En 2006 el Panel Climático de Europa publicaba un informe en el que aseguraba que estaciones como la de Kitzbühel tenían poco recorrido ya que sus cotas, entre los 800 metros de su base y los 2.200 de su parte más alta, la hacía inviable en un contexto de subida de temperaturas. Es cierto que aquel año la temporada fue muy mala en el complejo invernal austríaco, pero fue una excepción como ha podido demostrar después, en la que una situación así no ha vuelto a registrar.
Es más, para contrarrestar ese informe se propuso ser la primera estación de esquí de Europa en abrir la temporada, hablando siempre de las que no tienen pistas sobre un glaciar. Es así como empezó a implantar un programa de almacenamiento de nieve llamado "Snow Farming" que por entonces ya se practicaba tímidamente en algún complejo invernal de Finlandia. Desde entonces Kitzühel logró adelantarse varios años al resto de centros de nuestro continente. Es más, equipos nacionales de Copa del Mundo hacen algunas semanas de su stage de pre-temporada allí, para no tener que subir hasta los glaciares.
Pues bien, este próximo otoño, a no ser que les caiga una nevada providencial, no veremos esquiadores en Kitzbühel a finales del mes de octubre como se han visto estos años. Y es que la estación de esquí austriaca ha decidido hacer una pausa con su programa de "Snow Farming" dada la actual situación de pandemia, que aunque parece que la situación empieza a ser controlada gracias a la vacunación masiva, no se sabe como estaremos realmente dentro de seis meses.
La pandemia del COVID ha destrozado literalmente los números de Bergbahn AG Kitzbühel, la empresa que gestiona las pistas y remontes de la estación de esquí austriaca. Entre resstricciones, cierres y dudas, finalmente no se pudo abrir hasta diciembre de 2021, aunque solo para esquiadores locales, ya que los hoteles no se han podido abrir ni se ha permitido que turistas extranjeros visitasen los complejos invernales austriacos.
Entre restricciones de aforo, prohibición de viajes a extranjeros, mascarillas y distancias, las visitas han bajado mucho. Es más, se llegó a pedir un test negativo de COVID realizado un máximo de 72 horas antes del día de llegada para poder subirse a un remonte.
Así, Kitzbühel ha vendido este invierno tan solo 317.000 días de esquí. Para muchas estaciones puede ser un buen número, pero para un montruo como Kitzbühel es un auténtico desastre. Para ponernos en contexto, esto es el 23,5% de las jornadas que vendieron la temporada anterior de 2019-2020 y un 21,3% de la de 2028-2019, que fue de récord.
A partir de ahora solo les queda empezar a mirar al verano. El próximo 8 de mayo comienza la temporada estival, y se va a potenciar las rutas en bicicletas de montaña. Se han hecho con un buen número de unidades para alquilar y de alta gama. También el senderismo es un sector en auge. El año pasado ya vieron un gran crecmiento, y esperan que este 2021 siga la tendencia.
Lo que no se verá este año son esos grandes depósitos de nieve que colocaban estratégicamente en distintos puntos de la estación de esquí para abrir a los aficionados en octubre. Aunque si se ha guardado algo de nieve para los equipos de Copa del Mundo y clubes que quieran venir a entrenar en otoño.