A mí no me hacía mucha gracia la idea. Sólo había estado en Andorra una vez, en Grandvalira y no me gustó mucho el concepto que entendí de Andorra sobre el turismo del esquí. En este caso íbamos a Vallnord y tampoco es que lo que había oído de Vallnord me llamara mucho la atención. Pero la idea de poder estrenar temporada y a buen precio, y la compañía, al final me hicieron decir que sí.
Y la verdad es que lo que he visto en el valle olvidado de Andorra me ha merecido y mucho, la pena.
Quizá quitando La Massana, el hecho de que los pueblos se asemejen más a culaquier otro lugar del Pirineo. Muy construído, pero mucho más cuidado, y de que esté mucho menos saturado que el otro valle, me ha sorprendido.
Y las estaciones, pues bueno, había oído que Pal-Arinsal están muy orientadas al "esquí familiar" y entre eso y los planos de pistas, realmente me lo había imaginado como una tachuela entre pinos
Pero entre los pinos hay mucho que hacer y ciertamente las laderas tienen su verticalidad suficiente para poder entretenerse. Además, en Arinsal encontré ciertos tubos... con lo que a mi me gustan. Esto unido a la buena nieve que tuvimos (el tiempo no acompañó demasiado, pero se dejó) y a que no había casi gente... hizo que me gustara mucho esta estación.
Y de Arcalís qué decir... pequeña pero con muchas posibilidades. Sobre todo me gustó la zona de l'Estany, que con una silla da acceso a un baje por donde guste
Así que digamos que para mí el concepto de Andorra ha cambiado muy sustancialmente después de la decepción de Grandvalira, donde para unos km buenos de esquí uno se chupa infinidad de enlaces prescindibles y zonas sin valor alguno (es una opinión).
Así que espero volver
