Cuando alguien recibe una clase de esquí o snowboard, suele dar por hecho que el técnico al que ha contratado es quien debe realizar “todo” el esfuerzo y guiarle correctamente.
El alumno entiende que deja en las manos de este profesional toda la responsabilidad y que lo que él realice o ejecute de manera incorrecta, su guía lo corregirá de inmediato dándole indicaciones, puesto que para eso le ha contratado.
No está exento de razón, pero es cierto que si además este aprendiz intenta ser un buen alumno, aprovechará mucho más la clase, y disfrutará de una mayor seguridad.
Es recomendable comentar al profesor el objetivo por el que se le ha contratado para que él pueda enfocar la clase. Pero no así lo es el indicar a ese técnico hasta dónde se quiere llegar técnicamente, ya que es algo que habitualmente pretenden los alumnos.
A los profesores les llegan alumnos cuyo objetivo puede ser avanzar técnicamente, bajar por diferentes pistas, acompañarles a conocer esa estación, desconectar de su vida habitual y hablar de temas de esquí con alguien que realmente conzca este mundo, quitarse el miedo a la pendiente o a deslizar, disponer de alguien que le ayude a levantarse en caso de caida, y un largo etc. Por eso los profesores también deben captar lo que los alumos demandan.
Si se pone al profesor en situación contándole nuestras pretensiones, podrá trabajará en base a ellas y seguramente la clase termine con una mayor satisfacción general.
En caso de no hacerlo, el instructor avanzará siempre basándose en la inercia de lo que él considera que su alumno requiere primordialmente.
Aquí os mostramos algunas recomendaciones:
- Comentar al profesor las intenciones y objetivos de la clase para que él valore la viabilidad.
- Llegar relajados y con fuerzas a la clase, además de con algo de tiempo.
- Prestar atención al profesor en todo momento.
- Preguntar todo lo que no se comprenda, pero evitar desquiciar al profesor con repetidas preguntas que parezcan dudar de sus indicaciones.
- No presionar al profesor para que nos lleve a un remonte o pista improcedentes.
- Comprender que en las clases de más de un alumno, el profesor deberá adaptarse al nivel más bajo para mantener la seguridad, por lo que los alumnos que más avancen, deberán ralentizar sus pretensiones.
- Recordar que el aprendizaje colectivo es un producto a mejor precio, pero no mantiene la calidad de una clase individual.
- En caso de haber recibido una clase realmente desastrosa, comentarlo al responsable de la escuela.
Una vez aclarado esto, es importante no querer avanzar más rápido de lo que el profesor nos indique a nivel técnico, puesto que él es quien tiene la experiencia y la responsabilidad de prever las negativas consecuencias.