Hola a todos! Volvemos con otro reportaje gatuno, en esta ocasión con la continuación del viaje de los Gatos a los Alpes este pasado enero del 2022.
Por aquí os dejo el listado de las estaciones que visité cada día y el link de correspondiente al artículo de cada jornada:
Sábado 22 enero - Alpe d´Huez
Domingo 23, lunes 24, martes 25, miércoles 26 de enero - Les 3 Vallèes
Jueves 27 de enero - La Rosiere/La Thuile
Viernes 28 de enero - Les 3 Vallèes
Sábado 29 de enero - Les Sybelles y La Plagne
Domingo 30 de enero - Verbier
Martes 1 de febrero - Les Contamines
Miércoles 2 de febrero - Flaine
Jueves 3 de febrero - Chamonix Vallée Blanche/Les Houches
Viernes 4 de febrero - Chamonix Le Tour/Grand Montets/Flégère
Sábado 5 de febrero - Saint Gervais/Megève
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El sábado 29 de enero del 2022, fue el último día del viaje "normal" de los Gatos. Se marcharon a España, gran parte de los 50 asistentes de la semana en Les 3 Vallées, aunque no todos. Alrededor de 10 gatos, aprovecharon el día extra, visitando el dominio de Les Sybelles, tal y como se programó en el dossier. Se eligió este bonito dominio, ya que venía más o menos de paso, regresando de Mèribel hacia España en coche.
Yo me quedé con la ganas de conocer este dominio. La verdad que la idea inicial de ir a Les Sybelles fue mía, y me dio rabia no poder ir, pues es uno de los mayores dominios esquiables de Francia, con nada menos que 310km de pistas conectadas.

Sin embargo, Diego y yo tampoco lo pasamos mal. Nuestra segunda parte del viaje continuaba, e iba a estar cargadita de muchas aventuras. Ni más ni menos que teníamos un bungalow reservado, cerca de Chamonix, para una segunda semana de esquí consecutiva y continuar con nuestro reto, de esquiar los 15 días seguidos en los Alpes.
El itinerario a Les Sybelles desde Mèribel, nos hacía dar mucha vuelta para ir por la tarde a Chamonix. Así es que, este sábado decidimos ir a La Plagne. No estábamos lejos de Les 3 Vallées, de hecho como podéis ver en la siguiente imagen, podemos ver las pistas de Courchevel, incluso más a la derecha, la famosa pista Eclipse, que bajamos días antes y donde recientemente se han celebrado las finales World Cup de Esquí Alpino.

Vistas de Courchevel desde La Plagne
Aunque parezca mentira, era mi primera vez en La Plagne. No había oído hablar demasiado bien de sus pistas, me decían que eran más bien planas. Si conocía Les Arcs, o Vallandry, también del dominio Paradiski, que junto a La Plagne, forman un dominio de 425km esquiables, todo un "coloso" de Francia e incluso del mundo.

Mítico edificio monstruoso en La Plagne
Hoy tocaba conocer La Plagne, así es que, vamos al lío.

Cielos azules de nuevo (como toda la semana anterior) y falta de nieve en caras sur. La tónica general de todo el viaje, aunque aquí, algo más acentuada con respecto a Les 3 Vallèes.

No había tanta nieve como en Les 3 Vallèes, otra prueba más de que como los 3 Valles no hay nada mejor.

