
Coche cargado; nos vamos a Porto!!
Sin apenas días de rodaje en las piernas, y estrenando ambos equipo (Isa equis y yo, botas y equis), arreamos el día 27 de diciembre en coche hacia Porto, vuelo a Munich y coche de alquiler a Campitello di Fassa, justo el día en que se al cielo se le ocurre abrir las compuertas y dejar caer la primera gran nevada en centroeuropa. La primera en la frente, pues según embarcamos nos dicen que se va a demorar la partida por el pollo montado en el aeropuerto de Munich; nos bajan del avión para que podamos comer algo, y a medio masticar un gomoso Whopper, empiezan a vocear por megafonía que nos vamos. Casi les hacemos un Melendi apurando la cerveza en la cola de embarque… Con la tontería ya llevamos 4 horas de retraso.

De cómo hacer el payaso para amenizar la demora del vuelo.
La segunda, con el alquiler de coches. Un jovenzuelo repeinado me informa de que no disponen del coche que había solicitado, y que nos darían un Jeep (en Alemania llaman Jeep a todo vehículo automotriz que levante más de 1 palmo del suelo…) sin coste adicional. Faltaría más! Lo fantástico es que no había cadenas validas para el carruaje, por lo que tocó de nuevo protestar y patalear, hasta que nos dieron un nuevo coche, para el cual si hubiese cadenas. Con la tontá, otra hora y media de retraso.

Fresquito...
Al fin nos ponemos en marcha, pero con la nieve cayendo la mayor parte del trayecto está limitado a 110 km/h, con lo que acabamos llegando a Campitello a las 2:00, a lo que tuvimos que añadir media horita más que nos entretuvimos buscando el hotel Edelweiss donde estábamos alojados, pues no aparecía la maldita calle en ningún mapa… Pero lo importante es que al fin habíamos llegado.
Merece la pena hacer notar que durante todo este desaguisado de viaje tuvimos a Victoria y a Nacho de Alpeski, con quienes habíamos reservado el alojamiento, pendientes de nuestra situación. Era nuestra primera experiencia con ellos y ha sido de lo mejorcito. Repetiremos seguro!!
DIA 1 (28 DE DICIEMBRE): VAL DI FASSA
El día amanece nublado, pero con pinta de que va a abrir. Las tremendas nevadas que cayeron el día anterior no han dejado de ser una enfarinada en Dolomitas, y la cosa no estaba tan boyante como debería corresponder a estas latitudes de año. Nos pertrechamos y cogemos el skibus a Col Rodella para empacharnos de cola durante más de hora y media para comprar el forfait. Se hace notar el carácter mediterráneo, pues no se cortan demasiado para intentar colarse de turno en las filas… Conseguimos nuestros pases, teleférico y p’arriba!! Cogemos indicadores de Sella Ronda en color verde para bajar hacia Canazei y recorrer los sectores de Belvedere y Passo Pordoi.

Con esta imagen nos reciben los Dolomitas nada más salir de teleférico de Col Rodella.

El grupo Sella, en su esplendor.

Bajando hacia Canazei.
Bajo una leve capita de polvo recién caído se nota ya rascar en la nieve dura, que nos cuenta que otra cosa no, pero fresquito si que tiene que hacer por allí arriba. Los paisajes son embriagadores, y me cuesta esfuerzos no pararme en cada esquina a sacar fotos, aunque según saco la mano del guante se me quitan las ganas…

Nos hemos ganado una buena jamada.
A pesar de las vistas embriagadoras, en lo que compete al esquí no ha sido el mejor día de nuestras vidas: mucha gente, nieve dura y equipo nuevo cuasi desconocido (solo un par de bajadas en Fuentes de Invierno). Después de entretenernos en Passo Pordoi, deshacemos el camino y volvemos a Col Rodella para nuestra primera parada de avituallamiento y apres-ski. Después de llenar la panza con la pitanza y algún que otro Jägerbomb, aún nos quedaría hacer media hora de cola en el teleférico con una ventisca del carajo, pero al fin bajamos, muertos. Mañana será otro día, y solo podía ir a mejor.

No podía faltar el apres-ski.

Al fondo, Belvedere y Passo Pordoi, donde hemos pasado parte de la jornada.

