El grupo aragonés de la nieve destaca, en primer lugar, que la calidad general de la zona afectada "es alta como consecuencia de los elevados valores de calidad florística, faunística y paisajística". También asume que esas montañas acogen "a un buen número de especies, tanto vegetales como animales, catalogadas como amenazadas y varios entornos paisajísticos que se han determinado como de interés". Además, dentro de la zona de afección de la ampliación de Cerler hay varios entornos recogidos en la Directiva Hábitat, la norma europea que vela por la conservación de los espacios naturales.
Pese a todos estos condicionantes, Aramón considera que las afecciones de ampliar el dominio esquiable de la estación pueden ser corregidos en la fase de definición del proyecto. "La elección de alternativas que eviten los impactos críticos, así como la aplicación de medidas correctoras que minimicen otros impactos detectados, pueden hacer compatible la ampliación", afirma la memoria redactada por el grupo de la nieve. Montañas de Aragón subraya además que "el proyecto se presenta como un elemento capaz de impulsar el desarrollo socioeconómico del conjunto del área".
Es un proyecto que busca ganar cota y ampliar la estación hacia el Valle de Castanesa. La Asociación considera que la aprobación de dicho proyecto es un hecho fundamental para el desarrollo de la ampliación de la estación de esquí de Cerler hacia Castanesa. Desde dicha Asociación se está apoyando este proyecto porque consideramos que contribuye al desarrollo social, económico y cultural de la zona, siempre que se desarrolle de forma sostenible con el medio, además de acabar con la grave despoblación que esta sufre.
Aramón explica además que existe "un alto riesgo de desestabilización de laderas por los movimientos de tierras necesarios para la ejecución de las pistas y los frentes de nieve". Los nuevos viales que se construyan supondrán "una afección crítica al paisaje", lo que hace necesario estudiar el total de viales marcados, su longitud y su trazado para disminuirlos.
El consumo de agua, ligado sobre todo a las detracciones desde los cauces para producir nieve artificial, es otro impacto importante. Por tanto, será necesario garantizar el mantenimiento del caudal ecológico. Además, la red de innivación debe estar diseñada para minimizar el consumo energético y habrá que hacer un estudio geotécnico que garantice la seguridad de una de las balsas proyectadas -la de Basibé, que por su ubicación podría suponer un riesgo-.
Aramón enviará una memoria ambiental del proyecto al Inaga para que lo evalúe y comunique los cambios que crea necesarios. El grupo de la nieve deberá adaptar el proyecto a las modificaciones sugeridas, y una vez hecho esto, elaborar el estudio de impacto ambiental, que volverá a ser remitido al Inaga para que formule la declaración de impacto, que podrá ser positiva o negativa.
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