La pareja no se lo pensó dos veces y compró la casa por 95.000 dólares canadienses de la época. Tenían su propia estación de esquí!. Rápidamente se pusieron manos a la obra para recuperar las cinco pistas con las que contaba aquella colina. Desbrozaron los trazados, recuperaron el viejo telesquí y lo restauraron, y arreglaron las cabañas donde antiguamente se guardaba material en una y servía de bar la otra.
La historia de esta estación comenzó en la década de los '40, cuando un club local compró la colina para crear allí una pequeña estación de esquí donde los veteranos de guerra pudiesen pasar sus ratos de ocio con sus hijos, y ofrecer así una razón mas para no dejar el pueblo. Bautizaron el complejo como Huntsville Ski Club, y además de las cinco pistas instalaron un telesquí. No era la primera colina para esquiar en la zona, pero si la primera en tener un remonte. En el resto la gente tenía que subir a pie. No hay que decir que evidentemente el éxito fue inmediato y cada fin de semana se llenaba.
Así estuvieron hasta que el Presidente de la época quiso volver a innovar y pidió aumentar las cuotas de los asociados para instalar un telesilla, un tipo de remonte que por aquel entonces comenzaba a repuntar por aquella zona. Los socios se negaron y poco después un nuevo Club de esquí abrió otra estación no muy lejos de allí, Hidden Valley, en esta ocasión con telesilla. Los esquiadores entonces empezaron su fuga, y Huntsville empezó a vivir un rápido declive hasta que se vendió por 15.000 dólares a otras personas que la rebautizaron como Curlew Ski Area, pero no duró mucho mas.
Entonces alguien construyó una casa en mitad de la zona donde se esquiaba, y de nuevo la puso a la venta a mitad de los '90. En 1997 esta pareja de Toronto la compró, arregló la casa, le puso piscina, recuperó la pequeña estación de esquí y sus cinco pistas y hasta puso iluminación artificial. Nunca estuvo abierta al público, sino que el matrimonio invitaba a sus amigos los fines de semana.
Ahora 20 años después el matrimonio afirma que ya no hay razón para seguir en una casa tan grande, y la han puesto a la venta por la friolera de 2,195 millones de dólares por ella. Afirman que a lo largo de estos años han hecho arreglos muy costosos, y a tenor de las imágenes, la verdad es que la han dejado bastante bien.