Casi de manera fortuita, comenzó un viaje a Chamonix en el que se inició nuestra formación en técnicas de progresión en montaña y glaciares gracias a Pau Gómez, guía de montaña de la Escuela Dablam.
por Raul Diez
Durante aquel viaje aprendimos muchos conceptos básicos en anclajes y seguridad, que nos llevaron a poder acceder a una montaña completamente nueva y a hacer el Couloir des Cosmiques en muy buenas condiciones, …pero había que profundizar y pasar a un segundo nivel. En este segundo nivel debíamos progresar nosotros solos y ser capaces de escalar con el material a cuestas con la máxima seguridad, instalar un rapel en medio de una canal, …entre otras muchas cosas.
Este segundo nivel lo hicimos en Tavascán, cuartel general de la Escuela Dablam, el paraíso escondido que nos llegó a ofrecer unos giros de nieve polvo después de más de un mes sin nevar y con temperaturas demasiado suaves. El primer día lo dedicamos a conocer los crampones y piolet, a avanzar con ellos, practicar autodetenciones en un tobogán natural que hicimos en una ladera, e incluso a escalar en hielo. Después a refrescar anclajes en nieve y unas pruebas de ARVA para finalizar el día…aunque bien pensado, quien iba a finalizar el día con la luna llena que había? Así que calzamos las pieles y nos fuimos a regalar los sentidos con la montaña iluminada con la luz tenue de la luna llena y bajo un cielo estrellado de infarto. Ahora si que dábamos por finalizado el día.
Ya nos avisó Pau que el día sería duro, así que íbamos preparados. Con las pieles desde el refugio de la Pleta del Prat, nos dirigimos hacia la Coma del Forn, donde colgamos los esquís en la mochila, nos calzamos los crampones, y en cordadas de dos remontamos un couloir hasta la base de la grimpada que nos llevaría a cima.
Poco a poco, encordados y asegurando ya sea de primero o de segundo, llegamos hasta la cima donde nos quitamos el material de montaña para calzarnos esquís y ver donde nos había llevado Pau. Un couloir que desembocaba a un valle en la sombra y que además escondía algo que no esperábamos: Pow! Unos giros que supieron a gloria y que luego nos hicieron afrontar el último obstáculo del día con más optimismo.
Ese último obstáculo se trataba de una instalación de rapel situada en medio de una canal. Para llegar a ella el primero debía destrepar con un nudo dinámico, asegurado el segundo a un anclaje que debíamos instalar en la nieve, y al llegar este primero al rapel, asegurarse y asegurar el destrepe del segundo. Sencillo en palabras, delicado en hechos. La progresión en cordadas de dos, unido a nuestra falta de experiencia, obliga a que tardemos más tiempo del habitual y finalmente cuando reagrupamos a la salida de la canal, se nos haga de noche y hagamos el regreso hacia el refugio de la Pleta del Prat bajo una luna llena espectacular.
Parece mentira que unas pocas técnicas de escalada te abran una montaña a la que todavía no te habías parado a mirar. Es del todo recomendable realizar un curso de este estilo a todo aquel que se mire la montaña desde una perspectiva freerider.
+ Info: www.dablamesports.com