Núcleo residencial La Plagne
Pero bueno, la estación estaba bien igualmente y muy poco concurrida. Llama la atención sus altos edificios, de la época de los 70 construidos en el Plan Neige francés. Las pistas nos gustaron, aunque si es cierto que hay zonas planas (mucha pista azul) para un estilo de visitantes más light, tipo familiar o escolar. Por supuesto también habían pistas muy cañeras o zonas para el freeride.
Nos llamó la atención que todas o casi todas las pistas negras no las pisan, las dejan asalvajadas y, evidentemente con bañeras interminables. De buena mañana nos dirigimos al techo de la estación, a 3250m, la Bellecote, un sector un poco aislado del resto del dominio y que solo se puede acceder por el telecabina de Bellecote, lento, pequeño y muy largo. Evidentemente es el área más potente de la estación, con pistas largas con desnivel y muchísimas posibilidades para el freeride. Hoy no era el día para freeride, la nieve escaseaba, tanto que incluso las dos pistas negras que bajan del glaciar estaban cerradas. Fue una pena pero, igualmente por pistas, fuera pistas y como pudimos, hicimos la bajada de todo el desnivel del tirón, desde el glaciar hasta Montchavin a 1250m, nada menos que 2000m de desnivel. La verdad es que la bajada fue acojonante de larga, algún tramo hubo que remar o hacer agroski entre bañeras, pero se pudo, fue todo un reto. Añadir que este sector de Montachavien y Les Coches es muy tranquilo, poca gente, pistas decentes aunque cortas. Tras esto, digamos que el plato fuerte ya lo habíamos realizado, pero todavía nos queda mucha estación por recorrer.
El siguiente paso iba a ser llegar al pueblo de Champagny, también a solo 1250m de altitud. Desde la cima Roche de Mio, pusimos la directa hasta Champagny, primero por azules y después por una larga pista roja, también cara sur, donde solo había nieve en la pista y esta, a pesar de ser bonita por ser un camino que baja retorcidamente entre árboles, se encontraba con nieve dura e incluso bolas de hielo.

Vista general La Plagne
Comimos arriba del telesilla Becoin, en la terraza del restaurante, donde hay muy buenas vistas del estadio de competición JL Crétier. Este era realmente el epicentro de la estación, no el centro, pero si las pistas y vistas más próximas al núcleo urbano. Cuando llegas por carretera a La Plagne, estas son las pistas que mejor se ven y más te impactan visualmente.
Las pistas Emilie Allais y André Martzolf son otras que no podíamos perdernos, en antaño pistas de competiciones internacionales. Eran potentes, no muy largas pero con varias palas muy empinadas y difíciles, con nieve muy dura, pues llegan a una cota muy baja, por donde sube la carretera del puerto de acceso al núcleo de la estación, donde se sitúa la pista de Bosbsleigh que en 1992, fue sede de los Juegos Olímpicos de Albertville.
Pues bien, este sería el resumen de nuestro día de transición entre las dos semana de viaje, en La Plagne, que ahora sí, puedo opinar sobre la estación en primera persona, ya que de verdad la conozco. He de decir que eso de que es plana no es cierto, aunque sí hay muchas azules y laderas suavecitas en la parte central de dominio. Es una estación grande y, si es tu primera vez allí como nosotros, toca sacar el mapa de pistas, casi en cada bajada, para no perderte. Los extremos de la estación son las zonas más cañeras, con descensos más largos. Respecto a los remontes, eran bastante modernos en general. El núcleo urbano es una pasada, una auténtica ciudad de vacaciones invernales, con todo tipo de servicios y multitud de alojamientos a pie de pistas, cómodos para pasar una fantástica semana de vacaciones, principalmente familias y escolares.

Estadio de competición JL Crétier
El viaje Gran Tour´22 de los Gatos continúa. Ahora ya dejamos atrás el fantástico alojamiento a pie de pistas en Mèribel-Mottaret, para ubicarnos en nuestro nuevo campo base..

...en un bungalow bien equipado y muy barato en el Camping Les Iles junto al lago de Passy, a escasos 15 minutos del centro de Chamonix y a casi una decena de estaciones de esquí a menos de 30 o 40 minutos de coche.

Calle comercial de Chamonix centro
Comenzamos esta segunda parte del viaje el domingo 30 de enero. Esta segunda semana estaba más predestinada a realizar grandes objetivos de míticos itinerarios fuera pista que teníamos entre ceja y ceja, como descender desde el Skyway de Courmayeur en Italia, la Vallée Blanche en Chamonix, aparte de esquiar también en Cervinia-Zermatt o en lugares más próximos a nuestro campo base como Mègeve, Flaine, Grands Montets... Como no teníamos ningún forfait comprado aún, estábamos abiertos a ir a esquiar donde nos diera la gana cada día.
El plan de esa segunda parte del viaje era sencillamente espectacular, un sueño para muchos, e incluso para nosotros, a pesar de que Antonio y yo, ya habíamos esquiado en casi todos estos dominios. Pero hoy domingo íbamos a comenzar por todo lo alto, cruzando con nuestro vehículo a Suiza por el puerto de la Forclaz, para esquiar en la mítica Verbier!!

