Por fin la FIS había otorgado varias pruebas de la Copa del Mundo de esquí alpino a los Pirineos. Lo hizo por partida doble. Baqueira Beret iba a organizar un Slálom especial el lunes 7 y un Gigante el martes día 8 de enero de 1985, y a La Mongie (anexionada ahora al Domaine du Tourmalet) le tocaba un Slálom especial el domingo 6, día de Reyes. Pero los tres magos de Oriente trajeron viento en lugar de nieve, y se tuvieron que suspender las carreras de la Vall d'Aran.
Por aquellos años se estaba viviendo un ciclo de poca nieve, que ya la temporada pasada venía dando sustos y que en la de 84-85 seguía igual (y seguiría a la siguiente). Así que la estación de la Vall d'Arán se encontraba con 70 centímetros de nieve en la zona de Beret que le habían caído y estaba guardando como un tesoro, pero un vendaval se la llevó de la Pista del Stadium, que es donde se debían correr las pruebas.
Allí estaba todo: lineas de teléfono, enlaces de televisión, gradas, marcadores, casetas, etc... y pese a que en la zona de Baqueira sí había nieve abundante (de 20 a 95 cm), todo era muy precipitado y casi imposible trasladarlo.
En la zona de Beret se podía esquiar en 'plan turista' afirmaba Carlos Arenado, por entonces Director Comercial de Baqueira Beret, pero aseguró que
"es impensable el poder disputar una competición. Sería una chapuza. Este año la estación no pudo abrir hasta el día 28 de diciembre, y el día 3 volvió a nevar pero a -14ºC. Esa nieve por tanto no es buena, pues cae helada.
Además, hubo ventisca que barrió la pista y la dejó convertida en una placa de hielo de poco espesor. No había base y, en cuanto hubieran pasado los primeros corredores, habrían aparecido las piedras. Era imposible disputar las pruebas"
A pesar de que se anunciaban nevadas en las próximas 48 a 72 horas, se decidió cancelar las pruebas de Copa del Mundo de esquí alpino en Baqueira Beret.
De todas maneras, a la FIS no le cogió por sorpresa puesto que ese invierno estaba siendo catastrófico para media Europa. La Copa del Mundo 84-85, al igual que la anterior de 83-84 se estaba caracterizando por la falta de nieve. Pruebas tan prestigiosas como el Criteriun de las Primeras Nieves, en Val d'Isére (Francia), no se habían podido disputar por esa causa. El calendario se estaba salvando gracias a la nieve de los Alpes italianos. De ocho pruebas masculinas, seis se desarrollaron en pistas italianas.
La FIS valoró positivamente la decisión. Les pareció una postura seria y coherente, siempre en palabras de Arenado, y además conocían el esfuerzo realizado y la ilusión que había puesto Baqueira Beret, según aseguró el por entonces responsable comercial de la estación,
"Lo que sí desprestigiaría a la estación, al país y a la propia FIS sería celebrarlas en malas condiciones. Sólo daría mala imagen a los que no entienden o no lo vean objetivamente"
Para febrero de 1986, Baqueira tenía concedidas otras pruebas para la Copa del Mundo femenina, pero nuevamente la nieve no apareció lo suficiente... La Mongie acabó organizando una de las pruebas, aunque aquejada también de falta de nieve, no pudo organizar la otra.
Eso sí, fuera como fuera, parecía que tenían que lograr ser los primeros en organizar una prueba de Copa del Mundo en el Pirineo. Por cierto, que la ganó Andreas Wenzel, de Liechtenstein, que acabó tercero de la General aquella temporada (primero fue Marc Girardelli).
Primeros en organizar una prueba masculina, porque la femenina al menos se la llevó La Molina este pasado mes de diciembre de 2008.
La suspensión de aquellas pruebas hizo que las pérdidas en los comercios del valle de Arán fueran cuantiosos, ya que además de dejar de ingresar por el gasto de espectadores, corredores, equipos, periodistas, etc..., habían preparado los bares, cafeterías o restaurantes para aquella ocasión.
Tan solo unos días mas tarde, ni una semana, la nieve empezó a caer con ganas, y los aficionados se lanzaron a esquiar. Hasta 10.000 por día acogía Baqueira Beret lo fines de semana.
La falta de nieve de aquella época, pese a que ahora nos asustamos por la falta de nieve que hubo hace dos y tres temporadas (ya olvidada con la cantidad que tenemos ahora), en la década de los '80 se vivieron años peores.
Las estaciones no estaban preparadas con cañones de nieve. Solo La Molina tenía sistema de producción propia con unos 30 aparatos, alguno fabricado por una empresa catalana, y el resto por la empresa York, pero el resto ni se lo estaban planteando, a excepción de Vallter 2000, que se acogió a una subvención de la Generalitat para invertir en nieve artificial y estaba haciendo pruebas con dos cañones al final de una pista.
En febrero de 1986, Jordi Farreny, por aquel entonces directivo de la empresa Pallars Turistic S.A., que explotaba las pistas de Llessui, afirmaba que ellos no necesitaban nieve artificial. Acabó cerrando.
También llevaba cerrada dos años Espot Esquí, y también La Tuca, en la Vall d'Arán. Eso sí, se especulaba con abrir una estación nueva: Port Ainé. Por aquel entonces, unas 300.000 personas al año esquiaban en Catalunya.