Todo ello dio lugar a que las zonas alleranas, en especial Felechosa, tuvieran ayer por la mañana y al mediodía mucha afluencia de esquiadores esperando a ver si se ponían finalmente en marcha las pistas de la estación leonesa.
Los esquiadores más madrugadores ya se encontraron con las pistas cerradas a las 9 de la mañana. Así, mientras unos iban hacia el puerto de San Isidro, otros muchos descendían en sus coches con los esquíes de nuevo hacia el Principado. Muchos de ellos malhumorados porque después del viaje, el sábado se había estropeado para el esquí; aunque para hoy, domingo, las previsiones son mucho mejores.
El mayor problema lo sufrieron quienes subieron a San Isidro sobre las 10.30 horas, porque una fuerte tormenta complicó la circulación desde Felechosa. Al principio fue de lluvia, pero en los dos últimos kilómetros del puerto la nieve cubrió la carretera. Como algunos conductores con vehículos de tracción trasera intentaron superar ese tramo final sin cadenas y sin éxito, originaron un buen atasco.
Coches y también algunos autocares se quedaron bloqueados hasta que llegaron las máquinas quitanieves. Mientras tanto, en la estación invernal los esquiadores se iban.
Sólo algunos niños disfrutaron de trineos y plásticos para deslizarse. Otros jugaron haciendo muñecos, lanzándose bolas y revolcándose por la nieve.
Cerca de las dos de la tarde, la meteorología había cambiado bastante porque el viento ya no era tan fuerte y apenas nevaba. Esta situación permitió la utilización de la pista de la zona baja de Salencias. Entre los aficionados hubo muchos de Galicia y Portugal, aparte de los habituales castellano-leoneses y asturianos, que vienen a disfrutar de la nieve cada fin de semana. El personal y responsables de la estación invernal recibieron cientos de llamadas telefónicas interesándose por el estado de las pistas y sobre la previsión para esta jornada dominical.
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