
Après-ski en La Cerdanya (Foto: IST).

Après-ski en Soldeu (Foto: Grandvalira).
Viernes noche o sábado por la mañana; centenares de vehículos se dirigen, desde diferentes núcleos de población, hacia las estaciones de esquí de los Pirineos, Alpes, Sierra Nevada o cualquier valle de montaña con estación de esquí. Si son esquiadores son fácilmente identificables. Posiblemente van cargados de esquís, tablas de surf, chaquetas, cascos, material diversos y maletas para pasar un par de días en la nieve. Y eso se refleja en la luna trasera del vehículo.
Buena parte de ellos pernoctarán ese viernes y/o el sábado en un apartamento o chalé de segunda residencia, quizás en un bungaló, o en una lujosa habitación de un hotel del destino de nieve al que se dirigen. Da igual. Van a la nieve y posiblemente van a vivir ese fin de semana, o semana blanca, con la máxima intensidad. Y esos mismos esquiadores que durante la mañana del día estarán esquiando en su estación escogida, por la tarde y por la noche muchos de ellos destinarán las horas antes de volver a acostarse a diferentes actividades. Empieza su particular après-ski.
No cabe duda que el post-esquí es un espacio de tiempo entre esquiada y esquiada que los esquiadores lo vivimos de muy diferentes formas. Hay tantos como esquiadores o familias.

Après-ski de compras en Escaldes-Engordany (Foto: Andorra Turisme).
Algunos optan por dedicar por completo esas horas a descansar en el sofá viendo la televisión o chateando-navegando con el teléfono móvil, o tal vez cenar en casa y acostarse para descansar y estar a punto para una nueva jornada en la nieve al día siguiente.
Otros, aprovechan esas horas para vivir intensamente ese espacio de tiempo y sacarle el máximo rendimiento invirtiendo horas en ocio, gastronomía o, porque no, en mover el esqueleto gin-tonic en mano un par de horas en la discoteca de moda.
Y cada fin de semana puede ser diferente. Mientras para unos en un fin de semana de inicios de temporada el après-ski se limitará a encargar mesa para cena en el restaurante de moda del valle, en el próximo fin de semana que suban a la nieve se limitaran a cenar junto a la chimenea de esa segunda residencia o apartamento alquilado.
Para otros esas horas post-esquí se dedican a pasear por una calle comercial en la que abundan tiendas de moda o del mundo de la nieve o de bares de tapas. Otros, quizás, lo destinan a ver un partido de hockey hielo o, mejor aún, a patinar en esa misma pista de hielo en la que el equipo local ese día juega su partido fuera.

Las compras en una calle comercial de Andorra La Vella (Foto: Turisme Andorra).
En definitiva, el après-ski es variado e intenso y si cada esquiador lo vive a su manera, también es cierto que cada valle tiene sus peculiaridades que se traducen en diferentes hábitos y ofertas. Y no es lo mismo el post-esquí generalmente frío de la semana de Fin de Año al de las noches más templadas de la Semana santa.
Por lo general los destinos de nieve, entiéndase la estaciones de esquí y sus respectivos valles, se preocupan de que el après-ski ofrezca variedad y calidad.

Après-ski en Candanchú (Foto: candanchú).
Una variedad que, quizás, viene determinada por una programación de actividades culturales (conciertos, festivales de cine de montaña…) y de ocio de acuerdo con las asociaciones comerciales de los pueblos y ciudades pie de pista. En otros destinos van más allá y cuidan hasta el último detalle su après-ski. Detalles que pueden ir desde una rotonda en la entrada del pueblo con un motivo de deportes de nieve, hasta restaurantes que en su carta los platos llevan nombre dedicados al esquí, o de una discoteca en la que sustituyen a los clásicos sofás por las sillas biplaza del último telesilla que se ha retirado en la estación de esquí de la cabecera del valle. O ponerse de acuerdo todas las actividades económicas del pueblo pie de pista para permanecer abiertas durante ese tramo final de la temporada. Sí, eso ocurre.
En definitiva, un abanico de posibilidades enorme que hace que vivamos las horas après-ski con una intensidad que, al final, permitirá que los esquiadores que han pasado por ese destino puedan despedir el fin de semana o la semana blanca con un recuerdo 100% nieve y esquí. Y lo más importante: con ganas de repetir.

