Hola a todos. Yo creo que vamos a seguir esquiando, pero de otra manera
Más como se esquiaba cuando yo empecé, que ni siquiera había remontes en Sierra Nevada. Sólo necesitaba el billete de autobús parea subir desde Granada. La comida, preparada por mi madre la noche antes, la llevaba en la mochila. Y puedo deciros que no cambiaría la ilusión y la diversión de esos años por los muchos kilómetros que me hago al año por pistas y fuera de ellas.
Creo que los que vivimos aquellos años estamos mucho más preparados para enfrentarnos al "esquí de crisis"
que las nuevas generaciones, con su "full equip" y toda esa parafernalia de "pavo real" en que se han convertido todas las estaciones de esquí de España, en contraste con las de países como Suiza o Austria, cosa digna de contemplar cuando se viaja a esos países
Porque ahora el esquí va a ser esa ilusión por ir a la nieve, por subir a la montaña. Va a ser esa "desazón" que yo vivía por estas fechas, en mi infancia y adolescencia, cuando veía que hacía calor en Granada y que el invierno parecía que no iba a llegar nunca, o lo que es peor, que iba a llegar cálido y sin nieve
Va a ser mirar "la Sierra" desde Granada cuando está tapada, esperando ver blanquear sus sienes en cuanto se levanta su velo de nubes, comentando con los primeros fríos del octubre granadino, mientras te tomas la cerveza con su tapa, si el frío que hace el Graná es suficiente, no ya para blanquear la vieja cabeza de la anciana Sulayr, sino para que los cercanos "Alayos" de Dilar aparezcan blancos, señal inequívoca de que a más altura, las laderas nevadas te esperan amorosas y fieles año tras año
Revisas tu vetusto material de esquiar. Yo empecé con unas "chiruca" de lona, unos esquí de madera sin cantos y unos bastones de "bambú" a los que habían que revisar las correas de cuero de sus enormes arandelas. Era el momento de ir a Borland para llevarle tu viejo material, heredado de tu padre, para que te lo revisara y de paso asombrarte
viendo esos maravillosos esquís que venían de Austria o Suiza perfectamente embalados en sus cajas.Esos jerseys "noruegos" (de verdad noruegos
) con la lana que tenía un olor especial por su tratamiento anti humedad. O la "modernidad" de esos gorros de esquí, los famosos "pipolaki", que venían de la Francia republicana y que ya se sabe, tienen su origen en los gorros que tejían las "tricoteusses" mientras veían caer la guillotina
O cuando llegaron los primeros esquí de "fibra de vidrio" al Veleta Esquí, o las famosas botas de cuero, de "tensores", que te quitaban la molestia, pero también el solemne ritual de de cómo atarlos, al igual que las antiguas fijaciones, (las famosas "marker, larga correa"
que necesitaban de bastantes sesiones para poder enrollarlas en la bota correctamente
Pepe Borland y Pepe Requena en Granada, o Pepe Rivas en el Veleta Esquí de Sierra Nevada eran los generosos, amables y comrpensivos "sumos sacerdotes" de esos inventos que venían de fuera de España, en plena autarquía franquista, donde no teniamos ni para gasolina, lo que no importaba, porque tampoco había muchos coches
Te enseñaban esas "maravillas" y tu decías....¡quien puidera....!
No había tarjetas de crédito, ni crédito ( al menos para los jóvenes) . No podías pedirle dinero a tu padre....pero siempre te fiaban en Borland o en el Veleta Esquí; y si no todo el conjunto, cada año tenías algo para "estrenar". Algo que no parabas de contemplar y limpiar en tu casa y que te hacía desesperar ante el retraso de la nieve
Y llegaba el gran día. Ese día y ese momento especial en el que pones los esquis, nuevos o viejos, que más da, sobre la nieve. Y tienes miedo de que desaparezca bajo las suelas de los esquís antes de empezar el descenso........y esa aceleración del corazón al empzar a dar los primeros virajes, a veces sobre una nieve imposible.......
¿Y sabeis que os digo? Que yo echo mucho de menso esos tiempos. Eran tiempos de ilusión. ahora el esquí no es ilusión, es otra cosa. Es, en el mejor de los casos, diversión, y en el peor de ellos una "fiesta fatua" que como todo lo fatuo desaparece. El que tenga ilusión por esquiar, esquiará, y el que no pueda permitirse esta diversión pues no podrá hacerlo. Tampoco es que pierda nada, porque bien analizado este deporte que practicamos, es bastante monóntono e incluso puede llegar a ser aburrido el subirse a un monte para luego bajar a toda leche. Y además es caro.
Las ilusiones son baratas, las diversiones caras
Un saludo
