"Impresionante", "a tope", "espectacular". Así describían los responsables de la estaciones de esquí la jornada que habían vivido. |
"Espectacular"
Por segundo día consecutivo habían conseguido llenar las pistas de esquí de deportistas que aguardaron más de una cola para subirse a los remontes. Y es que ayer no hubo casi colas en las taquillas ya que la mayoría de aficionados compró el sábado el forfait para los tres días, pero sí a la hora de subirse a los remontes y, por supuesto, en las carreteras.
Según la web de la Dirección General de Tráfico, desde las once de la mañana, había 26 kilómetros de congestión. En el valle del Aragón, se repetían los problemas con 12 kilómetros de colas, desde Villanúa hasta Canfranc. Y a pesar de que no lo marcó Tráfico, el acceso a Cerler también sufrió el mismo problema. Según informó la Subdelegación de Gobierno, a pesar de que las obras de mejora en el firme de la autovía Huesca-Zaragoza siguen en marcha, hoy se habilitarán dos carriles en sentido a la capital aragonesa con el fin de "hacer la circulación más fluida en la operación retorno" y evitar los atascos que, tanto el viernes por la tarde como el sábado por la mañana, se vivieron cerca de Almudévar.
Cola kilométrica en Valdelinares
En Teruel, la situación fue similar. La afluencia masiva de público a las pistas de esquí de Valdelinares saturó los párquines, lo que obligó a la Guardia Civil a cortar a las 11.30 la carretera de acceso en Alcalá de la Selva. La medida provocó colas de coches de hasta 8 kilómetros. El alcalde de la localidad, Jesús Edo, afirmó que la congestión circulatoria fue la más grave que se recuerda. A su juicio, la principal causa es el incremento de los visitantes valencianos propiciado por la finalización de la A-23. Edo explicó que, ante la imposibilidad de aparcar en lugares habilitados para ello, los turistas estacionaron sus coches al borde de la carretera o "en el monte".
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