En concreto mi viaje comenzó un Jueves 13 de diciembre aterrizando en Viena, capital de Austria como ya sabéis, y las mas grande y cosmopolita de las ciudades de este pequeño y montañoso país que tanto nos gusta.
Tras aterrizar alquilé un coche para trasladarme a Viena, dado que el mismo Viernes tenía intención de salir de viaje, tras terminar mis asuntos de trabajo. Sin duda hay variadas alternativas de transporte público para trasladarse a Viena, entre ellas el ferrocarril que se puede tomar en el mismo aeropuerto, cómodo y rápido.
Es la de navidad una época ideal para viajar a Austria, y a Viena en particular, dado que están con los famosos mercadillos navideños y todo tiene un ambiente espectacular y entrañable a partes iguales.
Mi estancia en Viena como digo duró poco pero el viaje ideal por esta zona es el de ski-turismo, que debería incluir al menos dos o tres noches en esta preciosa ciudad que tanto tiene que enseñar.
Museo Albertina, de obligada visita para un turista
Aún así aproveché para darme un largo paseo, y aunque ya era tarde para los usos y costumbres de los austríacos, pasadas las 10 de la noche, me sorprendió enormemente ver a mucha gente por las calles.
Cenar en un Würstelstand a pie de calle es algo habitual para los vieneses, de cualquier edad además
Para los amantes de la Ópera y la Música Clásica el Teatro de la Ópera es una visita obligada, y además planificando con tiempo se puede acudir a una representación que nos interese y para rematar ir después a degustar un café en alguno de los muchos locales que rodean al edificio que se abarrotan de gente “vestida de domingo” recién salida del Teatro, creando un ambiente único y muy especial.
El espectacular Teatro de la Ópera de Viena
Mozart, aún a pesar de ser natural de Salzsburgo (otra bonita ciudad) está muy presente en todas partes, como no podía ser de otra manera ya que vivió un tiempo y murió en Viena...
El centro de Viena combina con una naturalidad y elegancia admirables clasicismo y modernidad sin estridencias y sin “desafinar la nota”. Me llamó la atención este local, situado en la última planta de un centro comercial, donde se puede disfrutar de cena y copa (o solamente copa) en el “sky-view bar” con unas vistas increíbles de la ciudad. Y me sorprendió muchísimo como un jueves por la noche estaba hasta arriba de gente cerca de las 11 de la noche !! Y luego dicen que se van pronto a la cama
Otro puesto de comida callejero, este parece sacado de Blade Runner, un contraste brutal con el entorno
No podía faltar la tienda de swarowski, estamos en la patria de los famosos cristalitos
El centro comercial y el anuncio del Sky Bar en su azotea. Otra vez traeré fotos del interior y de las vistas
Última foto de las calles de Viena antes de ir a la cama
El famoso Hotel Sacher y sus tortas (o tartas)
Tras concluir mis asuntillos en Viena recogí el coche del aparcamiento público subterráneo que hay debajo de la misma Ópera y salí zumbando hacia Göstling An der Ybbs, pueblo en el que se encuentra ubicada la estación de Hochkar, mi primer destino de esquí en este viaje.
Hochkar es una estación de tamaño medio, y la mas grande de la Baja Austria. Con sus alrededor de 20km balizados da mucho mas juego de lo que las simples cifras puedan dar a entender, que ya sabemos las enormes diferencias que hay a la hora de medir las pistas en España o en Austria. Ahora entiendo por qué las mujeres aquí aparcan tan mal, si les han dicho que cuatro dedos horizontales son un metro de pista
Me alojé en el pueblecito de Lassing, contiguo a la salida en la carretera que lleva a Hochkar y en el que se encontraba el Hotel Gasthof Farnberger, de cuatro estrellas y mas que bien, requetebien. Ideal para parejas, pero también muy pensado para familias con suites que se interconectan. Contaba con un mini Spa muy cuidado y una media pensión mas que decente, bastante buena diría yo.
Fachada de postal
Coqueta entrada muy hogareña
Nieve había
¿Es esta mi camita para hoy? Ganas de echarse no faltaban
Algunas cosas parecían sacadas de un cuento
Ya que estaba en Hochkar aproveché para encontrarme con nuestro Carolo el Grande, que este año está colaborando con la gente de JoSchi y desarrollando sus camps en Hochkar. De hecho yo aproveché para realizar un Race Camp de JoSchi durante el fin de semana, tenéis el reportaje aquí y aquí la discusión que hemos iniciado en el foro de técnica sobre los ski-camps, por si alguien tiene curiosidad.
Hochkar responde al perfil de la típica estación austríaca, tamaño medio, bastante familiar, mucha presencia local pero al mismo tiempo muy cosmopolita al recibir visitantes de países como Eslovenia, Inglaterra, Alemania, República Checa y España, entre otros. Cuenta con un núcleo de edificios entre los que se encuentran varios hoteles a pie de pista (salir y llegar con los esquiseles puestos), alquileres, bares y restaurantes. Todo lo necesario vaya.
Panorámica del área de servicios de la zona alta sacada desde pistas
Otra panorámica. Fijándose mucho, pero mucho mucho se puede ver a Carolo con un grupo de estudiantes
Pistas de todo tipo y para todos los niveles
Increíble panorama desde la silla
A pesar de las fechas ya se podía encontrar algo de powder
El menú en los múltiples restaurantes y huttes, el habitual en Austria, como es normal, pero preparado y servido con mucho esmero
El Karhütte en la parte baja de la estación
La típica salchichen, rica rica
Por la noche, Johannes, el dueño de JoSchi, tuvo a bien invitarnos a los españoles que andábamos por allí a la cena de entrenadores y colaboradores de la escuela, cena que servía de pistoletazo de salida a la temporada 2012-2013. Como veréis nos cuidaron mal, un sufrimiento esto de esquiar en Austria, jiji
Para rematar, unos digestivos en el JoSchi Bar und Apreskí (las fotos del interior son materia reservada )
Era mi intención dedicar el lunes de mi corto viaje a la estación de Mariazell, cuyo pueblo cuenta con un fantástico santuario mariano del año 800 que bien vale una visita, distante unos 90km de Hochkar, pero lamentablemente descubrí al llegar que hasta la semana siguiente no abrían entre semana solamente en fin de semana, para la próxima vez ya se cuando debo ir.
En definitiva, una gran experiencia que espero repetir pronto pero ampliando mi estancia en Viena y visitando puntualmente Maríazell. Y si queda tiempo tal vez podamos ampliar nuestros objetivos, ya que es una zona con muuuucho por descubrir y poco visitada por nuestros queridos foreros, incomprensiblemente.