Desilusión en la empresa
En este sentido, el director general de la empresa de transportes de viajeros Alsina Graells, Jaume Griñón, manifestó que “inicialmente, éramos plenamente conscientes de que mucha gente no tendríamos, pero tampoco esperábamos estas cifras tan pequeñas que mantenemos ahora”.
La línea que tiene mayor déficit de viajeros es la que parte las cuatro de la madrugada, que enlaza con el AVE de las siete de la mañana. Este servicio, por regla general, acostumbra a ir vacío y, en caso de llevar algún pasajero, no supera nunca los dos o tres.
Además de las pérdidas económicas que por el momento acumula este nuevo servicio de transporte de viajeros, lo más preocupante para la empresa es que la línea se creó para llevar y recoger pasajeros que tuvieran como destino el AVE, aunque el servicio está abierto al resto de usuarios que quieran ir a Lleida.
Nadie lo usa para el AVE
Precisamente, la mayoría de la gente que utiliza tanto la línea de la Val d’Aran como la de Andorra tiene como destino Lleida, y son muy pocos los que lo utilizan aprovechando que se detiene frente a la estación Lleida-Pirineus y que llega minutos antes de que parta uno de los convoyes que circulan por la vía de alta velocidad.
Ante esta coyuntura negativa, la empresa Alsina Graells se ha dado un plazo de entre tres y cuatro meses para ver si este servicio acaba de arrancar, pero en caso contrario se podría plantear la recolocación de estos dos autocares en otra línea.
600.000 euros de inversión
Cabe recordar que la empresa hizo una inversión cifrada en 600.000 euros, comprando dos autorcares y contratando otros dos conducto- res para poder llevar a cabo este servicio que acerca el Pirineo al AVE.
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