Pista negra mítica que baja del Montfort en Verbier
El entusiasmo era muy grande, los 4 valientes gatos que compartiríamos esta segunda semana de vacaciones de esquí estábamos felices. Cruzábamos a Suiza a esquiar, algo que durante los meses previos, con la pandemia desbocada, parecía algo imposible debido a las restricciones.

Pero ahí estábamos, a 3300m de altitud en la cima del Montfort, paraíso freeride mundial.

Aparcamos la furgo de Luis en Le Chable (821m) y desde ahí, caminito al Montfort. Era domingo y la afluencia de visitantes era alta.

Vistas desde los 3300m de altitud (techo de la estación)
Costó un poquito de tiempo llegar a la cima con remontes pero a las 10:15 estábamos allí.
Cruz de la cima del Montfort
Estábamos contentos admirando el paisaje y las vistas, pero también muy tensos. La jornada de hoy estaba planificada de freeride puro. Llevábamos tiempo queriendo descender, el mítico itinerario fuera pista conocido como el Backside Montfort.
Para los que nunca han oído hablar de él, se trata de un itinerario de alta montaña que parte desde los 3273m en lo alto del pico Montfort, descendiendo 1600m de desnivel del tirón, en un recorrido de 8,5km y que, en algún paso, se llega a descender con una pendiente de hasta 50º. Es el itinerario fuera pista mega clásico de Verbier y por tanto, uno de los más famosos del mundo, también de los más difíciles en lo que a itinerarios con accesos de remontes de estaciones se refiere.
Bajar por aquí es un sueño para todos, ninguno de los 4 habíamos bajado anteriormente. Teníamos la ruta bien estudiada, mediante reseñas, vídeos, fotos o el propio FATMAP. Pero la realidad es que, esto es alta montaña, las condiciones son muy cambiantes, el recorrido es muy largo y es imposible saber cual será su estado en cada punto. Lo ideal y lo que recomiendo, como siempre, aparte de descender con el material de seguridad necesario, es contratar los servicios de un guía y hacer el itinerario con seguridad. Pero para bien o para mal, una vez más, este no era nuestro caso.
En la siguiente imagen se observa el acceso, el punto de entrada a este mítico Backside Montfort. Estuvimos como 10 minutos observando para ver si alguien más acometía el descenso, pero no, no vimos a nadie entrar. Tan solo había una persona ahí detrás de las cuerdas, que luego os contaré más sobre él.

Acceso al itinerario Montfort Backside
Los nervios empiezan cada vez a ser mayores, nuestro comandante Antonio nos ve con muchas dudas. En la siguiente imagen vemos la cresta inicial que hay que bajar, para meterse a la izquierda en el primer sitio posible por donde caen todas huellas. La cresta de solo 300m de distancia ya de por sí imponía, se intuía en la distancia que el estado de la nieve era venteado y un poco duro, a la vez de algo expuesto. Poca broma, una caída aquí podría ser fatal. Pero esto que vemos es solo un 1% de los 8500m de longitud del recorrido, y desde aquí, ya no se ve nada más. Todo lo que haya desde ahí para abajo es una incógnita. A pesar de tener el recorrido estudiado desde casa, una vez metidos en el ajo... la cosa cambia mucho. Además poco más podríamos investigar sobre la marcha, porque teníamos los móviles apagados por aquello de que en Suiza las compañías telefónicas te la clavan, solo por tener el móvil encendido. Era un problema, aunque por supuesto en caso de emergencia enchufaríamos los móviles. El esquí y el medio que nos rodea es serio y no deben subestimarse.

En fin, mil dudas se nos removían en la mente, que nos hicieron meditar si merecía la pena hacer este descenso o no. Mis ojos miraban más hacia las pistas pero...

