Habían pasado casi dos semanas de la nevada, pero todavía se mantenía muy bien la nieve, incluso en Villamanín seguía quedando algo. Visto lo visto, decidimos tirar a Millaró, que con sus 1420 m en la zona superior es el pueblo más alto del ayuntamiento y uno de los más de León. La idea era subir el Brañacaballo (o Cueto Millaró, como decimos por aquí), que con sus 2182 m es el techo de esta zona de la Montaña Central Leonesa.
La carretera estaba abierta (en invierno no queda nadie de contínuo) y cuando nieva mucho pueden tardar unos días en abrir, pero no había ningún problema en llegar hasta allí. Una vez en el pueblo, tiramos por la pista que sale dirección norte.
Desde la collada Carrozal, a 1500 m, hacia el norte se aprecia la Sierra del Cuadro y al fondo, Peña Ubiña.
Y hacia el sur, el Currilliles (1942 m), que separa Millaró del valle de Villamanín, y la pista de subida.
Seguimos por la pista y hacemos una breve parada con unas vistas guapas hacia el Peñalaza
Y Ventosilla y parte de Villamanín al fondo.
La pista llega a unos 1900 m, así que para llegar a la cima hay que salirse y tirar por el canto, ya nos queda poco para llegar.
Las vistas de gran parte de la Cordillera son espectaculares en cualquier dirección. También se puede apreciar la nieve muy venteada y helada en la cima.
Al fondo, la zona del Cuadro-Estorbín, como siempre, la que más nieve tiene con diferencia. En primer plano, otro grupo se dirigía hacia La Carba. Mucha gente por la zona con raquetas y haciendo travesía, había que aprovechar un día así, de los que no hay muchos en invierno.
Este monte tiene muchas posibilidades de bajada, y sólo la vertiente noreste, que lleva hasta el pueblo de Piedrafita, es peligrosa, ya que suele estar helada y además es muy ‘pindia’. La idea era hacer algún descenso por la norte, pero visto el estado de la nieve, muy helada en esa zona, decidimos hacer varias bajadas por la sur. Esta cara es esquiable totalmente, por lo que permite hacer varias bajadas por distintas líneas, sencillas pero muy entretenidas, ya que el desnivel esquiable es mucho.
Incluso con nevadas mayores se puede llegar hasta Camplongo, a 1200m, por lo que se podría llegar casi a los 1000 metros de desnivel, algo no fácil de conseguir en la Cordillera Cantábrica.
Para finalizar, una vista desde Villamanín.
Brañacaballo, 2012-12-09
El domingo 9 de diciembre amaneció un día muy guapo, despejadín, con una ‘xelá’ maja en Villamanín, de -10ºC y un aspecto de los montes buenísimo, todo nidio.