Calle con ambiente navideño y après-ski en Puigcerdà (Foto: OTP).
Así es el après-ski en Candanchú
Empezamos por Candanchú. No hay que olvidar que se trata de una estación de esquí con un pie de pistas situado a 1.530 m, lo cuál condiciona el tipo de post-esquí que nos vamos a encontrar. Por supuesto hay opciones en Canfranc, a 7 kilómetros, y en Jaca, a unos 28 kilómetros, pero en este artículo nos centramos en el pie de pistas de la estación.En Candanchú es bastante habitual que al cierre de pistas uno se deje caer por la Galería Comercial del Complejo Pirineos, formado por apartamentos y hotel, aunque hay otras zonas. Allí encontraremos tiendas de regalos de esquí, bares, supermercado, e incluso hasta hace poco había discoteca y sala de máquinas para jóvenes. También está el Barambán, ideal para el cierre de pistas. Una opción reciente pero que únicamente funciona los sábados.
También en el Hotel Edelweiss y frente al complejo Pirineos hay otra zona exterior de varios bares. Para quienes buscan algún bar en el que tomar alguna copa existe la barra del propio Hotel Candanchú. Su encanto está en que se mantiene igual que hace casi un siglo cuando se inauguró. Un ambiente auténtico.
También en la Galería Comercial está el bar El Candil, y La Chocolatería subiendo tras “la curva”. Para una cena con identidad una buena opción es el bar-asador Estanés, junto a la salida del Telesila Tobazo.
¿Y para las aves nocturnas? Sin duda el bar La Zapatilla, uno de los más habituales en la Galería Comercial, pero también el Excursionistas y La Lola, éstos últimos en “la curva” de Candanchú.

Restaurante Casa Lola en Candanchú (Foto: Casa Lola).
Après-ski en Formigal
Formigal presenta algunas peculiaridades en lo que se refiere al après-ski. Lo básico es diferenciar lo que es la urbanización y estación de esquí de lo que es Sallent de Gállego. Así que vamos a ir un poco al grano con este destino.En Formigal urbanización. Desde la iglesia de Basarán y en las cercanías de la calle de Huesca y Plaza de Formigal se concentran los locales comerciales y establecimientos de restauración. Lo habitual es hacer un paseo por esta zona a partir de las cinco de la tarde.
Una buena opción entre las actividades post-esquí es tomar un vino antes de la cena en 2 establecimientos muy recomendables: La Luna y el Divino. Y en lo que se refiere a bares de tapas podemos destacar el Buho’s. Muy recomendables sus pinchos y las tertulias sobre la nieve y el estado de pistas de sus clientes habituales.

Bar Buho’s de Formigal (Foto: Ignacio B. P.).
Para una cena. En la urbanización destacamos los restaurantes Tosquera y Asador Borrullán pero si nos queremos desplazar hasta Sallent, a unos 5 kilómetros de Formigal estación de esquí, podemos recomendar Casa Martón y Asador Casa Jaimico. Ambiente esquiador y gastronomía local.
En el mismo centro de esquí también tenemos oferta après-ski muy recomendable. Dentro la misma estación podemos cenar en La Glera y las Mugas, ambos con cocina aragonesa o tradicional, aunque éste último nos invita a una experiencia más completa en la que se incluye paseo con raquetas, dormir en los iglúes y la cena para finalizar la actividad.
Sobre la Glera hay que tener en cuenta que hasta aquí solo se llega en pisanieves. Se sube en una máquina habilitada con cabina para llevar a los comensales hasta esta cabaña situada a 2000 metros de altitud, una antigua cabaña de pastores reconvertida en restaurante con unas vistas espectaculares.

Aprés-ski de cena en la cabaña de La Glera (Foto: Grupo Aramon).
¿Mover el esqueleto?
Para bailar: por supuesto, Marchica, el après ski por excelencia, el lugar donde despedir la jornada de nieve bailando mientras se esconde el sol, al son de los mejores DJ. Pero ojo con sus horarios, que van de las cinco tarde hasta las nueve noche, ideal para al día siguiente estar esquiando. También muy recomendable el M the Club. Un local que abre para las cenas y que es un imprescindible para la primera copa al son de la música en directo.Y para quienes prefieren alargar la noche, en la urbanización encontramos el Switch Snow-Bar, Dogtown y el Koch, en todos ellos ambiente esquiador durante la temporada.

La Mar Chica, en Formigal (Foto: Aramon).
Après-ski en Puigcerdà, en la Cerdanya
La Cerdanya es, sin ninguna duda, una de las zonas de los Pirineos con más ambiente y oferta de après-ski. Aquí vamos a encontrar de todo y con variedad, así que para no extendernos en exceso vamos a focalizarnos mucho en que lugares vamos a encontrar un ambiente mayoritariamente esquiador.Sobre la Cerdanya hay que tener presente que en su área de influencia del mundo del esquí se encuentran hasta 8 estaciones de esquí alpino y 3 de nórdico, con sus respectivos pueblos pie de pista. Así pues, y aunque pueda parecer un poquito injusto, nos centraremos en su capital de comarca, Puigcerdà, por ser la que más y mejor capitaliza el movimiento de esquiadores entre las 5 de la tarde y la madrugada. Sin embargo hay que dejar claro que cada pueblo de la comarca puede tener su propia dinámica après-ski.