...el comandante se puso firme y tiró hacia dentro. Él iba a hacer el Backside del Montfort igualmente, además, el chico que antes os mencioné que estaba detrás de las cuerdas, un montañero norteamericano, nos preguntó si le permitíamos bajar con nosotros para no hacerlo él solo, y Antonio le dijo que sí. Luís, también dubitativo, atravesó las cuerdas y para dentro. Diego, el único tablero del grupo, se hecho atrás (bien que hizo porque este itinerario para tabla es muy duro) y se fue a pistear todo el día, nos volveríamos a ver ya a las 17:00 en el coche.
Ya solo faltaba yo por decidirme. Antonio me lo dejo "clarinete": Richard, sino lo ves claro, no entres, a las 17:00 nos vemos en el coche. Y yo me pregunté internamente: Sino vas a bajar esto que querías, ¿entonces para que has venido?
No recuerdo mucho más, solo se que atravesé la cresta derrapando despacito sin mayor problema y de repente ya me vi aquí, en el primer "tubarro" del itinerario. A priori el estado de la nieve era decente, nieve algo venteada y durilla en algún punto, pero que agarraba bien el canto, daba seguridad al bajar. Aun así, bajar esta clase de tubos con este tipo de nieve impone y hay que minimizar riesgos, por tanto, descendimos todos de forma sucia, lentamente derrapando y con pocos giros.

Primer tubo inicial del recorrido
La siguiente imagen no es una foto mía, es de algún día con mucha nieve, pero os he marcado en color el recorrido, de esta primera parte del descenso, el primer kilómetro, que es realmente la parte difícil, donde está la pendiente máxima de hasta 50º. La linea roja arriba discontinúa, es la cresta que va por la otra cara, que de acceso desde el teleférico del Montfort. Luego, donde inician la bajada dos líneas rojas es el primer tubo que te encuentras, el de la foto anterior. Bajar del Montfort se puede hacer de muchas formas, las hay más fáciles y sobre todo más difíciles. Pero estas que os he marcado son las rutas clásicas más conocidas, por ello las más fáciles, aunque, no son aptas para cualquiera, ojo.
Pues bien, nosotros tiramos por la línea roja de la izquierda de la imagen, ya que era por donde la mayoría de las huellas te llevaban. Hacía bastante tiempo que no nevaba, por lo que todo estaba ya trillado y súper evidente, lo bueno es que el riesgo de aludes era de 1. Pero, nunca te puedes fiar de la montaña ni de las huellas, que pueden llevar hechas semanas ,cuando había mucha nieve y tu te crees que son de anteayer. Lo que parecía un camino de rosas, de repente todo se truncó. Si os fijáis en la siguinete imagen, en esa linea roja de la izquierda, es necesario pasar por un tubo muy estrecho, pero este, aparte de estar muy empinado, se encontraba con poca nieve, no estaba esquiable. Hay otro tubo al lado, pero es todavía más empinado y estrecho y también la nieve escaseaba. Para colmo, ambos tubos eran retorcidos con curva, por lo que desde arriba no podías ver la totalidad de este. No podíamos aventurarnos a quitarnos los esquís y destrepar un tramo del tubo a pie y después volvernos a calzar esquís, sin ver la totalidad del tubo, pues no sabes si realmente podrás llegar abajo esquiando por falta de nieve o hielo, o rocas...
En fin, sin comerlo ni beberlo, nos metimos en un "fregadero" en toda regla, un marrón que tendríamos que superar de alguna manera, ya no para poder seguir y completar el descenso del Backside, sino para poder volver a las pistas. ¿Que hacemos? Pues una vez descartado el bajar a ciegas por esos tubos escasos de nieve a pie, solo hay un posibilidad: regresar hacia arriba.
Así es que nada, esquís al espalda en la mochila y a regresar hacia arriba. Una decisión lógica y sabia pero...¿acaso podíamos subir? Vaya tela, salir de la entrada de esos tubos fue muy duro, cada paso hacia arriba era un mundo, te hundías hasta la rodilla, en ocasiones hasta la cintura. La gran acumulación de nieve arrastrada por el viento, nos hizo sufrir mucho para salir, con los esquís acuestas. Lo bueno es que la nieve era blanda, si llega a ser dura, toca ponerse crampones. Nos costó como media hora subir a un punto donde la pendiente se suavizaba. Tampoco fue para tanto! Aunque creamos que no, este tipo de situaciones de tener que regresar hacia arriba, suelen ser habituales en alta montaña ya sea esquiando o con crampones y piolet cuando, por una cosa o por otra, no es posible descender con seguridad y toca escapar regresando cuesta arriba.
Ya fuera de la zona más inclinada, toca beber agua, comer algo, bajar pulsaciones, mente fría y pensar un plan. Luís y yo lo teníamos claro, estábamos algo cabreados con la situación. Preferíamos desistir del descenso y aunque nos costará toda la mañana y mucho desgaste, nos gustaba la idea de seguir subiendo para arriba hasta la pistas, por unas huellas marcadas, de gente que había escapado hacia arriba a pie, por un sitio más fácil que por el propio tubo principal de bajada (el de la foto anterior).
En este caso, el americano montañero jugó un papel crucial en esta jornada. El trabajaba en Suiza y su teléfono si tenía conexión de datos. Miró en internet y vio que había una posibilidad de bajar por otro tubo distinto cercano (la línea marcada en morado de la siguiente imagen). Entonces nuestro comandante Antonio, decidió ir hasta allí él solo a asomarse, para ver si era posible bajar esquiando. Para llegar al inicio del tubo, había que hacer una mini diagonal facilona pero expuesta, poca broma. Lo bueno es que visualmente le veíamos, eso nos daba confianza. Cuando llegó al inicio del tubo, se asomó y dijo: Chicos se puede bajar, venir para acá!
La bajada continúa! Vamos que podemos! Así es que nada, uno a uno, con mucha paciencia y calma, cruzamos la mini diagonal expuesta, que para más inri, tenía un final con un poco de escalerita. La verdad es que era seguro pasar por allí, la diagonal estaba muy marcada de huellas, aunque estas eran estrechas. Esto se esquía despacito, con paciencia y mejor no mirar para abajo, por aquello del vértigo. Como digo yo: en peores plazas hemos toreado!

