Sol, mucha nieve, magníficas pendientes;
He aquí lo que el esquiador encuentra viniendo a Gourette.
Cinco años de discursos y mucho trabajo han bastado para crear todas las piezas de este centro de super-deporte en un marco espléndido.
Pero, curiosamente, un hecho único en su especie, el record de los records de todos los grandes trabajos, no fue el punto de encontrar nieve, un ideal de deseo, sino únicamente el hecho de llegar a constatar que ¡Había nieve en invierno!
Porque hace cinco años, tres e incluso dos, hablar de la nieve o incluso de montañas cuando hablábamos de los Pirineos, parecía una majadería digna de Marius o de Olive, teniendo al Sr. Brun por testigo.
Pero, los años ayudan, fue para nosotros los Pirenáicos bastante costoso hacer constatar que, no sólo teníamos nieve, sino que en nuestro circo de Gourette teníamos mucha más que en cualquier otra estación europea a misma altitud y fechas.
Tras tales afirmaciones, fastidiado esta vez con algo de razón de que me confundan con un super Olive, me permito citar el texto del Dr. Lang, presidente de la Federación Francesa de Esquí, del que su imparcialidad absoluta es unánimemente reconocida.
Este preámbulo para decir que el año pasado vi a los mejores esquiadores del mundo disputar los concursos de la FIS a Solleftea, a 600 km al Norte de Estocolmo y no demasiado lejos del Círculo Polar Ártico sobre unos pocos centímetros de nieve, mientras que nosotros teníamos cerca de un metro en Gourette.
Y para decir incluso que si las gentes denigran nuestro país, me hubiera gustado que vinieran conmigo a Lake Placid, cerca de la frontera canadiense, en aquel país barrido por los grandes vientos del Norte, donde hubimos rcibido los torrentes de agua sobre nuestras espaldas; en invierno, en Saint Moritz para los JJ.OO de 1928; a Innsbruc, en el Tirol, hace dos años, incesante la lluvia, la lluvia, la lluvia…
Nosotros podemos pues, de manera más cómoda, alabar Gourette.
Gourette, centro magnífico de esquí, debe convertirse en el gran centro de deportes de invierno de todo el Sud-Oeste, porque Gourette ofrece lo siguiente de manera remarcable: Un recorrido de descenso que las estaciones más famosas de Francia o extranjeras pueden envidiar: Amoulat-Gourette; 1000 m de desnivel sobre un recorrido de 4 km, mientras que el recorrido de Sestrières, no obstante reputado, no tiene más que 600 m, como el de Rochebrune-Megève; el recorrido de St-Anton-en-Alberg 800 m, etc…
Y como la exposición es noroeste, este recorrido está perfectamente innivado durante largo tiempo con nieve polvo.
Además, la pendiente es variada, las zonas más llanas alternan con pendientes forzadas; encontramos desde traados fáciles a corredores impresionantes; ningún peligro de avalanchas.
La carrera de Amoulat, podemos afirmarlo por nuestra experiencia, se revelará como una de las más bellas de Francia, si no de Europa.
Nos corresponde a nosotros de acelerar la coronación, es decir, la ejecución de un medio mecánico que permitirá a todos eliminar la fatiga de tres horas de ascenso para descender en unos minutos este magnífico recorrido.”
¿Qué añadir a algo tan categórico?
El éxito no se hizo esperar de hecho, recompensando los loables esfuerzos del grupo de cabeza que inició el movimiento y construyó el chalé-hotel de Gourette.
Aunque apoyado de manera muy tímida por los poderes públicos – en sus comienzos, se sobreeentiende- el Consejo General votó la adquisición de una quitanieves que contribuyó en gran manera al éxito de Gourette al mantener abierta la carretera de acceso todo el invierno.
Éste fue el punto crucial del negocio, la piedra angular indispensable que permitió sentar las bases de un gran centro.
Como año tras años, el esquí adquiere mayor amplitud por todas partes, pudimos constatar que numerosos proyectos desgraciadamente pasaban de ser las estaciones del futuro a abortar, únicamente por un fallo de concepción.
Regresando al punto crucial del tema, que nos permite escribir sin falsa modestia que aun siendo muy fácil encontrar nieve un poco por todas partes en la montaña, esto no es suficiente para anunciarla y atraer y retener a la clientela.
Una estación de esquí debe no solamente ofrecer nieve en cantidad suficiente, sino pendientes muy variadas que permitan al esquiador de cualquier nivel elegir el itinerario a su manera.
O, a pesar de ambas condiciones fundamentales, el centro creado o imaginado, acondicionado lujosamente, lleno de pistas balizadas, con numerosos y confortables hoteles, no tendrá ningún éxito si el acceso es difícil.
Y hasta ahora la experiencia ha demostrado que trenes, cremalleras, teleféricos son poca cosa comparados a una carretera de acceso bien mantenida.
El inmenso éxito de Gourette viene de su vía de acceso. El número de automóviles que la usan es considerable, superando la capacidad de cualquier otro medio de acceso mecánico.
¿Acaso no hemos visto cómo, con ocasión de ciertas competiciones, los competidores que han hecho 800 km en tren, y habiendo llegado a la estación sobre las 9h, acceden a la nieve sobre las 15h con todas las competiciones acabadas, porque el tren cremallera no conseguía ascender suficientemente rápido?
Comparado con nuestro itinerario por carretera, el mismo esquiador habría empleado solamente una hora en las peores condiciones desde la estación a Gourette, es decir, que habría llegado a Gourette sobre las 10h.