La despedida del día, con cielos cubiertos y ventisca.
DIA 2 (29 DE DICIEMBRE): VAL GARDENA
El tiempo amanece con el mismo aspecto y tendencia del dia anterior. Volvemos a Col Rodella con a intención de hacer la Ronda en sentido contrario a ayer, y acercarnos a Val Gardena. De nuevo nos toca hacer cola, esta vez para coger el teleférico. 1 hora de reloj. Esto es lo de todos los días?? Pues va a ser que merece la pena coger el coche…

La cola para subir al teleférico.
Suponemos que se debe en gran parte a que el parking de Col Rodella es gratuito y la gente lo prefiere al de Canazei, de pago. Y a que media Rusia está en Campitello di Fassa…

Camino de Val Gardena

La bajada a Santa Cristina de Valgardena se ve más falta de nieve que otras zonas.
De nuevo nos encontramos el mismo panorama de gente a punta y pala por las pistas, que hace que ya a media mañana haya unas bañeras como planetas. Isa, que todavía va al tran-tran pegándose con los DPS, empieza a hartarse, por lo que decidimos ir con calma hasta Dantercepies, hacer ese pedazo de pistón e ir volviendo poco a poco. Las vistas en Val Gardena son desoladoras: nada de nieve en cotas medias y bajas, y la situación se salva gracias a las bajas temperaturas que permiten cañonear a saco y mantener esquiable todo el desnivel.

Las inmensas moles dolomíticas nos acompañan todo el camino.

El Sassolungo.

El inicio de Dantercepies

Ya de vuelta, el Passo Sella, que comunica Val Gardena con Val di Fassa por carretera.
Esta vez la ventisca, que ya nos pilla en la última silla antes de llegar a Col Rodella, no nos la va a jugar. Comida como tiene que ser y luego sesión intensiva de bombardinos y JägerBull, hasta que vemos que no queda cola para coger teleférico. De esquí, igual de mal que el día anterior, pero por lo menos empezamos a vivir. Para resolver lo primero, Isa decide contratar un profe, que le da vez para dentro de 2 días.

Segundo día que coincidimos con Stabilo.

Party time!
DIA 3 (30 DE DICIEMBRE): BUFFAURE & CIAMPAC

Pozza di Fassa

La llegada a Buffaure
Está visto que si queremos esquiar a nuestras anchas hay que escapar de la ronda, por lo que nos decidimos a bajar a Pozza di Fassa para acceder a la estación de Buffaure, que enlaza con Ciampac, que va a dar a Alba di Canazei. Si bien el día está más plomizo que los anteriores, lo compensa el que podamos esquiar a nuestras anchas, sin demasiada gente en pistas. Isa se queda encantada con la pista Valvacin, que repetimos un par de veces, pues empieza a pillarle el truco a sus nuevos esquisiles, ya eso de esquiar más agresiva. Al final se anima y bajamos la negra Ciampac Alba, que le encanta, e incluso comienza a arrepentirse de haber contratado las clases.

Mucha menos gente que en días anteriores.

Ciampac se ve algo más cargado de nieve que Buffaure.

Llegada del huevo que sube de Alba di Canazei.
Vamos emprendiendo camino de regreso, que nos desvelan que la vertiente que da a Pozza di Fassa si empieza a estar muy falta de nieve, incluso en cotas altas, pues algunas piedras salen a saludar. Trabajo para el ski service, me temo… Bajamos Buffaure Pozza, y a Isa le gusta tanto este pistón que en contra de todo pronóstico decide volver a subir en el huevo para bajarla de nuevo. Eso si, a la segunda nos hemos quedado sin piernas, así que toca ir a mojar el gaznate. Y a por la recompensa para mi compi, que se la ha ganado! Y para celebrarlo, de bares por Campitello. Acabamos en el Red Pub Café, que tiene pinta de otra cosa más acorde con su nombre, y que cuyo baño se empeña en confirmar. ?

La recompensa de mi compi. Se la había ganado con creces.

El “Blue Toilet” del Red Pub Caffe.
Lo que ha quedado claro es que si nos queremos divertir, mejor dejamos la zona de la Ronda para los rusos y nos vamos a zona más recónditas. Esto nos hace desistir de visitar otros valles en lo que queda de viaje y centrarnos en las estaciones del nuestro. Ya habrá tiempo de volver a Dolomitas!!

Cabañas al lado del circuito de esquí de fondo, en Valvacin.

Empezando a entenderme con estos bichos…

En el refugio de Buffaure.

Esculturas de hielo en Pozza di Fassa.
DIA 4 (31 DE DICIEMBRE): CAREZZA

Para desayunar, pista negra con vistas al Roda di Vael.

