Las quejas de la hostelería se añaden a las de las estaciones de esquí. La bajada de actividad y de turistas y esquiadores ha afectado a Val d'Aran, la Alta Ribagorça, el Pallars Sobirà, el Alt Urgell y la Cerdanya. El sábado hacía un día espléndido para esquiar, mientras que el domingo la nieve empezó a caer por la mañana, aunque no provocó ningún problema en la circulación viaria. El 50 por ciento de las reservas fueron anuladas y en Baqueira se contabilizó la pérdida de unos 4.000 esquiadores.
El presidente de los hoteleros araneses entiende que “se ha de informar de la situación meteorológica pero como se hace de forma generalista, se produce una alarma excesiva y entonces la gente se queda en casa cuando podría venir sin problemas”. Según Serrano, hay un exceso de información y de emergencias, “cuando en realidad el 90 por ciento de la población no sabe a ciencia cierta qué es y en qué consiste un plan de emergencia”.
Serrano añadió que “muy probablemente la cancelación de reservas de este fin de semana provocará mayores pérdidas que las sufridas por el apagón del 29 de diciembre, porque entonces como mínimo los turistas estaban aquí”. El hotelero explicó que el viernes por la mañana, ante las informaciones que oía por radio y televisión, él mismo dudó de bajar a Lleida, pero luego confirmó que no había ningún tipo de problema.
Por su parte, el presidente de Turisme d'Aran, Manuel Español, se sumó a las quejas expresadas por Serrano y dijo que la bajada de reservas se ha producido en una de las semanas, la de carnaval, en que se acostumbra a obtener buenos resultados. En el Pallars Sobirà, Carles Isús, de Espot Esquí, afirmó que “no se puede decir a la gente que no salga de casa cuando las carreteras han estado, generalmente, en perfecto estado”.
En el sector del esquí se opina igualmente que ha habido un descenso de asistencia a las pistas. Fuentes de Baqueira señalaron que en un sábado después de carnaval lo lógico es sumar unos 10.000 esquiadores, mientras que sólo acudieron unos 6.000.
Según Roberto Buil, responsable de la estación aranesa, la disminución del número de esquiadores cabe atribuirla “al alarmismo generado por un temporal que aquí no ha llegado, porque una nevada no es sinónimo de temporal”.
Según Buil, “las carreteras estaban limpias y además el esquiador acostumbra a ser una persona que sale de su casa preparado y equipado para ir a la montaña”. El responsable de la estación de esquí de Port Ainé, Josep Miquel Messegué, entiende que las informaciones sobre el temporal han perjudicado a su estación porque “se habrá perdido un 25 por ciento de los clientes potenciales”.
La nieve hizo acto de presencia durante todo el día en el Pirineo y sólo a primera hora de la tarde descargaron unos leves copos sobre la capital del Segrià, copos muy débiles que no cuajaron. Nevaba en algunos pueblos de las Garrigues y de la Alta Segarra. El retorno de los esquiadores de las estaciones se efectuó sin ningún problema y sólo la carretera que une La Seu d'Urgell con Andorra presentaba algunas retenciones.
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