En rojo las dos líneas de bajada clásicas, en morado la que nos tocó hacer
La siguiente foto no es mía, pero el tubo ese que veis enfrente y al centro de la imagen, es el tubo por donde nos tocó bajar después. Ahí sí que habían los famosos 50º grados de inclinación. Pero que queréis que os diga, tras toda la movida que ya habíamos superado, bajar ese tubo era pan comido.

La tónica de siempre, despacito y con buena letra, minimizando el riesgo de caídas.

Yo, contento por superar el último paso comprometido.

Antonio feliz!! Ya lo teníamos hecho!!

Tras el primer kilómetro de descenso recorrido, la parte más inclinada la dejamos atrás. A partir que aquí el recorrido va por un valle...

.. y esto se convierte en una excursión de montaña. El itinerario es una experiencia magnífica e inolvidable a través de vistas alpinas salvajes: canales, glaciares, morrenas onduladas y, finalmente, la larga pista alrededor del lago de Cleuson.

Una vez abajo de la ladera, hay que mantenerse a la izquierda por una larga diagonal para bajar al lago Grand Desert.

Nunca olvidaremos a este americano de Boston, que hablaba bien el español. Gran montañero y freerider, que pesar de no conocernos de nada, el tipo tenía la situación completamente controlada.

Seguimos ladeando...

... hasta llegar al primer plano.

Antonio en la parte alta del recorrido
Aquí vemos a Luis, posando antes de llegar al lago Grand Desert, donde haríamos una parada para pegar un "bocao".

Eran ya más de las 12:30, y todavía nos faltaba mucho recorrido, más de la mitad!

Fabuloso paisaje

Ni un alma por estos lares.

Nadie bajó este día el Backside del Montfort.

Pronto llegamos a la cola del Lac de Cleuson. El itinerario transcurre por un sendero esquiable, en el que hay que armarse de fuerza, pues en ocasiones toca remar, o incluso andar, se hace muy largo.

Ya vamos viendo el final del lago, donde hay una presa.

Aquí en la presa si encontramos a otros montañeros, gente que estaba haciendo esquí de montaña.