A la llegada de la silla Paolina.
No nos había llamado mucho la atención esa estación, pero ya que Isa tenía clase de esquí a las 3 en Col Rodella, más nos valía escoger una estación cercana y pequeña. Catinaccio era demasiado chiquta, así que apor la siguiente: Carezza, situada en el Passo Costalunga. Nada más llegar al parking una silla te sube a un pistorro negro, lo mejor para empezar bien la mañana. Ya entrados en calor, decidimos ir hasta el final de la estación, al pueblo de Nova Levante e ir volviendo poco a poco. Es, quizás, la estación que más nos ha sorprendido, por sus paisajes y por sus desniveles, repartidos entre las laderas del Catinaccio y del Latemar. Contamos hasta 4 pistas negras kilométricas, espectaculares, las cuales nos recorrimos toditas. En cotas bajas se vuelve a notar la escasez de la cosa blanca esa, pero esta gente son unos artistas cañoneando y pisando.

El Catenaccio, rey de los Dolomitas.

Un día espléndido!

Todo el Süd Tirol a nuestros pies.

De nuevo el Catenaccio, visible desde toda la estación.
Nos recorremos toda la estación y de nuevo en Passo Costalunga toca recoger los bártulos e ir a todo meter a Col Rodella, a la ski lesson de Isa. Toca comer a toda prisa, y caemos en una taberna de Pozza di Fass, regentada por unas rusas. Ya empiezan a cargar… La pizza parecía firmada por el mismísimo chef Tarradellas, ese que tenía una Casa. Engañado el estómago, llegamos al punto de encuentro para la clase, y mientras mi contraria se va con Franz, yo me voy a hacer otra cosa que se me da tan mal como esquiar: hacer fotos. A la vuelta de Isa, me comenta que el profe le ha recalcado algunos de los detalles que ella había ido descubriendo esto últimos 2 días, pero poca cosa más. Vaya, hombre, una lástima, con lo que nos había costado encontrar un profe que parlase spagnolo… Sea como fuere, había que celebrarlo: hütte y copeteo en Col Rodella, que ya nos conocíamos tan bien. Se nota que es Nochevieja, que la gente tiene ganas de fiesta y se aguanta hasta última hora.

De nuevo en Col Rodella.

La mítica oruga del refugio Col Rodella.

Última bajada hacia Pian Frataces.

Agotando el tiempo antes de bajar, mientras cae el sol.
Ya en el hotel, aperitivo, cena y a las 12 de la noche, más copeteo, lentejas y fuegos artificiales en todo el pueblo; parecía que había una especie de pique entre todos los hoteles. Nos dirigimos al centro del pueblo, que nos habían dicho que estaría animado, y nos encontramos un DJ y 2 go-go’s en la plaza, montando un festival de carajo, a pesar de los -5º. Nos vamos animando con unas botellas de Proseco, y a una hora prudente nos retiramos, que aquí hemos venido a esquiar, y no a hablar de mi libro.

Nos despedimos del grupo Sella, aquí ya no volveríamos a esquiar más en este viaje.

Nuestra mesa puestita en Cesa Edelweiss

Fiestón en la plaza del pueblo.

Donde fueres, haz lo que vieres…
DIA 5 (1 DE ENERO): VAL DI FIEMME & OBEREGGEN
El nuevo año amanece radiante (aunque frío) y mientras en Sölden se duerme la mona (excepto alguna inconsciente que va a hacer travesía destilando…) nosotros bajamos en coche hasta Predazzo, con su trampolín de saltos, la salida de la Marcialonga y el complejo Latemar 2000.

Subida y trayecto hasta Latemar 2000.

Muchas caras sur, escasitas de nieve.
Hoy nos toca esquiar a espaldas de donde estábamos ayer. Se nota que es cara sur, pues el pico Latemar no tiene de este lado ni la mitad de nieve que el día anterior por la otra vertiente. Subimos en el huevo eterno y comenzamos a hacer pistas. Isa ya va mucho más segura, y yo también empieza a soltarme más con mis trastos. Nos vamos haciendo amiguitas y aunque son muy cabrones y no pasan ni una, si vas como hay que ir son unas auténticas apisonadoras. La nieve más soleada también se presta a as primeras conducciones contundentes, y dejan entrever que en la Cantábrica con nieve papa lo voy a pasar bomba…

Autopistas a los pies del Latemar.

En Obereggen, intentando alquilar un par de trineos.

