Según Skinner, el radio de giro de un esquiador es distinto que el de un snowboarder, y también la orientación visual es diferente, y que al parecer algunos de ellos estarían encantados con poder descender por una pista reservada para ellos, "y ahora con esta medida, respondemos a esta petición, con tres pistas 'skiers only'" afirma el directivo. Aún así, en el mapa de pistas de su página web, indica que serán seis las pistas reservadas, pero skinner afirma que ese fue un plan preparado en verano, pero que finalmente se quedarán en la mitad, que según describe, son más cortas y estrechas que el promedio de las 75 pistas con que cuenta Granite Peak y que representan el 3% del area esquiable de la montaña.
Pero los snowboarders han esgrimido razones muy de peso para que esta medida se eché para atrás. Y es que, como dicen algunos, muchas familias o grupos de amigos esquían juntos, pero no todos necesariamente van con esquís, y esta nueva apolítica restringe la posibilidad de que se pueda disfrutar de una jornada en conjunto.
También dicen que Granite Peak no es un club privado, sino que es una empresa abierta al público, y que además, y muy importante, se encuentra en una montaña propiedad del Estado (en Estados Unidos la mayoría de estaciones alquilan la montaña al Servicio Forestal, que es el propietario de la zona, y el que da los permisos para abrir mas pistas, colocar cañones, remontes, etc...). Por tanto, restringir el paso a una zona de una montaña pública va en contra de la política del país. ¿A partir de ahora que seguirá?, ¿Prohibir el paso a discapacitados, a telemarkeros, a gente con bajo coeficiente intelectual? ¿niños menores de una cierta edad? ¿Adultos demasiado mayores? afirmaba con razón un rider local en un medio local.
Skinner se defiende afirmando que el cambio de esta temporada es una muestra más del esfuerzo que hace su empresa por adaptarse a las peticiones de sus clientes, y que si durante años han respondido a los snowboarders creando hasta cinco snowparks, sin dejar de modernizarse, cambiar de ubicación y adaptarse a las nuevas modas, pues ahora toca a los esquiadores. Que en cualquier caso será una prueba, y a final de temporada se evaluará el resultado según las encuestas de los clientes a pie de pistas.
Bien, la verdad es que tanto unos como otros tienen argumentos de peso. A final de temporada se verá que dicen los clientes y que acabará pasando en la siguiente.