Las estadísticas muestran que, si bien ha habido un aumento del 16,5% respecto al año pasado, el resultado es más bien escaso, sobre todo si se compara con el obtenido, por ejemplo, por las estaciones del grupo empresarial Aramón, que agrupa a cinco de las siete estaciones aragonesas. Para ellos, la campaña ha sido "excepcionalmente buena", con un incremento del 47% respecto al invierno pasado.
Dos estaciones son el ejemplo de lo que está ocurriendo: de un lado, Baqueira Beret (Vall d'Aran), que inició la campaña con una previsión de 700.000 esquiadores y que se ha quedado finalmente en 603.000, y, del otro, Formigal, en el valle oscense de Tena, que ha experimentado un incremento del 84%, gracias a sus 580.000 esquiadores. Eso significa que la estación aragonesa pisa ya los talones a su competidora catalana, con una diferencia de apenas 23.000 forfaits, es decir, del 3,8%.
Formigal (la estación más grande, en kilómetros esquiables, de España) ha recibido en los últimos seis años una inversión superior a los 100 millones de euros. Solo en servicios de restauración la ampliación ha sido del 52% respecto a las instalaciones existentes hasta ahora, informaron fuentes de Aramón.
El precio del forfait de adulto la pasada temporada en Formigal fue de 37 euros, frente a los 42 que cobró Baqueira. Vale la pena recordar que el Gobierno de Aragón es propietario, al 50% con la entidad bancaria Ibercaja, del grupo Aramón, que gestiona otros cuatro complejos invernales de Huesca y Teruel.
La compañía admite que parte de su éxito es fruto de las inversiones de los últimos años, aunque asegura que, si la temporada ha sido buena, "es porque se han producido un cúmulo de circunstancias favorables", sostenía esta semana un portavoz. De entrada, dijo, "este invierno la nieve ha caído entre semana y, encima, la mayoría de fines de semana han sido de muy buen tiempo".
En la estación aranesa, que pertenece exclusivamente a capitalistas privados, la inversión para esta campaña fue de 3,8 millones de euros. Buena parte de estos recursos se destinaron a infraestructuras de peso, como la mejora de los sistemas de innivación, con la incorporación de mecanismos de ahorro energético, o la apertura de una nueva captación para el suministro de agua en la zona de Ruda. También se invirtió en la zona de restauración de La Bonaigua, donde se habilitó una terraza de 600 metros cuadrados.
Casi todas las estaciones catalanas priorizaron esta temporada la ampliación de los cañones de nieve artificial, que copó un importante porcentaje de los 18,6 millones de euros invertidos en el sector del esquí. Gracias a ellos, este año se ha podido esquiar durante 149 días en el Pirineo catalán, con una Semana Santa que fue una de las mejores de los últimos cinco años.
Las cinco estaciones de Aramón registraron 1,2 millones de esquiadores, a los que hay que sumar las cifras de Astún y Candanchú, que no se han incorporado por el momento al hólding de la nieve aragonés. Los responsables de la entidad han considerado la campaña de "extraordinaria, aunque no excepcional", y han adelantado que pese a estos buenos resultados serán previsibles pérdidas debido a las elevadas inversiones realizadas durante los últimos años.
La estación de Candanchú cerró ayer sus puertas, dos semanas después que el resto de centros. Los últimos esquiadores aprovecharon el buen tiempo para hacer las últimas bajadas de la temporada.
Fuente: