No se espera la llegada de ningún turista desde Rusia este invierno. Ni a Andorra ni a ninguna estación de esquí de los Alpes. Se trata de un tipo de cliente que suele gastar mucho en destino, lo que hace que muchas Oficinas de Turismo hayan tenido que ponerse a trabajar mucho estos meses para tratar de buscar nuevos mercados que puedan sustituirlos.
Turismo de Andorra presentó esta semana su campaña para este invierno. Van a destinar 3,3 millones de euros. Con una población de apenas 75.000 personas, el pequeño país de los Pirineos depende casi totalmente de los mercados extranjeros para la viabilidad económica de sus estaciones de esquí.
No es el único caso. Los austriacos dependen de los alemanes y británicos para mantener la colosal industria de turismo de nieve que tienen montada. Un caso similar a lo que le pasa a Argentina en su invierno, cuando esperan que sean los brasileños los que llenen sus pistas. También en el hemisferio sur, Nueva Zelanda depende de los australianos.
En el caso de Andorra, sus estaciones dependen especialmente de los españoles, sin duda alguna el principal mercado. Pero también de los franceses, especialmente los de proximidad, aquellos que viven en los Pirineos.
Andorra lleva muchos años buscando turistas en el extranjero. Ferias, encuentros, contactos y publicidad son sus principales armas para atraer clientes de casi cualquier país europeo e incluso asiático. Así, se pueden ver esquiadores del Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Países Bajos, Italia, Portugal o Suecia, y ya en Asia desde Israel.
Pero de todos ellos si uno destacaba por el gasto que hacen es el ruso. El el director General de Andorra Turisme, Betim Budzaku, reconocía esta semana que este año se perderán las 350.000 pernoctaciones que generaban los 45.000 esquiadores con origen Rusia. Ahora se están quedando en casa y si quieren salir lo hacen sobre todo a Turquía, donde se han modernizado las estaciones de esquí, alguna de la mano precisamente de la andorrana PGI. De todas maneras a años luz de la oferta gastronómica y cultural de Pirineos y Alpes.
La campaña de promoción de Turismo d'Andorra no tendrá descanso. Arrancan el día 22 de noviembre, y van a estar recordando el país hasta finales del mes de marzo. Las acciones se pasan cada vez más al entorno digital, donde se pone el 70% de dinero, y en ese entorno, el de las redes sociales será la principal apuesta.
Aún así, este año han decidido apostar por la publicidad tradicional con algún spot en televisión. También pondrán un anuncio en el exterior de las 15 pantallas luminosas en cuatro salas de cine y teatro de la Gran Vía de Madrid. Gestionadas por Callao City Lights, se ha convertido en un negocio tan importante como el de la venta de entradas, gracias a la gestión de los carteles de los cuatro cines y teatros que quedan en esta importante avenida. Andorra ha pagado 50.000 euros por dos semanas entre el 12 y el 25 de diciembre.
Por otra parte, la intención de Andorra Turisme es continuar la colaboración con la multinacional Disney, que ha ayudado a captar un turismo familiar. En esta misma línea se apuesta por la colaboración con National Geographic tras el éxito del documental Andorra al Natural, que ha servido para dar a conocer la fauna y la flora del país.
Con todo, una de las acciones que más va a ayudar a comercializar el esquí en Andorra es el forfait único para todas las pistas del país de alpino del país (excepto las de Ski Canaro),