Y es que ahora para decidirse por una estación, cuanto más kilómetros mejor, aunque sea imposible hacérselos todos en un día. Y por eso cuando toca ir con alguien que quiere una estación de esquí pequeña por alguna razón, o simplemente estamos en una de esas malas temporadas con pocas pistas abiertas, muchos se echan las manos a la cabeza poniendo cualquier excusa para no ir.
Así que porque Punto de Nieve Santa Inés, Lunada, Tavascán o La Quilane, también son estaciones para pasárselo en grande un día entero, para tratar de convencer a los indecisos, vamos a listar cinco razones para pasárselo bien en una estación muy pequeña. Situaciones que solo querrás probar en estos centros invernales, porque cuando estás en un gran dominio esquiable, lo que tu cuerpo pide es salir pitando a esquiar un montón de pistas!

Bajar una y otra vez por 800 metros de pista puede ser muy aburrido cuando llevas ya tres descensos, pero ¿y si vas a la tienda y alquilas un equipo de snowboard si eres esquiador, o viceversa? Entonces la cosa cambia. Pasarás el día aprendiendo cosas nuevas y cada bajada será toda una experiencia y novedad.
Si este paso lo superas fácilmente, vuelve a la tienda y alquila un equipo de... telemark!

Si, porque siempre hay cosas que aprender, aprovecha que los forfaits suelen ser más baratos en estas estaciones pequeñas y que las clases también son más económicas para contratar un profe que te lleve a la perfección. Un par de horas, y luego pasa el resto de la jornada practicando lo aprendido.
Siempre hay algo que aprender. Te sorprenderás con 'las cosas que no sabías que no sabías'!

Aquí necesitas un sufridor que haga de fotógrafo. Se tiene que colocar en un lugar estratégico y en el momento que pases por delante, postureo total!. Quizás una buena sacudida de nieve al derrapar, una ristra de fotos para pillarte en posición perfecta o porque no, haciendo el tonto!
Luego dile a tu compañero que eres tú el que hace las fotos. No abuses de tu buen amigo!

Igual dentro de la estación no hay muchas pistas disponibles o sencillamente, es que no hay muchas. Pero ahí fuera puede que haya un montón de nieve. Contrata un guía, cálzate unos esquís de montaña y ponte nota para ver cuan en forma estás. Los paisajes y la tranquilidad serán impagables.
También puedes alquilarte unas raquetas de nieve. Puedes llegar a los mismos sitios que con esquís de montaña, aunque la bajada no es tan divertida.

Quizás intentar aprender a bajar hacia atrás, con un pie en alto o sin bastones. Aprende a saltar sobre una pequeña rampa. O todavía mejor: métete en el snowpark si hay, y aprende nuevos trucos.
Y si con todas estas ideas no son suficientes, quizás a alguien se le ocurra alguna mejor y nos lo diga en los comentarios de la noticia. ¿Probar todos los platos de la gastronomía local que haya en el restaurante de la estación? ¿Grabar el embarque del remonte para inmortalizar las caídas más graciosas? ¿O quizás ponerte a conocer gente sin parar?
