En nuestro segundo día de esquí visitamos la archiconocida Kitzbüehel y creo que, precisamente por ser tan mencionada, fui con demasiadas expectativas y no las cumplió.
La pensión estaba a tan solo 15 minutos de Kitzbüehel, así que llegamos en un pis-pas y pagué la novatada pues aparqué en el parquing de pago. 8,50€ nos costó aprender la lección de no haber aparcado en los de la entrada al pueblo. Pero es lo mismo, estábamos prácticamente en la cabina que subía a pistas.
El tiempo, como se puede ver, espectacular, temperaturas no muy frías, pero…ya en el parking se veía mucha gente.
El plano de pistas es enorme, con lo que decidimos dedicarnos a Kitzbüehel y Kirchberg, dejando Jochberg y Pass Thurn para otro día.
Así que esquiaremos por estas pistas. Con semejante día el espectáculo visual era impresionante, allá donde miraras veías blanco.
Vista desde la parte superior de la cabina hahnenkamm
Zona alta de Kirchberg
Empezamos los descensos hacia Kirchberg por su combinación de pista roja y azul 25 y 25”a”. Más que esquiar…patinamos. Unas pistas totalmente heladas, muy amplias y sin mayor complicación más que el que era imposible clavar cantos. La pista azul resultó ser un circuito estrecho, un caminito durante la mitad de su longitud, la roja era amplia y, supongo que con buena nieve, muy divertida.
Desde Kirchberg sube una cabina un tanto antediluviana, devolviéndote a la zona de transición con Kitzbüehel.
Vista desde la cabina
A partir de aquí empezamos a darnos cuenta de que moverse por la zona no iba a ser fácil. Había una gran maraña de pistas que en el plano se veía claro pero en la realidad no estaba tan bien señalizado. Nos pareció un poco caótica. De hecho la bajada a Kirchberg la hicimos dos veces por equivocación. En la segunda bajada parecíamos los socorristas pues tuvimos que ayudar a 4 personas que se habían caído por el estado de la nieve.
Por fin conseguimos ir hacia la derecha con intención de bajar la roja 40, pista que no encontramos y tuvimos que conformarnos con la azul que estaba también para jugar a curling más que para esquiar. Eso sí, abajo, cafecito porque se necesitaba.
Parte baja pista azul 26
El día no se estaba dando bien. La nieve no era la que esperábamos y suerte que en esta zona no había demasiada gente, porque más tarde, al cambiar de zona, se juntó la mala nieve con un exceso de gente.
Kirchberg
Ya arriba quisimos dar una oportunidad a las pistas negras que teníamos enfrente de la salida de esta cabina.
Así que para allí fuimos. He de reconocer que en cuanto a nieve estaban geniales. No había demasiada gente en alguna de ellas y la verdad es que se disfrutaron. Por cierto, destacar la pala final de la pista número 38.
Y las vistas desde arriba…
Si vas hacia la derecha se llega a la zona de Pengelstein, con alguna pista roja y una negra interesantes.
Pista roja 32
A la derecha pista negra 55
Desde aquí sale la cabina que une con Jochberg
A partir de aquí decidimos volver hacia la zona de Kitbüehel y fue un poco terrorífico porque no nos aclarábamos demasiado con el plano. Parecíamos Dora y el mono mirando todo el rato el mapa. Al fin lo logramos (creedme que nos costó) y comimos en una de las tantas cafeterías que hay.
Ya eran las 14:30 cuando acabamos, por lo que decidimos dar por concluido el día bajando esquiando hasta el parking. Yo lo hice por la pista azul y ella por la Hahnekamm (la de la copa del mundo). Padecí y mucho. Nieve totalmente levantada en ciertos tramos o puro hielo en otros. Por su parte, ella tampoco lo disfrutó por el estado de la nieve.
Ya, con las botas quitadas, visitamos el pueblo que…me pareció muy artificial. Me parecía un decorado de Port Aventura. Pero como siempre digo, es mi opinión.
En resumen. En cuanto a instalaciones mecánicas es perfecta, pero nos pareció caótico el plano de pistas, la nieve no tuvimos demasiada suerte con ella y, puedo decir, que es la estación que menos me gustó, de las que hemos visitado en este viaje.
PASS THURN
Caprichos de la vida, la estación de la que menos esperaba fue la que más me sorprendió y muy gratamente. Siempre que se cita Kitzbüehel, esta parte del Kitzki se queda como olvidada, como de pasada. Tanto era así que incluso nos planteamos no ir, pero…fuimos y repetimos.
Pass Thurn es la segunda parte del plano de pistas de Kitzki
Como se ve se puede acceder desde Hollersbach, Pass Thurn o Jochberg. Nosotros fuimos hasta Pass Thurn, lo que nos supuso media hora de coche, pero no nos arrepentimos. Al llegar allí lo que hay es un hotel y un parking que parece de pago pero que no lo es. Para salir pasas el forfait por un detector y se abre la barrera.
