«La federación andaluza la incluyó en un programa de alto rendimiento. Nos ofrecieron una beca en el CAR de Granada. Pero lo que hicieron fue utilizar a la niña para recaudar un dinero que nosotros nunca vimos», denuncia Fernando Rey. Por este motivo, abandonó esta territorial, en la que se proclamó campeona autonómica y subcampeona de España infantil defendiendo su bandera. Ahora, Andrea compite por Os Maristas de Ourense y la federación gallega, que «aunque tiene poco dinero, nos deja trabajar a gusto», explica convencido su progenitor.
Desde alevín apuntaba buenas maneras y ganó importantes torneos, tanto en España como fuera, y eso que sus inicios no fueron buenos. «En la primera carrera no hice más que burradas. Pasé las puertas al revés y entré en meta por el lateral», recuerda entre risas. Con el tiempo mejoró, hasta convertirse en una de las esperanzas no solo del esquí gallego, sino del español. «Soy muy joven y creo que puedo llegar a superar a Rienda. Mi objetivo es disputar una Copa del Mundo. Es difícil, pero lo lograré», asegura.
Campeonato de Chillán, Puyehue, Briomar Salmón Cup, quinto puesto en la liga catalana o la primera Copa Cordillera Cantábrica son algunos de los torneos que figuran en el palmarés de una joven que vive por y para el esquí. «Si ahora me quitan esto... No sé que haría», admite.
Miles de kilómetros en una autocaravana que le sirve de hogar y escuela
La vida de Andrea Rey es atípica para una joven de 15 años. Su calendario no está planificado según el curso escolar, sino según la temporada deportiva. Aunque su lugar de residencia es Granada, apenas pasa aquí unos meses. El resto del año lo distribuye entre Chile, Argentina, los Pirineos y Austria, en donde trabaja con Garaj Marek, uno de los gurús del esquí mundial.
«Allí voy a principio de temporada para que él me diseñe el plan de trabajo para todo el año. Desde que estoy con él he ganado mucho», explica la esquiadora. Para los viajes utiliza una autocaravana, en la que, además de dormir y comer, estudia. «Gracias a Internet puedo llevar los estudios. Hablo con los profesores por videoconferencia y les mando los ejercicios por correo electrónico. La verdad es que se portan muy bien, incluso me retrasan algunos exámenes cuando tengo competición».
Precisamente, un examen pendiente fue lo que impidió que Andrea disputara el último Campeonato Gallego, que se celebró en marzo en Manzaneda. Entre maletas y esquí transcurre la vida de esta admiradora de Julia Mancuso que un día cambió las muñecas por los bastones y sigue persiguiendo un sueño que la hace feliz.
«¿Ir a una discoteca? Ni me lo planteo. Lo primero es el esquí», sentencia.
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