Tenía verdaderas ganas de volver a mi pueblo de adopción y poder esquiar esa nieve primavera que no tiene parangón en todo el continente. Sólo en glaciares y algunas zonas de la Sierra Nevada norteamericana - a la misma latitud y con similar altura - encontramos una nieve de una calidad parecida en estas fechas. Esto se debe principalmente a que la gran densidad de las capas bajas impide que el calor penetre y la nieve se pudra, convirtiéndose a lo largo del día en esa mantequilla agradable y fácil de esquiar por el efecto paulatino de los rayos del sol.
Por mis circunstancias personales no podía subir si no era para trabajar, pero gracias a la invitación de Pepe Peinado, pude sumarme a la incursión "reivindicativa" en honor de las casi trescientas personas de Nevasport que no han podido asistir a la estación por culpa de su cierre prematuro. Gracias también al apoyo logístico de Javi Conde, y con él a la cabeza, nos dispusimos a ascender al Veleta saliendo desde el mismo pueblo, hasta las trancas, como se ve, de buena nieve bien compactada.
Un montón de viejas y buenas emociones me vienen de repente cuando abordamos la diagonal de entrada a la pista Maribel, todavía dura. Al fondo los Peñones de San Francisco, donde hasta no hace mucho aún vivía una pareja de águilas y que igonoro si seguirán allí. Cuando en el 89 hice la mili destacado en el GOE II de la Hoya de la Mora, hacíamos prácticas de rescates y escalada en esas viejas vías, y el esquí de travesía que hoy me vuelvo a poner en esta Sierra, después de tantos años, era entonces mi calzado más habitual.
La temperatura es perfecta para la ligera subida, que se presta a disfrutrala a ratos contemplando la expléndida sierra y a ratos ensimismados en nuestro pequeño mundo. Multitud de huellas delatan la afluencia de aficionados deseosos de aprovechar la abundante nieve, aun con los remontes cerrados.
Llegamos a un Borreguiles redondo de nieve, con una Visera por la que varios aficionados que han subido desde Montebajo, disfrutan la incomparable crema que a esa hora ofrece su orientación al Este.
Los jefes llevan todo preparado; sacamos un misterioso rulo azul de la mochila y nos disponemos para inmortalizarnos frente a la web-cam de Borreguiles en representación de los casi trescientos asistentes a la KDD del 2012 que se han quedado en tierra. Tampoco olvidamos a los que no pudieron participar en el tradicional Trofeo de Veteranos, a los matriculados en los cursos de profesores planeados para las fechas, y a todo el resto de los aficionados que se han quedado sin poder esquiar estas nieves de primavera de primera calidad, tan díficiles de encontrar accesibles por remontes en otras partes del Globo.
La web-cam de Borreguiles recoge el momento, mecánica y rutinaria, ajena a nuestros problemas mundanos. Resulta paradójica, en la esquina superior derecha, la publicidad de una empresa pública animando a comprar una tarjeta a las mismas personas a las que, ese mismo día, está dando una figurada patada en el culo con excusas y modales pueriles que insultan la inteligencia de cualquier aficionado informado. La cantidad de nieve es espectacular para la época.
Cumplida la misión nos ponemos la chaquetilla y tratamos de aprovechar la excelente nieve antes de que se meta una inoportuna nube. La zona de El Ascensor se ve esquiable y varias huellas surcan por debajo de La 18; las Negras, más allá, están espectaculares - al igual que el resto de las pistas - gracias a la buena base conseguida por el excelente trabajo previo de los técnicos y los trabajadores de la estación. Una vez más reflexionamos sobre el paraíso que sería esta Montaña, de no estar al albur de decisiones y chanchulletes políticos.
La crema es extraordinaria y, literalmente, se me saltan las lágrimas de emoción al sentirla de nuevo bajo mis pies. Podemos apreciar la cantidad de nieve acumulada en todos los rincones de la montaña.
Finalmente llegamos abajo de El Río con una estación tan abarrotada de nieve y gente que resulta difícil creer que se encuentre cerrada. Gracias a Javi y Pepe hemos disfrutado de una extraordinaria jornada, que inmortalizamos con una oportuna y fotogénica RATRAC de fondo, chupando cámara, juas.
De camino a la merecida cañita (con tapas que, eso sí, es bastante difícil de encontrar en mi hospitalaria Sierra de Norteamérica, juas) observamos el aspecto de la estación, más parecido al principio que al final de la temporada. El efecto de las temperaturas mejorará aun más la calidad de esta nieve que hemos esquiado hoy compactándola, y por un buen tiempo, al menos hasta bien entrado Mayo en este año de poca nieve, esa mantequilla estará extraordinaria a las horas en las que el sol la haya derretido lo suficiente tras una buena helada nocturna.
En fin, aquí terminamos; espero que les haya gustado este mini-reportaje de nuestra subida a reivindicar la calidad de la Primavera en Sierra Nevada. Un pequeño relato sobre lo cerca que tenemos el paraíso y que, al margen de la soberbia de los que tienen la sartén por el mango, es demasiado bueno para dejarlo pasar.
¡Feliz salida de la temporada!
Carolo, Abril de 2012
Fotos cedidas por Javi Conde, Nívalis Sierra Nevada