Este, y no otro, es el punto clave de las estaciones del futuro.
Ofrecer la nieve de calidad, bellos parajes, bellas extensiones, confort, buenos hoteles, pero a pie de automóvil.
No obstante, si todo el éxito de Gourette proviene de este estado de las cosas, es necesario añadir que la variedad considerable de excursiones a realizar en sus alrededores ha contribuido en gran medida a la clasificación de este centro de esquí como de primer orden.
Gourette
Situado a 1.400 m de altitud, en la carretera nacional que de la coqueta estación termal de Eaux-Bonnes conduce a Argelès pasando por el Col d’Aubisque, Gourette es el nodo, el punto de llegada de los automóviles, el “esquídromo” por excelencia, pero, sobre todo, el punto de partida de los esquiadores ávidos de aire puro, de sol, de grandes superficies y de magníficos miradores.
El “esquídromo” así constituido será, a partir del invierno 1935-1936, provisto de un remonte mecánico de gran capacidad.
Esta magnífica instalación se beneficiará de las últimas novedades de la técnica moderna y disfrutará un éxito sin precedente.
En efecto, numerosas pistas para esquiadores, para trineos, serán preparadas para el invierno; preparadas de forma especial, niveladas, balizadas, y el esquiador tendrá diferentes itinerarios para variar cada uno de sus descensos.
Hay numerosos profesores de esquí franceses y extranjeros que ofrecen diariamente sus clases colectivas o particulares.
Col d’Aubisque
1.710 m de altitud, andulaciones magníficas exentas de rocas, hotel confortable.
El remonte mecánico del puerto, instalado desde el invierno 1934-1935, ha tenido un gran éxito, a pesar de que su apertura tardía (febrero de 1935) haya desorientado a numerosos esquiadores.
Las magníficas pendientes del puerto, remontadas sin fatiga, permiten al esquiador de acumular un kilometraje impresionante de descensos cada día.
Del mismo puerto hay tres excursiones posibles: El Grumm (1871 m), el Pico de Tortes (1949 m) y el Mont Laid (1892 m)
Los 2 km de carretera siempre innivada que van de Gourette al Aubisque forman oarte de la excursión.
Amoulat
A 2500 m de altitud, el Amoulat constituye la joya de este centro espléndido.
El descenso desde el Col d’Amoulat constituye una de las pocas maravillas del esquí en Europa
Sin trazas que seguir, campo libre de peligros por todas partes, sin aburrimiento, sin error posible. Cerca de 5 km de distancia en línea recta para 1000 m de desnivel.
Este descenso, efectuado por un esquiador de nivel medio trazando un magnífico slalom, le durará un mínimo de 7 u 8 km, es decir, entre 12 y 15 minutos.
Una vez que se haya ejecutado el teleférico de Amoulat-Pico de Ger, con su estación de llegada a 2500 m, este descenso de infinitas variantes tendrá un éxito considerable que clasificará definitivamente el centro Aubisque – Gourette – Amoulat como uno de los mejores y mejor calificados de Europa.
L’Amoulat Downhill Run
Esta carrera de descenso conocida, tiene ya un éxito increíble. Los mejores corredores franceses que la han realizado, no han dudado en dejar su impresión.
François VIGNOLE:
Carrera muy rápida, bastante dura, que aventajan los mejores.
René LAFFORGUE:
Descenso muy rápido, pero sin dificultades demasiado grandes en su primera parte; se complica un poco desde la segunda parte a la meta.
Maurice LAFFORGUE:
Nieve excelente, recorrido muy bien trazado y bien hecho para separar los competidores según sus cualidades.
Robert VILLECAMPE:
Competición extraordinaria, que califico de “criba terrible” por los esquiadores que la han probado y la probarán.
Jules VILLECAMPE:
Todo queda puesto a prueba: la audacia, la resistencia y el virtuosismo.
A la salida, los audaces se desmarcan inmediatamente; uno se puede lanzar a tumba abierta; la velocidad es vertiginosa cuando nos lanzamos directos; técnica que le hace a uno acariciar la idea de ganar alguna quincena o veintena de segundos con algo de suerte; ventaja que permitirá respirar un poco y de encontrarse mejor en aquello que la carrera tiene de más duro, es decir, el ataque del tan bien bautizado“agujero del diablo”, la “Canaüle” y el desembarco en la pista de Gourette.
Hasta llegar a Bézou, no se esquía, se vuela, se silba. Porque es menester que el “agujero del diablo” y la “Canaüle” vengan a interrumpir esta embriaguez, agotando todas las fuerzas y dejándonos “grogui” a nuestro paso por meta.
Los corredores cobardes, mediocres, son rápidamente eliminados; pero ¡Qué espectáculo cuando lleguen a entrenarse los grandes! ¡Qué apoteosis, qué locura será! Esperamos con impaciencia el teleférico para disfrutar de este espectáculo.
El itinerario balizado de l’Amoulat Downhill Run, trazado de la manera más directa posible, de la salida a la meta, tiene 4000 m de longitud y 1000 m de desnivel.
La velocidad media actual es de 60 km/h
Sabiendo que el último kilómetro exige cerca de dos minutos, es sencillo caer en la cuenta de la velocidad media de los tres primeros cuartos de la carrera.
Con la ejecución del teleférico d’Amoulat-Pic du Ger, la carrera será promocionada al más alto nivel y el campeonato de Amoulat constituirá uno de los más bellos trofeos de Europa.