¿Y ahora qué?¿Por donde continua el itinerario?

Pues sí, se baja junto al mismo muro de la presa. Vaya tela, impresionante!!

El último tramo desciende por un sendero bien indicado, entre el bosque. No era fácil esquiar por un sendero estrecho con nieve salvajes: baches, ramas, socavones, árboles, repechos...

Finalmente llegamos a pistas

A la civilización!! Nada menos que 3 horas y media hemos tardado en total en hacer todo el recorrido. También es verdad que perdimos casi una hora cuando nos tocó subir hacia arriba y dar media vuelta.

Pero bueno, prueba superada, y otro descenso mítico fuera pistas en el bolsillo, al igual que otros años hemos hecho en otros viajes de los Gatos el Col Pers (Val d´Isere), Ballón de la Sache (Tignes), Vallée Blanche (Chamonix), Val Mesdi, Val Lasteis o la Canal Holzer (Dolomitas)... No ha sido nada fácil, las condiciones de la nieve nos lo pusieron complicado, pero todo salió bien. El resto de la jornada de esquí, lo dedicamos a pistear. Pocas fuerzas nos quedaban ya.
Este pico de la siguiente imagen es el Bec des Rousses, el mítico de las finales del Freeride World Tour de Verbier. Parece mentira que los cracks puedan bajar por esa pared, pero lo hacen!

Es la segunda vez que esquío en Verbier. Aquí hay pistones señores!

Autopistas diría yo.

Las vistas de los Alpes suizos son increíbles.

Verbier pertenece al dominio de los 4 Valles, junto con las estaciones de Nendaz y Veysonnaz. Pero es en Verbier donde esta la "miga" del dominio.

Los remontes de Verbier son muy buenos, aunque abundan los teleféricos y telecabinas. Es una estación muy abrupta, con picos alucinantes, de los que se pueden hacer itinerarios fuera pista con multitud de tubos, que si la nieve es reciente, debe de ser una delicia. Y digo debe porque, de las dos veces que he estado, todavía no he podido hacer fuera pistas chulos entre la estación por falta de nieve fresca.

Pero son muchas las opciones para el fuera pista, es el paraíso para el freeride mundial. Parece una estación que se haya creado aposta para el freeride.

El resto de los 4 Valles, están bien pero no son gran cosa, y hay mucho telesquí en el extremo del dominio.

Como Verbier no hay nada.

Pistones tremendos.

La zona baja de Verbier es muy distinta y bonita.

Las pistas rojas que caen al mismo pueblo de Verbier son realmente pistas forestales. Son bonitas, retorcidas entre árboles y con unas vistas tremendas.

Y en la base de la estación hay mucho apreski posible, aunque no te resultará barata la cerveza.

Pues nada, aquí acaba la aventura de Verbier y su Montfort Backside. Este era nuestro 9º día de esquí consecutivo y llegamos a la casa cansaditos, dormimos como un bebe jaja.
¿Que pasó al día siguiente? Era lunes y el plan era ir a Cervinia para esquiar en Zermatt. Pero el día fue un auténtico fracaso. Un viento fortísimo y sobre todo, una escasez de nieve como nunca antes había visto en Cervinia. Esto nos pasa por no mirar las webcams antes! En fin, después de casi 2 horas de conducción y el madrugón, nos tuvimos que regresar al bungalow y dedicamos el día a hacer turismo por Chamonix. Las piernas nos agradecieron este día de parón, pero el reto de esquiar los 15 días seguidos, sin comerlo ni beberlo, se nos esfumó. Un lástima!

En el próximo capítulo, que será ya el último de esta serie Gran Tour, os narraremos como fueron las últimas jornadas del viaje, donde todavía quedan muchas estaciones por visitar, alguna que otra aventura más, y sobre todo, lo más importante, por fin hizo acto de presencia la nieve fresca, con una nevadita bien maja que nos cayó!
Para finalizar os dejo el vídeo resumen de todo el viaje. Pasen y vean!!
Hasta la próxima y recordad...SED FELICES!!
Fotos, vídeo y textos:
Gatos del Pirineo