Los soberbios franceses siempre han considerado a los Pirineos, además de cómo el comienzo de África, como el patito feo del esquí. Casi todos van a los Alpes y tienen relativamente abandonados a los Pirineos.
Pero eso, desde mi punto de vista, es bueno. Por un lado, porque no hay ni tour-operadores ni mafias rusas, ni reyes moros en las pistas. Son las familias francesas, con sus hijos, sus ropas de baratillo y sus esquís de la época de Killy, las que dan a las estaciones un carácter entrañable, lánguido y familiar muy apetecible, o al menos apetecible para mí, que ya lo que me apetece es un ambiente tranquilo y relajado y oler el pot-au-feu a midi et demi, cuando llegas a pie de pistas (potaje del medio día).
Por otro lado, se están abriendo al interesantísimo mercado hispánico. He encontrado mucha gente española en St. Lary, pero también en la Mongie, Peyregourdes y Piau-Engaly.
Cual dignísimos herederos de los Tercios de Flandes, nuestra presencia es cada vez más significada en esas estaciones, para bien nuestro y también del de nuestros vecinos, no en vano alguien dijo que los franceses eran españoles ricos, o que los españoles éramos franceses pobres.
Espero que las estaciones del pirineo español se pongan las pilas y entren en competencia con las del pirineo francés, porque sumadas las estaciones de uno y otro lado, sinceramente, no hay porqué hacer incansables viajes a los Alpes y mucho menos cruzar el charco para ver a gente que esquía y habla como el Pato Donald.
Y en cuanto al paisaje es impresionante, porque las montañas pirenaicas, son gigantes familiares. A mi me da la impresión de que los Pirineos son a los Alpes, lo que éstos al Himalaya.
Lo que sucede es que al estar en latitud más al sur, se esquía más alto y el encanto de esquiar entre pinos, difícilmente lo puedes encontrar. Sólo en St. Lary y en la Mongie, puedes hacerlo, aunque en pocos kilómetros
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