Estamos en pleno mes de mayo, pero las ganas de esquiar no han desfallecido, al menos en Noruega. La prueba la tenemos en el evento nocturno que Tromso Alpinpark había organizado para el viernes donde el éxito superó cualquier expectativa. Pero este exitazo ha traído una serie de consecuencias en forma de criticas por la aglomeración de personas que se vio.
Aunque Noruega ni ningún país nórdico impuso confinamiento, sí se decretaron restricciones a la movilidad y distancia social. Actualmente todos gozan ya de la nueva normalidad y se han abierto comercios, tiendas, escuelas y se permite viajar por dentro del país sin limitaciones. Aún así se mantienen ciertos protocolos obligatorios. Desde el 7 de mayo por ejemplo, solo se permiten eventos de un máximo e 50 personas.
Por eso cuando los responsables Tromso Alpinpark organizaron su evento nocturno para celebrar que les daban permiso para volver a abrir desde que tuvieran que cerrar en marzo, pensaron que tenían margen de sobras: no esperaban más de 30 personas. El objetivo era reunirse en el telesquí abierto de la estación de esquí a la hora convenida para subir hasta una cota más alta y desde allí con una pisapistas llegar más hasta el lugar escogido para ver la puesta de sol.
La situación ya se vio que podía descontrolarse cuando al registro se apuntaron 500 personas. Pero según denuncia un periódico local, finalmente se contaron unas 1.500 personas aproximadamente. Una barbaridad de número que provocó la que con toda seguridad ha sido la cola más larga de la historia para subirse a un remonte para esquiar en un mes de mayo. Podría ampliarse el tiempo de ese récord a toda la primavera, pero en Arapahoe Basin se han visto también atascos espectaculares en pleno mes de abril.
La cuestión es que esa enorme cola no pasó desapercibida y la prensa del país ha mostrado su queja al considerar que se puso en riesgo la posibilidad de contagio por coronavirus al exceder las 50 personas como máximo,
Los responsables del Tromso Alpinpark se defienden asegurando que en todo momento tuvieron controlado el evento y que incluso 15 personas con chalecos controlaban la distancia entre los participantes e iban recordando con megáfonos que siguieran las normas.
Trond Brattland, un consultor de prevención de infecciones en el municipio de Tromsø ha asegurado que no tenía idea del evento, pero que los organizadores tampoco tenían que informar de nada aunque deben asegurarse de que no se superen las 50 personas. Y añade que el lunes estudiará las imágenes para ver si se saltaron algunas normas del protocolo de asistencia a grandes reuniones,