Como se ve, eran las 09:00 y no había ni pichichi en el parking. Nieve había para dar y regalar y la única pega inicial era que había un poco de niebla.
A medida que subíamos en la silla la niebla iba siendo más densa, por lo que nuestros primeros descensos fueron por la pista roja que llevaba al parking. Nieve espectacular, nada de gente y la niebla al principio de la pista ya desaparecía
Pista roja número 70
A la segunda bajada por la misma pista la niebla estaba mucho más alta con lo que empezamos a recorrer la estación. Se trata de una estación muy intuitiva para recorrerla ( o todo a la derecha o todo a la izquierda) y con pistas de todos los niveles.
Había poca visibilidad en partes altas, con lo que optamos por bajar por la pista roja que va a la estación intermedia de la cabina que sube de Hollersbach. Comienzo con niebla pero a media pista…perfección en cuanto a nieve y visibilidad.
Final pista roja 77
A partir de esa bajada fuimos barriendo la estación hacia la derecha, bajando siempre por las rojas y evitando las azules que en muchos casos eran enlaces. Nieve por todas partes, muchos momentos de niebla no demasiado densa y poca gente…qué más podíamos pedir.
El esquema es muy sencillo en cada zona hay una silla que da acceso a dos pistas (una azul y una roja generalmente). Para ir a otra silla había un enlace azul y se vuelve a repetir el esquema. Así hasta que se llega a la silla G8 que sería la última de la fila y que da acceso a dos pistones: una negra y una roja que se funden en una misma y la pendiente es muy buena.
Pista azul 73
Pista roja 74
Pista roja/negra 75
Desde esta última zona sale la silla en dirección opuesta hacia Jochberg. Una silla arcaica y lenta que da acceso a una pista roja/azulada, que acaba en un arrastre doble para llegar hasta la zona de Jochberg.
Silla F9 a Jochberg
Al acabar el arrastre estás en la cima de la silla F7, que da acceso a una pista negra muy asequible y divertida, a dos rojas y a una azul, pudiendo llegar a la última silla que te llevará hasta lo más alto de Jochberg y desde donde podrás bajar al pueblo esquiando.
A la izquierda la pista negra 63. Silla F7
Pista Roja 61. Silla F5 a Jochberg
La nieve en esta zona estaba ya muy transformada por lo que decidimos no bajar al pueblo porque más abajo la nieve estaría aún peor.
Así que hicimos el recorrido inverso hasta parar a comer en un restaurante. Eran las 14:30 y el día había sido genial. Ya sólo faltaba volver al parking. Se había echado un poco la niebla y el relieve ni se veía. Pero chino-chano llegamos al coche.
Dos días después (jueves) anunciaban nieve a una cota 1100, por lo que volvimos al Pass Thurn porque su base está a 1200. Inicialmente fue una muy buena idea. Durante la mañana el cielo estuvo encapotado, incluso te hacía dudar de si nevaría o no, pero a las 12:30 tuvimos la mala idea de sentarnos a tomar un café y comenzaba a nevar. Estábamos en la cima de la silla G8, la más alejada del parking. Sobre las 13:00, bajamos la pista negra 63 con ciertas dificultades por la visibilidad. No se diferenciaba el relieve y nevaba copiosamente. Cuando alcanzamos la base de la silla la niebla se había echado por completo. No veías la silla de delante y las pilonas las adivinabas cuando prácticamente estabas al lado de ellas.
Fue un retorno tremendo. Sonia calló terraplén abajo dos veces porque se salió de las pistas, intuías las pistas cuando vislumbrabas la sombra de un cañón o de un poste indicador de pista. Había muy poca gente y la verdad es que pasamos miedo.
Teníamos que coger 3 sillas y bajar 4 pistas. Para lo que empleamos más de hora y media. Cuando llegamos al parking por poco besamos la nieve. Qué mal lo pasamos!!!!!!
A parte de esta anécdota reconozco que el Pass Thurn me encantó. Quizás no habría muchas sillas calefactadas, ni pistas kilométricas, ni millones de negras…pero disfrutamos como enanos de una estación de la que casi no se comenta nunca nada y que nos gustó mucho más que su enlazada Kitzbüehel.
SKIWELT
El martes y el viernes estuvimos en Skiwelt, pero no lo desarrollaré porque hace poco colgué un reportaje de marzo. Tan sólo decir que me volvió a encandilar a pesar de que el martes no tuvimos suerte con la nieve porque hizo mucho calor y a media mañana ya estaba transformada y el viernes el problema fue la falta de relieve por estar el cielo encapotado. Eso sí, había muchísima gente, demasiada en ciertas áreas.
Por todo lo demás…a esta estación volveré sí o sí.
En resumen, un viaje en el que hemos disfrutado muchísimo y que nos deja con más ganas de Austria.
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