Al parecer ese día los dos snowboarders junto a una esquiadora de 27 años, decidieron saltarse una cuerda en la zona de Cabirol/Falcó, que prohibía el paso por una zona con riesgo de aludes. Por las explicaciones que dieron en su momento, se metieron entorno a las 12,44h a las 13.54h, sin saber exactamente la hora en la que empezaron a bajar.
La chica bajó primero, y los dos hombres después. En ese momento se desencadenó una avalancha de nieve que dejó atrapado a uno de los dos snowboarders del que solo sobresalían las piernas. Su compañero pudo sacarlo y lo rescató. Según el abogado de ellos dos, pensaron que la chica se había salvado y que había continuado ladera abajo, por lo que ambos siguieron su jornada. Uno se fue a trabajar como chófer de un hotel, y el otro hizo hasta 8 bajadas más.
Afirman que por la tarde fueron a la tienda donde trabajaba la chica, y que al no verla fue cuando pensaron que había quedado atrapada. Entonces llamaron a los servicios de pistas de Soldeu, que se presentaron en la zona del alud. 10 minutos después del aviso sacaban a la joven de bajo 1 metro de nieve. La temperatura de su cuerpo en ese momento era ya tan baja, que no pudieron hacer nada por mantenerla en vida pese a que fue trasladada de urgencia en helicóptero. A las 20h se certificaba su muerte,
Según el servicio de pista cada hora que se pasa bajo la nieve se pierde entre 2 y 3ºc. Además ese día la temperatura exterior no ayudaba, ya que se registraban -7ºC y rachas de viento de 50km/h. No obstante si se hubiera dado el aviso rápidamente, habría podido salvarse.
Los dos chicos dicen que no conocían a la víctima más que de encontrársela alguna vez por las pistas y que pensaron que se había salvado. El atestado que se hizo en su momento tampoco ayudó, ya que la policía tomó declaraciones in situ y con ellas hizo el parte. Por ello el abogado de los dos acusados pide que no se tomen en cuenta esas declaraciones.
Los dos procesados se podían considerar esquiadores de nivel alto, ya que por donde los tres decidieron bajar era fuera de pista, pero según la policía podía ser catalogada como pista de nivel negro que estaba cerrada al público debidamente. Por eso, porque eran conocedores de la práctica del esquí, la fiscal considera que habrían tenido que avisar ante una situación grave.