Partido de hockey hielo en Puigcerdà, una actividad après-ski imprescindible (Foto: Toni Blanco).
La visita a Puigcerdà por su entrada principal ya es por si misma un homenaje a los deportes de invierno. Presidiendo la rotonda de su accesos principal una estatua de un jugador de hielo en el centro nos recuerda su vinculación al deporte y al invierno. Si por día y fecha hay partido de hockey hielo es muy recomendable presenciar un partido. Si se trata de un Puigcerdà-Jaca, sería imperdonable no asistir.
Por lo general el ambiente empieza sobre las 6 de la tarde. Un paseo por sus calles comerciales del centro histórico nos permitirá agrupar alrededor de sus 6 ejes principales los esquiadores que horas antes estuvieron esquiando en alguna de las estaciones de la zona.
Antes de la cena, muy recomendable tomarse un vino en el Tap de Suro, con vinos de las DO cercanas a la zona. Para cenar una buena opción es el Restaurant Casa Nuri o La Borda del ceretà, ambos restaurantes muy céntricos y con cocina del territorio. Y finalmente si hay ganas de mover el esqueleto a ritmo de los últimos hits del momento, una visita al Badiu o el Nòrdic, ambos en las afueras de la capital ceretana. Pero eso sí, en estos 5 locales compartiremos el ambiente esquiador a partes iguales con el de los locales no esquiadores.

Restaurant La Borda del Ceretà, en Puigcerdà (Foto: La Borda).
Après-ski en Andorra La Vella i Escaldes-Engordany
Otro gigante del après-ski en los Pirineos. Sobran presentaciones para explicar lo que es el ambiente en Andorra a partir de las 5 de la tarde. Después de un día excitante en pistas una muy buena opción para empezar nuestro après-ski sería una visita a Caldea. Pero ojo, la misma idea la van a tener otros muchos esquiadores, así que para evitar horarios de alta afluencia quizás deberemos avanzar un poquito nuestra visita o bien dirigir nuestra visita al espació Inúu, dentro del mismo Caldea pero con circuito a parte y más exclusivo.No hace falta decir que una de las actividades que mejor identifican el après-ski en Andorra es el shopping. La variedad comercial en las calles de Andorra La Vella y Escaldes Engordany hacen de las compras una actividad para cerrar la jornada de esquí insuperable en ese sentido. Variedad y precios atractivos hacen de las compras una actividad realmente exitosa, quizás demasiado, así que ojo con sacarle humo a nuestra tarjeta de crédito. Va a ser muy común encontrarnos en las tiendas a quienes ya han pasado por el hotel o quienes todavía visten con la ropa de esquí o snowboard.
Entre compra y compra también tendremos tiempo para hacer un vino sin abandonar su centro comercial. Dos buenas opciones podrían muy bien ser el 13,5, en Andorra la Vella, o en Cal Marquet, en Escaldes-Engordany.

Caldea, el “templo” del aprés-ski en Escaldes-Engordany (Foto: caldea).
Para cenar, Andorra nos ofrece un amplio catálogo de restaurante de todo tipo de cocinas y precios. La oferta es muy amplia y extensa en todas las parroquias del país así que en nuestras recomendaciones vamos a proponeros 4 restaurantes que aunque no todos están en la capital o en Escales-Engordany, merecen ser mencionados. Vamos allá: la Borda Raubert, en La Massana, la Borda de l’Hortó, en Ransol, Can Manel en Andorra La Vella y L’Era d’en Jaume, en Llorts. Y si nos hemos fijado en ellos es porque los 4 han apostado por una cocina de los Pirineos o, si lo preferís, cocina andorrana.
Y finalmente ¿Dónde podemos ir a bailar un rato y encontrar un ambiente realmente de esquí en Andorra? Igual que en el caso de los restaurantes, nos desplazamos fuera de Andorra La Vella i de Escales-Engordany. Sin duda la oferta de locales donde tomar una copa es extensa y variada así que vamos a relacionaros un par de locales en los que casi con total seguridad está formado por amantes de la nieve. El Cisco's i el Surf, ambos en Arinsal, con ambiente 100% esquiadores o surfers. Nuestro consejo: pactar hora de salida si o si, que al día siguiente os queremos en pistas. Y por supuesto, el bar L’Abarset, en el pie de pistas de El Tarter, el templo del après-ski en Andorra, una opción ideal para quienes buscan diversión y quieren apurar hasta la última subida del telesilla para esquiar. Ojo con los horarios: a las 9 de la noche se cierra la sesión musical.

Abarset, en El Tarter (Foto: Grandvalira).
Finalizamos nuestro artículo sobre de 4 maneras diferentes de vivir el après-ski en Candanchú, Formigal, Andorra capital y Puigcerdà. Por supuesto que resulta imposible desglosar todas las opciones de cada uno de estos 4 destinos, de manera que nos hemos basado en nuestra propia experiencia y en nuestros colaboradores sobre el terreno. Nos hemos fijado en las actividades que nosotros consideramos “estrella” en cada uno de esos 4 destinos y en los restaurantes en los que se respira, prioritariamente, un ambiente après-ski y que, además, tienen el aliciente de ofrecer una gastronomía propia del valle o zona en la que se encuentran. Sólo así el aprés-ski se puede respirar y vivir con una singularidad propia, por supuesto ni mejor ni peor que otras, pero a nuestro criterio con una identidad que lo hace más genuino.
¡Esperamos con gusto y actitud abierta vuestra opiniones sobre nuestras propuestas!