Positiva vuelta la que ha dado la historia de Black Mountain, en New Hampshire (Estados Unidos). Hace unas semanas anunciaba que lamentablemente no iba a abrir esta próxima temporada de esquí, y que tampoco sabían si iban a poder hacerlo más. La familia Fichera, quién la gestiona desde los años '90, se ponía a disposición de quién quisiera hacerse cargo de las instalaciones.
Black Mountain era, y por fortuna lo seguirá siendo, una de las estaciones de esquí en funcionamiento ininterrumpido más antiguas de los Estados Unidos. Abrió por primera vez en 1936, prácticamente al mismo tiempo que Sun Valley creaba el concepto de resort en un complejo invernal al inventar el primer telesilla del mundo.
Perder una estación de esquí con tanta historia, que incluso cada año pone en marcha un viejo telesquí de 87 años, aunque sea por un día, era una verdadera lástima. Y así lo debió ver también Erik Mogensen, fundador de Entabeni, la empresa que este pasado mes de marzo compró el Indy Pass.
Se trata de un forfait de temporada lanzado hace unos años con el objetivo de ayudar a las estaciones de esquí pequeñas y gestión independiente, a que pudieran competir contra las grandes corporaciones y sus Epic Pass e Ikon Pass. Indy Pass lo fundó Doug Fish en 2018, y sigue liderando el proyecto, aunque ahora ya bajo el paraguas de Entabesi Systems, que era, y sigue siendo, el proveedor del software de este abono.
Entabeni Systems se fundó casi al mismo tiempo que Indy Pass. Erik Mogensen siempre ha sido un muy fanático del esquí, y su objetivo era implantar los potentes sistemas software de las grandes corporaciones de estaciones de esquí, a los resorts más pequeños. A menudo se lo ofrecía gratis y luego a un coste muy bajo. Poco después ambas empresas comenzaron a trabajar juntas, hasta que el pasado 1 de marzo se anunció la adquisición de una por la otra.
De esta manera estamos antes dos personas que siempre quisieron ser el David que pudiera luchar contra el Goliat de los grandes resorts invernales. Y con ese mismo espíritu, si Mogensen ha tenido la oportunidad de salvar una pequeña estación de esquí en problemas, lo ha hecho.
Erik Mogensen ha puesto al frente de Black Mountain a Andy Shepard, otro viejo conocido de las pequeñas estaciones de esquí en dificultades, con un par de experiencias ya en New England. Ahora el primer objetivo es prepararse para abrir esta próxima temporada de esquí, y buscar un nuevo inversor que se haga cargo de las instalaciones.
Porque su objetivo no es quedarse con este activo, sino ayudar a que encuentra su propia viabilidad económica, y bajo esa misma fórmula, hacer lo mismo con otros pequeños centros invernales que están en similar situación a lo largo de los Estados Unidos por la enorme competencia de las grandes corporaciones.
Black Mt. volverá a abrir en su temporada 88.