Es la misma estación de esquí que fue calificada por el Comité Olímpico Internacional como una de los mejores del mundo. Pero ahora, en lugar de que su entrada esté decorada para recibir a clientes, está cubierta con pancartas como: "El Centro de esquí alpino es importante para la economía de la región" y "la preservación del centro de esquí debe ser la misión del gobierno".
Este centro de esquí se convirtió este pasado 1 de enero en una instalación ilegal. En su momento, el Servicio Forestal de Corea permitió al Gobierno Provincial de Gangwon utilizar las tierras de propiedad estatal en las que se construyó la estación de esquí, desde el 14 de mayo de 2014 y hasta el 1 de enero de este 2019. Por tanto, en cuando acabó el año 2018, estas infraestucturas carecen de permisos para mantenerse ahí, y deben derribarse y borrar todo vestigio de que estuvieron una vez allí.
Pero la fecha ha llegado y como se puede ver la estación de esquí sigue ahí. Sin funcionar, vacía, y no se ha movido un gramo de tierra para borrarla del mapa. El Gobierno Provincial de Gangwon lucha ahora por conservarla para que se convierta en el centro neurálgico de las pruebas de esquí de los Juegos de Invierno de Asia a los que Corea del Sur opta en 2021 para organizar conjuntamente con su vecina Corea del Norte.
Mientras tanto las autoridades políticas de esta región defienden que se pueda aprovechar como centro turístico enfocado en los deportes de invierno. O al menos conservar una parte para mantener la memoria de lo que durante unos días en la historia se convirtió en el principal foco de atención del planeta.
Pero las organizaciones ecologistas están apretando mucho para que se cumpla la promesa que se hizo en su momento, que era la de desmontar todas esas instalaciones una vez acabasen los Juegos Olímpicos, restaurar la montaña y repoblar la parte de bosque quincentenario que se tuvo que talar para construir las pistas de descenso.
Aunque en Corea del Sur existen muchas estaciones de esquí, modernas y bien conectadas por autovías y hasta por trenes de alta velocidad, no había en ninguna de ellas una pista que cumpliese las medidas olímpicas de desnivel acumulado para poder hacer un trazado de Descenso. Solo esa montaña tenía los requisitos y las posibilidades de acoger esas pruebas.
Construir de cero todo aquello, es decir, las dos pistas y el telecabina de acceso a lo alto de la montaña, costó unos 18 millones de dólares al cambio. Desmontar todo ahora y restaurar de nuevo tendria un coste que varía entre 71 y 355 millones de dólares según la fuente que lo indique.
El Gobierno Provincial de Gangwon presentó un proyecto en el que se comprometía a plantar 1.000 árboles más de los proyectados y construir un edificio con un museo cerca de la entrada de la entrada de la estación de esquí para enseñar y educar a los visitantes sobre la importancia de que las personas coexistan en un entorno forestal
Pero de momento el plan no ha tenido respuesta mientras las instalaciones se van quedando obsoletas a merced de la naturaleza y la meteorología. Y es que el Ministerio de Medio Ambiente y el Servicio Forestal de Corea del Sur están más por la labor de desmontar las instalaciones que de dejar nada allí.
Los residentes quieren aprovechar esa estación para poder crear un motor económico en una de las zonas más alejadas de la fiebre industrial del país, y donde las posibilidades de un empleo son menores.
Jeongseon fue uno de los tres lugares de Pyeongchang 2018 donde no se implementó ningún plan de legado, junto con el Alpensia Sliding Center y el Gangneung Hockey Center. Es decir, que el plan era no mantenerlos y desmantelarlo una vez acabasen los Juegos Olímpicos.