Hace treinta años, ya se proyectó crear una estación de esquí en el término municipal de la localidad leonesa de Llánabes de la Reina, pero se quedó en un simple intento que no llegó más lejos. La idea quedó muerta hasta el verano del 2000, cuando en el mes de junio, el actual alcalde de una de las localidades afectadas por el proyecto, Boca de Huérgano, retomó el sueño de la estación reuniéndose con varios alcaldes de la zona. Desde entonces, la intención de crear una estación de esquí ha sufrido un camino tortuoso y complicado.
En el proceso, ha habido diversas luchas en las que están implicados partidos políticos, organizaciones ecologistas, los vecinos de los pueblos afectados y hasta la propia Unión Europea.
La síntesis de todas las trabas que está sufriendo la estación se resume en un enfrentamiento entre los que defienden la conservación de los espacios naturales y los que priman más el desarrollo de unos pueblos afectados por una gran crisis económica.
El proyecto es muy complejo porque tiene una envergadura tan grande que no solo afecta a la provincia de León, sino también a la de Palencia y a Cantabria.
Las movilizaciones a favor y en contra son tan importantes que los ciudadanos se han organizado en dos grandes plataformas para promover sus posturas.
Además de organizar concentraciones periódicas, han promovido campañas de recogida de firmas. De momento han tenido más éxito los que piden que no se construya la estación, porque han recogido más de 10.700 firmas, mientras que los que sí quieren el complejo invernal superan los 14.500 apoyos.
Esos son los datos que se refieren a la lucha en la calle. El debate político en los despachos sigue otros caminos.
Posturas encontradas
En el bando de los que no quieren que la estación de San Glorio salga adelante está Izquierda Unida y varias organizaciones ecologistas. Sus razones para oponerse al proyecto se basan en que los terrenos donde se quiere levantar la estación están incluidos en la Red Natura 2000, y se internan en la vertiente leonesa de Picos de Europa, y en los parques naturales palentinos de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre.
También es posible que se catalogue como una ZEPA (zona de especial protección para aves) y además hay grandes posibilidades de que suponga un grave daño para la conservación de dos especies animales que viven en la zona como son el oso y el urogallo, en peligro de extinción.
En frente tienen a los defensores del proyecto por la riqueza económica y turística que puede ofrecer la estación. Esta opinión la comparten los principales partidos políticos con representación en la zona -PP, PSOE y UPL-, la Diputación Provincial de León, que está encabezando las gestiones para que salga adelante el proyecto, y la Junta de Castilla y León, administración competente en exclusiva en materia medioambiental, que apoya el proyecto siempre que no provoque daños ambientales ni perjuicio para los animales de la zona.
La polémica en el apartado político viene servida por las posturas contradictorias mantenidas por compañeros de un mismo partido. El PSOE leonés y regional ha mostrado claramente su apoyo a la realización del complejo invernal, pero la ministra socialista de Medio Ambiente, Cristina Narbona, apoya algunas tesis ecologistas y reclama la paralización del proyecto por los daños naturales que puede causar.
Paradójicamente, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, replica a su compañera de Gobierno que el proyecto es muy aconsejable por los puestos de trabajo que puede generar y por la reactivación del sector turístico en una zona muy degradada. Por eso se han levantado muchas voces críticas con el PSOE, para que defina cuál es su postura real sobre la estación.
Datos del proyecto
En el pasado mes de abril se terminó un proyecto que se empezó a elaborar hace un par de años por la compañía Tres Provincias para construir una macroestación que pudiera abrir sus puertas en el año 2007.
Actualmente ese plan está a la espera de convertirse en oficial y de presentarse ante el gobierno autonómico. Se han presentado 143 alegaciones al plan rector de uso y gestión de la montaña palentina, y se trata de una norma que afecta directamente a la construcción de la estación, puesto que parte de su extensión estaría en esa montaña.
Hasta que las alegaciones no estén resueltas, no se podrá presentar el proyecto de 'Tres Provincias,' para que no choque frontalmente con alguna traba legal.
A grandes rasgos, ese proyecto implica la inversión de 70 millones de euros y la creación de cuatrocientos puestos de trabajo, unos sesenta y cinco fijos y el resto temporales. Además, se cifra entre dos mil y tres mil los puestos indirectos que la estación podría dar.
La estación tendría más de 60 kilómetros esquiables y sería una de las que mayor altitud tendría en toda España, rondando los dos mil doscientos metros. Los estudios realizados avalan su rentabilidad y su complementariedad con las estaciones que actualmente ya existen en San Isidro y Alto Campoo.
La intención es crear unas infraestructuras que puedan soportar la cantidad de tres mil esquiadores cada hora y que se complete con la creación de hoteles y viviendas. El objetivo es que los pueblos de la montaña leonesa, palentina y cántabra encuentren un filón económico en el turismo deportivo. Se tratan de municipios afectados por la despoblación y por la escasez de recursos propios que buscan en el esquí una vía de desarrollo.
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