Superada la crisis que sufrió hace unos años y con números positivos en su cuenta de balances, el fabricante francés se marcó como objetivo diversificar su oferta lanzándose al mercado de las prendas deportivas. El primer paso lo dio el verano del año pasado, cuando vendió el 77% de sus acciones al grupo de inversiones noruego Altor, quien tiene intereses entre otras marcas en Helly Hansen esperando que de esta manera pudiera traspasar su how-know a Rossignol.
El segundo paso lo ha dado este viernes 14 de Noviembre con la entrada de un nuevo accionista especializado también en el sector téxtil. Se trata de Sandbridge Capital, que tendrá de momento un interés minoritario en la firma tricolor. La incorporación se ha hecho a través de una ampliación de capital que valora la compañía en 100 millones de euros. Si la noruega Altor es especialista en diseñar y fabricar, este nuevo fondo se centra en la distribución, incluyendo en su cartera firmas como Topshop (multinacional Británica minorista especializada en ropa, zapatos, maquillaje y accesorios), Tamara Mellon (tienda on-line de bolsos y accesorios) y marcas como Karl Lagerfel. Además entre sus asesores cuenta con el diseñador Tommy Hilfiger, así como el antiguo dueño de Gucci, Domenico De Sole, y al ex-dueño de Crocs, Ron Snyder.
De esta manera Rossignol ya tiene entre sus accionistas a gente que controla el diseño, la fabricación, la distribución y la venta minorista y on-line y podrá crear toda una colección textil no solo para el invierno, sino para las cuatro estaciones del año, y enfocada a una clientela eminentemente urbana. Para ello ha creado una nueva empresa llamada Rossignol Apparel SAS que será la encargada de impulsar este desarrollo de prendas.
Bruno Cercley, CEO de Rossignol, espera con esta estrategia generar una cifra de negocio entre 50 a 100 millones de euros anuales durante los próximos cinco años, frente a los 20 millones que se factura ahora básicamente a base de vender ropa asociada al esquí, principalmente en tiendas situadas en las propias estaciones de esquí.
Si en 2010 deslocalizó la fabricación de esquís, trayendo la producción de Taiwan a su centro de la Alta Saboya, con esta nueva aventura del téxtil no se va a hacer lo mismo. Continuará subcontratando a fábricas de China y sudeste de Asia, aunque también lo hará, en casos de productos de gama alta, en talleres de la Europa del Este e Italia.
Pero la empresa no quiere dejarlo todo en manos de distribuidores externos, y abrirá sus tiendas propias. De momento ya se han abierto dos. Una a finales del año pasado en Chamonix, y la otra poco después en el exclusivo centro comercial Clayes-sous-Bois en Yvelines, cerca de París. Bruno Cercley espera seguir abriendo tiendas a lo largo de 2015.
El grupo facturó el año pasado 223 millones de euros, el 90% principalmente de sus marcas Rossignol, Dynastar y Lange, así como de las fijaciones Look, bastones Kerma y patines Risport.
Rossignol da entrada a un nuevo accionista estratégico
El fabricante de esquís francés anunció este viernes 14 de noviembre, la llegada de un nuevo accionista especializado en el sector textil. Un segmento que Rossignol tiene como objetivo especial para incrementar su cifra de negocio.
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