El director de Valdezcaray, Gonzalo Morrás, detalló ayer que el esquiador hizo caso omiso de los letreros de prohibición y, al pasar sobre una placa de unos 30 centímetros de espesor situada por encima del telesquí de principiantes, hizo que ésta se desprendiera, «por suerte de forma lenta», sobre la zona de bajada de perchas y llegara hasta el telesquí, por el que subían nueve personas. «De ellos, ocho salieron por su propio pie -prácticamente ni les cubrió-, y a una niña de cuatro años le llegó la nieve por encima de las rodillas, se asustó y hubo que ayudarla a salir», relató el responsable de la estación.
El suceso originó momentos iniciales de gran nerviosismo entre muchos esquiadores, que comenzaron a varear la zona afectada por si pudiera haber alguien bajo la nieve. «La gente se asustó mucho porque nunca había vivido un episodio de estas características», afirmó Morrás, que subrayó que «no se precisó intervención exterior» y que «a los cinco o diez minutos ya se sabía que no había nadie dentro del alud». El causante del mismo, al parecer un habitual de las instalaciones, no eludió su responsabilidad y llegó a identificarse, mostrándose «consternado» con lo ocurrido.
En el origen del alud están las últimas nevadas, que dejaron en las pistas una capa de 20-30 centímetros que no se 'pegó' bien con la inferior debido al ascenso de las temperaturas al rolar el viento a dirección sur. El paso del esquiador sobre ella hizo el resto: que el manto comenzara a deslizarse.
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