Cogí el móvil, entre en las Webcam de Sierra de Béjar (La Covatilla) y me dije -Adelante- Agarré el macuto, metí todo para hacer travesía y en menos de una hora allí estaba, poca gente en el parking, de frente la pista principal, por la que transcurre el telesilla, se veían las zanjas para las lluvias, a la derecha la pista del “cerrojo” venteada y casi sin nieve y a la Izquierda la pista “Muchachina” con más cantidad.
En general me sentía un poco decepcionado y me preguntaba para que había ido, pero ya que estaba ahí, colgué los esquís en la mochila para portear.
Llego a la base de la estación y…¡¡ Sorpresa!!Nieve virgen, un poco húmeda y con una profundidad de unos 30 cm. así que desmonté los esquís de la mochila, ¡¡me puse las botas y hacia arriba!!
Empiezo, nieve con grosores variados debido al viento de la pasada noche, pasamos de 5cm a casi un metro, pero lo más constante son unos 30 cm.
Sigo subiendo y recuerdo lo buena que es esta estación, pero el poco valor que se le da. Continuo hacia arriba y la nieve va cogiendo más persistencia en profundidad y calidad, en todo el recorrido, ¡seremos unas 20 personas y constantemente me digo –! Tio! Sube más rápido que tienes que bajar el primero para aprovechar esta maravilla-
Pero no, subo como Freerider no como Skimo. Es decir, tranquilo, haciendo fotos, mirando el paisaje para bajar en un rato al 100%. La estación se ve como un poco abandonada, sin maquinas, los cañones apagados ETC y dices -En Valdesqui estarían haciendo cualquier locura para por lo menos abrir 2 pistas- (Punto de vista NO profesional)
Sigo subiendo y veo el inicio del telesquí. En vez de seguir por la pista, subí por el collado que sube hasta el Canchal negro y una vez en el collado: las maravillosas vistas de toda la sierra de Gredos, la sierra de Piedrahita, el valle de corneja.
Al llegar a lo alto, vi el telesquí sin el cable ni perchas.
Continué los andares por el collado hasta por fin ver el Calvitero (Pico más alto de Extremadura) y los circos glaciales donde se sitúan las lagunas del Trampal y la del duque. En ese momento te das cuenta de la maravilla de esa sierra, lagunas, riscos, barrancos, hielo...Y todo eso vacío, ni un alma.
Dejando esos pensamientos tan románticos y aventureros, me quito las pieles, me ajusto las botas y empiezo a bajar.
En lo alto estaba muy venteado, viendo rocas y hielo. Ya por fin llego a las pistas. Observo y veo en la pista del telesquí un buen cúmulo de nieve en un paraviento.
Así que me digo -Por ahí señor-! ¡Y madre mía! Nieve virgen, un poco húmeda, por lo que iba presionando la nieve con pequeños y relajados saltitos para coger velocidad…¡¡que gozada!! ¡sin pisar una sola roca o matojo! Llego al final de la pista del telesquí y observo por donde seguir, miro por donde subí y justo por la parte exterior de los paravientos otro cúmulo de nieve, tanto y tan buena como antes ¡qué maravilla! Así que sigo bajando hasta los últimos 200 metros aprox y ahí ya, tiro de cuña, ya que piedras y piornos empiezan a resaltar.
Llego al inicio del parking y me digo – Una de las mejores bajadas que he hecho- Cuando en el sistema central cae una buena, encontramos una nieve, muy especial.
Volví al coche, llegué a Piedrahita, me arreglé y salí a disfrutar de la estupenda gastronomía de la comarca.
¡¡Gracias Covatilla!!