El fenómeno comenzó en Estados Unidos (tal como adelantaba nevasport.com hace unos días), donde, solo en las montañas de Colorado, existen unas
"La gente de la comarca conoce el lugar desde hace años y no es extraño ver a grupos de jóvenes esquiando. Aunque últimamente están viniendo también aficionados de fuera, normalmente de Barcelona", explican los vecinos del pequeño pueblo, que ahora depende del ayuntamiento de Sort (Pallars Sobirà). Este invierno, además, la vieja estación cuenta con el aliciente añadido de una excelente nieve polvo. "Aquí no han caído grandes precipitaciones, pero sí que ha habido nevadas prácticamente cada semana y eso ha hecho que la capa de nieve se haya ido renovando", explicaba el pasado viernes, desde su restaurante Casa Kiko, el que fuera uno de los últimos directores de la estación, Francisco Rafel.
Zonas seguras
"Es una manera distinta de disfrutar de la nieve, sin las aglomeraciones de las otras estaciones", señaló Enric Oliva, un aficionado de La Pobla de Segur, que practica con asiduidad el esquí de montaña. Las pistas abandonadas o fantasma son también zonas más seguras que la montaña abierta, porque en su tiempo fueron convenientemente acondicionadas y arregladas. "Es un buen lugar para iniciarse en el esquí de travesía", indicó Oliva.
El riesgo de avalanchas de nieve en los antiguos complejos invernales "no es mayor que en otros puntos de la montaña", aseguró el aficionado. De hecho, insistió, los esquiadores que frecuentan estas estaciones suelen ir bien equipados. "Además de ropa de abrigo, hay que llevar una pala, una sonda, a menudo unos grampones y siempre un pequeño dispositivo llamado ARVA, que emite una señal de radio y que facilita el rescate en caso de quedar sepultados por un alud", explicó. Los aficionados que practican esquí fuera de las pistas balizadas de una estación no acostumbran, en cambio, a llevar consigo ese instrumental.
"Sabemos que nunca hay que salir solo por la montaña y que, antes de hacerlo, hay que conocer qué tiempo hará y cuál es el riesgo de avalanchas", agregó Oliva. El único inconveniente de las estaciones perdidas son los ascensos. Como no hay remontes mecánicos, los desniveles hay que subirlos a pie, si no se tiene moto de nieve.
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