La alerta de búqueda se dio al ver que Félix no volvía a casa. El joven había enviado pocas horas antes del accidente un video a su grupo de Whatsapp, por lo que las tareas de búsqueda pudieron ser más efectivas ya que sus compañeros conocían la zona por las imágenes que envió y salieron a buscarlo en un grupo de unas 20 personas entre las que se econtraban también familiares y vecinos del Concejo que no dudaron en adentrarse en la montaña a esas horas.
Sobre las tres de la madrugada, y con la única ayuda de los focos de sus cascos y linternas, sus amigos localizaron el cuerpo sin vida del esquiador en una de las laderas de nieve del monte Montendiu de los Picos de Europa, perteneciente al término de Bejes, en el municipio de Cillorigo de Liébana. Lo encontró su tío, quien afirmó después en el diario El Comercio que iban "a tiro fijo" puesto que sabían donde podía estar.
El hallazgo del cadáver fue puesto en conocimiento de los especialistas en montaña de la Guardia Civil, que igualmente se encontraban participando en la búsqueda. Desde ese momento los Greim se hicieron cargo del operativo de evacuación, que ha concluido este lunes por la mañana con la ayuda de un helicóptero que poco antes de las 09:15 horas rescató al fallecido trasladándolo hasta el helipuerto de Tama.
El mismo diario cuenta que Félix había perdido hace apenas año y medio a su hermano mayor. Ocurrió en septiembre de 2017 y también en otro accidente, en esta ocasión tratando de acceder a su domicilio a través de una ventana. David, de 39 años, se precipitó al río Casaño desde una altura de seis metros. Desde entonces, Félix «encontró en la montaña una forma de escape, le daba esa libertad para no pensar en el tema del hermano», cuentan, abatidos, sus amigos. El joven también había continuado los pasos de David, conduciendo un taxi en el concejo y con el que cubría la ruta escolar al pueblo de Asiegu.
El guía de montaña Erik Pérez, contaba en la La Nueva España que le costaba asimilar lo ocurrido.