Llegada de la silla Absam Maierl, a los pies del grupo Latemar.
Una vez en la zona central, la bajada a Pampeago está cerrada, así que bajamos a Obereggen. Pistas kilométricas, buen desnivel pero sobre todo anchas y entre árboles, hacen que nos tomemos un buen rato en esa zona. Intentamos alquilar unos trineos en la base de la estación, pero viendo que no hay precios razonable para 1 sola bajada decidimos dejarlo para el viaje de Austria, a ver si los tolays con quienes vamos se animan.??A los pies del Latemar nos pegamos nuestra primera jamada al somete, cosa que nos gusta como comer con los dedos. Viendo que es es ya el quinto día y que no quedan piernas, decidimos que obraríamos con prudencia retirándonos a tiempo. Ya que nos quedan unas horas de luz decidimos dar una vuelta en coche, y echar un vistazo a los paisajes brutales de todo el entorno.

Camino de vuelta a Predazzo.

Isa ya va más contenta, a empezado a domesticar los Uschi.

Primera jamada al solecito de este viaje.
Ya de regreso a Campitello, descubrimos el Dersut Caffe, con unas bruschettas deliciosas y unos dueños de los más simpatico, y el apres-ski de la Gelatería Regina, a cuya camarera le hace gracia que vayamos pidiendo las bebidas que vemos a otros compañeros de fatigas en función de los colorines. Qué le vamos a hacer, si es que todo nos vale!!!

Trampolín de saltos de Predazzo.

La luna nos saluda camino de Passo Valles.
DIA 6 (2 DE ENERO): PASSO SAN PELLEGRINO

Vistas hacia la Cima Uomo.
Después de habernos ventilado ya las zonas de Val di Fassa y Val di Fiemme, nos queda Trevalli, con la estación de Passo San Pellegrino, recomendación de Jaime, mi jefe, esquiador y ciclista empedernido, que había estado dando pedales por esta zona. De nuevo una estación “pequeña” (60 kms), apartada y no demasiado masificada. Y de nuevo caras sur, con una nieve más agradable.

Bajando hacia Falcade desde Col Margherita.

Los picos Antelao y Pelmo, al fondo.

Recuperando piernas con vistas al Gruppo delle Pale.
Decidimos subir primero a Col Margherita e ir recorriendo toda la zona hasta Falcade. Pero la cosa se complica, después de 6 días nuestras piernas dicen basta y no quieren seguir. Hay que rendirse a la evidencia, estamos oxidados y más nos vale disfrutar de lo que nos queda de viaje como buenamente podamos. Nos metemos en el primer hütte, y un perrito y una cerveza compartidos nos animan y empiezan los JägerBombs. Si RedBull te da alas, Jägermeister te da piernas, porque una vez empezado el camino de regreso nos vinimos arriba y acabamos recorriendonos lo que quedaba de estación, con un bajadón desde Col Margherita y fulminando todas las pistas al otro lado del puerto hasta que cerraron los remontes.?

Otro día de cielos espectaculares.

Volviendo de esquiar por el sector de Passo Valles.
Al final de la jornada, rumbo a Campitello, almuerzo de buena pasta en el Heidi y de vuelta al Regina hasta que la prudencia nos recordó que al día siguiente habría que madrugar pare volver a Munich.

Estirando las piernas después del último día de esquí.

Llegando a Vigo di Fassa.
??? EPÍLOGO?
??La vuelta, un poema, igual que la ida. Esta vez los atascos entre Innsbruck y Munich se magnificaron, igual que las emociones en Gran Hermano, y lo que es un recorrido de 4 horas nos llevó 7 y media. Llegada al aeropuerto en punto, y tras encontrarnos al forero Lanja en el parking de alquiler y departir un rato, el tiempo justo para facturar, control de embarque y una merienda rápida. Esta vez despegamos a tiempo y aterrizamos en hora en Porto. Hora y media de coche y ya en casa, con nuestra banda gatuna.

Así eran los amaneceres desde la habitación...
Nuestra primera vez en Dolomitas solo nos ha dejado ganas de volver, a pesar de no habernos encontrado la región en las mejores condiciones. Sin duda, para alguien que además del esquí le guste la fotografía, esta zona es impresionante, probablemente la más espectacular donde nosotros hayamos esquiado. Pero mientras llega la ocasión de volver, ya hay un nuevo objetivo a la vista: Zillertal, en febrero y con un grupo de tolays… La vida es chula, dice mi amiga Adriana!!!