorar la estación y financiar el cachondeo de Sierra Nevada 95, del que ahora ya casi nadie se acuerda-por lo abandonada que está la estación-.
A ver si algun estudioso de la economía de Sierra Nevada estudia las tablas imputs/ouptus y sobre todo le sigue la pista al capital tanto público como privado que se ha invertido en la estación de esquí de Sierra Nevada. Alo mejor necesitamos a la policia judicial, no a un economista.
Los de la zona alta de la urbanización, al igual que los comerciantes de Pradollano fueron desposeidos del valor de sus posesiones y sobre todo animados a realizar plus valías para invertir en esa plaza del zoco de la yemahá de Marraquech que es la Plaza de Andalucía.
Subida de precios y especulación inmobiliaria sin freno
Cuarta crisis inmobiliaria, esta vez por exceso de oferta.
Y luego viene "el millón de visitantes" cetursino, los intereses bajos, el crédito fácil, la "tolerancia" de los ediles de Monachil y la entrada de capitales meramente especulativos en negocios que no son necesarios para que la gente esquíe, como el inmobiliario
Los capitales acumulados privados se han marchado con la música a otra parte, los ahorros de los particulares mermados por la disminución del valor de sus adquisiciones. Granada desposeida de un espacio único como lugar de disfrute en la nieve y la montaña.
Capital, egemonía, tasa de beneficio, desposesión, desplazamiento de capitales, apoyo de los poderes públicos para la acumulación del capital,etc.
Puro marxismo.
Y Felipe declarando en Granada que el PSOE ya no era marxista
Miedo me da de que se declaren ahora ecologistas
saludos