Dark Snowboards es una tienda de alquiler de esquís cerca de Killington. Es famosa porque tiene un skatepark en la parte trasera del local, que en invierno cuando lo cubre la nieve se convierte en una zona de freesyle para riders.
El acceso es gratuito. Forma parte de sus acciones para promocionar la tienda. Cuenta con algunas rampas, cajones y un par de rails. Todo en una zona relativamente pequeña montado en el patio trasero de la tienda donde hay suficiente espacio y una pequeña colina ideal para que la fuera de la gravedad permita disfrutar de los módulos.
Eso si, para subir hasta la parte de alta de la colina había que hacerlo a pata. Nada incómodo en verano, pero algo más complicado en invierno al tener que caminar por la nieve.
No se trata de una gran elevación como se puede apreciar en las fotos, pero siempre se ha echado en falta un elevador, especialmente en invierno. Pero es algo demasiado caro, hasta que apareció el Towpro 2.0
Hace unos tres años un par de jóvenes emprendedores quisieron dar una vuelta al tradicional telecuerda que alguien inventó para esquiar en New England en 1934. May y Kyle Roy patentaron el Towpro 2.0, un remonte tan sencillo y económico que desde entonces apenas dan abasto a sacar los pedidos.
Cuando lo lanzaron por primera vez salió a un precio que no alcanzaba los 6.000 euros. El éxito y el encarecimiento de las materias primas deja ahora su modelo más económicos en los 7.250 euros, pero aún así se sigue vendiendo como rosquillas.
Hay zonas donde tradicionalmente se había esquiado que ahora vuelven a hacerlo gracias al Towpro 2.0, o algunos de sus variantes, ya más caros como el TP-10, el TP-15, TP-20 y TP-40 los cuales cuestan entre 33.000 a 87.000 dólares en función del tamaño de su motor eléctrico y longitud del cable.
Los chicos de Dark Snowboards lanzaron una campaña de recaudación de fondos para comprar un sencillo Towpro 2.0. El éxito fue inmediato y en pocos días tenían el dinero suficiente para montar su propio remonte para este próximo invierno. El modelo que han comprado tiene capacidad para arrastrar a tres personas al mismo tiempo, aunque otras variantes más desarrolladas pueden mover hasta 25 pasajeros a la vez