Día 1
Llegamos a Sankt Anton vía Lufthansa a Munich que nos permite llevar material de esquí, donde con un coche de alquiler, este año en Landeck en vez de ir hacia Ischgl, nos vamos al valle donde está Sankt Anton.
Después de dormir en un bonito apartamento y ver que al igual que en Ischgl, el sistema de autobuses es maravilloso y que el coche ni lo tocas, nos plantamos a primera hora en pistas con un plano por el que uno no está acostumbrado a decidir por dónde empezar con tantas opciones. Así que nos decantamos por un reconocimiento cercano para más adelante irnos hasta el fondo.
Y es que el primer día era para aprovechar con el maravilloso tiempo y los kilómetros de visión que premitían ver lo enorme que es aquello.



Estábamos como niños con zapatos nuevos corriendo por todos lados, como pollos sin cabeza solo queriendo encontrar nuevas cosas. Nuevos paisajes, diferentes tipos de pistas anchas o estrechas con curvas, algo de fuera pista… y también los detalles de la estación como algunos adornos en las colas de las sillas o mantas para algunas sillas donde saben que pega el viento y que no van con capota o calefactadas (muy pocas, pero alguna había).


Al igual que en Ischgl comentaba el año pasado que estaba todo muy bien indicado por zonas, Sankt Anton nos resultó muy fácil de orientarnos en todo momento por su numeracíon de las pistas y el buen orden en el que estaban numeradas, que en la silla nos permitía recordar 3 números a seguir y con lo que parecíamos asiduos a esa estación por nuestra determinación al bajar sin dudar por dónde era la bajada.
La vuelta fue tranquila hasta la zona final, un punto en el que muchos convergíamos en una pista en la que aquello era como un hormiguero. Hasta ese momento no nos habíamos dado cuenta de cuánta gente estábamos realmente en la estación.


Día 2
Pintaba de nuevo que iba a hacer bueno, aunque se nublo algo. Pero eran nubes altas así que teníamos gran visibilidad, por lo que decidimos subir hasta el punto más alto con el un teleférico final que sube a Valluga a 2811 metros donde se podía ver todo.



La predicción del tiempo ya nos había adelantado que iba a ser una semana de mucho frío y el primer día con el sol no lo notamos mucho, pero al estar nublado… tuvimos la excusa perfecta para coger las mantas y ver cómo es eso de iir con una mantita en el telesilla :P

A mediodía mejoró d enuevo y con el sol nos animamos a ir algo fuera de pista, y aunque estaba algo duro por el frío de esa semana, a la vuelta en vez de ir por el hormiguero de gente decidimos coger una “route”, la “route 54” para que no se le olvide a nadie porque es una trampa xD
Es una pista que cuando estuvimos nosostros era un mar de bañeras que menos mal que andamos bien en esquí, aunque a última hora uno está más pensando en las cervezas que en una pista exigente


Día 3
Nos levantamos y vemos que tendremos otro día con bastante sol, alguna nube pero el vaso está mdio lleno.
Después de haber recorrido todo lo cercano decidimos que la estrategia es ir hasta el fondo, tocar la “pared” y volver. Así que salimos a primera hora para ir de los primeros y asegurarnos que no nos falta tiempo porque vemos que va a ser laaargo.


Aunque ibamos con idea de ir lejos, el objetivo era conocer Lech, porque nos habían hablado muy bien y queríamos ver si era bonito y tranquilo como nos lo habían pintado. Y así era, un lugar donde el ambiente era algo más tranquilo en familia, con mantelitos para comer,… un buen sitio del que cogimos nota para comer otro día. Porque este era para conocer, descubrir y encontrar nuevos rincones.

Nos quedamos sin ver del todo la zona final de Warth, un sitio difícil de llegar por falta de tiempo, pero que me recordó a Bruson cuando estuve con mi compañero Gorosabel hace tiempo en Nendaz, un sitio poco explorado y que tenía muy buena pinta.
De Lech decidimos volver en el teleférico que sube a Rüfikopf e ir volviendo poco a poco, aunque al ver que nos sobraba tiempo, decidimos darnos un capricho en el alto de Trittkopf que tenía un sitio con BBQ con una rica y jugosa hamburguesa y costillas (cuanto vicio).



Día 4
No todo podía ser sol, así que aunque las nubes eran bastante altas, debido a que la visibilidad tampoco era maravillosa decidimos quedarnos cerca de Sankt Anton en algunas zonas como la de Rendl (“atrás” de Sankt Anton) para conocerlo.


Y es que después de 3 días con sol, que teníamos las piernas algo molidas y que los pubs a mitad de muchas pistas llaman la antención, pues que menos que caer en la tentación y unirse al ambiente que había no?

A la tarde, se nos ocurrió ir a preguntar un par de cosas a información sobre unos eventos que había todos los miércoles sobre la historia del esquí donde podías ver diferentes estilos desde el comienzo del esquí hasta la actualidad. Y es que nos atendieron tan bien que al proponernos si esa noche queríamos ir a una cena que se hacía en drente del evento, no pudimos negarnos.



Los de esta última foto eran unos esquiadores con trajes de tiras de luces (sé que no se ve muy bien), que me recordaban a este show de “Got Talent”:
Día 5
Amanecía nublado pero, quien no arriesga no gana no?
Decidimos coger el coche e irnos hasta Lech porque nos habíamos informado que al tener el fofrait el parking nos salía gratis y ganábamos mucho tiempo en llegar hacia Warth. Salimos zingando hacia Lech, esta vez a conquistar la última zona the Warth, aunque había nubes por arriba y por abajo :S

Y es que para las 11:00 estábamos esquiando allí con frío y niebla, así que nos dijimos: “hemos venido a disfrutar y la previsión era a mejorar no?”.
Así que a las 11:29 (hora de la foto) estábamos disfrutando de un auténtico desayuno/aperitivo/comida (cada uno que elija lo que quiera) de unas salchicas con patatas y acompañado de una buena cerveza xD

Y es que estuvimos casi 1 hora tranquilos comentando cosas y al salir, “Oh la la”. La niebla no estaba y aparecía algo más de luz que nos dejó muy buenos recuerdos.
*Muy recomendable visitar la zona de Warth y Lech si váis por allí



Día 6
Que mejor despedida que un día totalmente despejado cuando ya te conoces la estación bastante bien?
Pues nada. Nos dedicamos a disfrutar de esquiar por todos lados. Pasamos por todos lados, e ibamos a tan buen ritmo que nos dio tiempo de bajar hasta el teleférico que sube de Lech a Rüfikopf, bajando por la “route 215”, algo técnica y con pendiente, pero que si esquias bien es un una obligación pasar por allí.




Creo que las fotos lo dicen todo. No podemos pedir más a una estación.
Y digo que nada porque ni nieve faltaba. El cartel de información con menos espesor que marcaba era de 220cm, una locura. Y es que no me extraña que en una bajada encontráramos a todos los cañones aparcados y guardados porque no iban a hacer falta!

Paisaje 10
Nieve 10
Variedad de pistas 10
Instalaciones 10
Felicidad que se lleva uno… 10


