Para algunos parece que la solución al consumo energético pasa por detener los sistemas de producción de nieve de las estaciones de esquí pese a que está demostrado que su consumo ya es muy reducido y en la mayoría de casos apenas funcionan más allá de 15 días en total en todo el año.
Pero la facilidad para atacar estos aparatos y el hecho de que estén aislados en un entorno de montaña hace que activistas radicales vean en estos sistemas de producción de nieve un blanco fácil y mediático. En Morzine - Les Gets (Francia) hace unos días se vandalizó algunos innivadores. Ahora en Suiza las autoridades policiales está investigando el posible sabotaje en otras estaciones de esquí.
Más recientemente, durante la noche del 6 al 7 de enero, cuatro cañones de nieve también fueron objeto de actos vandálicos en La Clusaz, de nuevo en Alta Saboya, con martillos y taladros. Según el diario regional francés 'Le Dauphiné libéré', se cortaron las tuberías y se arrancaron los sistemas de control y suministro.
Suiza también registra sabotajes
Las autoridades suizas sospechan que varios casos de sabotaje que han aparecido en estaciones de esquí del país, en las que se vandalizaron cañones de nieve artificial, son obra de activistas climáticos, informa hoy la televisión nacional RTS.
Uno de estos ataques se produjo en las dos últimas noches del año 2022 en la estación de Villars-sur-Ollon, donde dos innivadores fueron inutilizados por desconocidos, y del 2 al 3 de enero se produjo un incidente similar en la contigua zona de esquí de Les Diablerets, donde se ha descubierto vandalizados otros tres aparatos de este tipo y varios cables de alimentación eléctrica.
La policía cantonal de Vaud, la zona afectada y uno de los destinos más populares para los esquiadores en Suiza, investiga unos incidentes que se asemejan a otros ataques sufridos en zonas de montaña de la vecina Francia, entre ellos la de Les Gets y donde en algunos casos han sido reivindicados por el movimiento ecologista global "Extinction Rebellion" (Rebelión contra la Extinción).
Este grupo extremista y anticapitalista acusa al esquí, en un panfleto que han publicado, de ser una
"forma burguesa y ecocida de entretenimiento cuyos excesos deben detenerse en nombre de la emergencia climática.
Mientras las montañas se convierten en el teatro de la megalomanía de los privilegiados, anoche cayeron al suelo los cañones de nieve de varias estaciones. Esto es el principio de una ofensiva, porque ya ves, en las montañas, el ruido hace eco.
Tenemos que proteger la montaña. Por eso castramos los chalés de hormigón y la nieve en canon
Para Laurent Vaucher, director de Téléverbier, prevenir estos actos vandálicos es muy complicado. Significaría poner sistemas de vigilancia, cámaras o agentes. "Si hemos de llegar a esto se volvería inviable".
Por su parte, el científico especializado en la nieve y antiguo investigador del Instituto Federal Suizo de Investigación de Nieve y Avalanchas de Davos Robert Bolognesi, quién además ha escrito varios libros sobre el tema, afirma que el equilibrio ecológico de un cañón de nieve es difícil de determinar.
"Sabemos, sin embargo, que el consumo total de las zonas de esquí representa alrededor del 1% del consumo de los hogares, lo que es relativamente bajo".
Este invierno, inusualmente altas temperaturas han dejado durante semanas sin nieve a la mitad de las estaciones de esquí suizas (principalmente aquellas por debajo de los 1.500 metros), aunque la nieve caída en los últimos días ha permitido reabrir a algunas de ellas esta semana.
