El 8 de marzo cancelaron los eventos públicos, el 10 de marzo cerraron las escuelas, el día 15 las fronteras y 24 horas después todos los comercios no esenciales. Prácticamente se siguió la hoja de ruta de España e Italia que les ha permitido mantener a raya al COVID-19. Cuando acabó marzo solo tenían 49 fallecidos.
Tomando como referencia las medidas que se decretaron en el momento que se detectan los 100 primeros casos, nos encontramos con que Grecia para entonces ya había suspendido eventos y cerrado colegios y universidades. Sin embargo esperó cuatro días para cerrar las tiendas no esenciales y 11 para ordenar el confinamiento de la población. España tardó entre 13 y 14 días en hacer lo mismo.
Lo que si se adelantó España es en cerrar las estaciones de esquí. Se hizo cuando se habían detectado oficialmente unos 850 casos. En Grecia no se han cerrado. Solo ahora la empresa pública Public Properties Company (ETAD), que gestiona en propiedad o concesión varias instalaciones de turismo como resorts de playa, campos de golf, palacios de congresos y tres estaciones de esquí, ha anunciado que cierra sus complejos vacacionales. La empresa lo ha hecho mediante el siguiente comunicado,
En Mayo de 2010 Grecia solicitó un plan de rescate financiero a la Unión Europea que le obligó a recortar sueldos y empleos en el sector público, eliminar muchos monopolios en manos del sector privado, al aumento de impuestos, privatizaciones y cambios estructurales. La temporada de esquí 2010-2011 se abrió con incertidumbre con una gran pérdida de poder adquisitivo de los griegos, principales clientes de sus complejos invernales. La implantación de ofertas y una promoción para captar turistas de países fronterizos permitió salvar los muebles y recuperar la normalidad en los siguientes inviernos. Ahora con una pérdida económica a nivel internacional y la restricción de viajes entre países que se espera que dure varios meses, deberá ser exclusivamente los propios esquiadores griegos quienes alimenten las estaciones de esquí del país.