El ripollés Eloi Molas Roca, junto con su hermano Pau y su padre Oriol, ha fundado desde el garaje de su casa en Ripoll una nueva marca de esquís: Bullet, que del inglés traducido al castellano significa "bala".
"Nuestro objetivo era crear un producto muy mimado hecho de forma artesanal, pero que fuera tan resistente como los esquís industriales. Hemos estado tres años perfeccionando los modelos y tras ver que tenían demanda por parte de otros esquiadores, hemos decidido sacarlos a la venta.
Nunca pensamos en hacer una marca, era un proyecto para hacernos los esquís y compartir tiempo en familia".
"Empezamos porque teníamos ganas de hacernos nuestros esquís; en casa siempre nos ha gustado mucho este deporte, mis padres incluso habían sido profesores de esquí antes de que naciéramos nosotros". Ahora impulsados por la gente que nos pedía que lo hiciéramos, hemos acabado haciendo una marca".
En Ripoll, Eloi Molas y su padre Oriol pasan horas y horas cada día en el garaje de casa (que ahora han transformado en un pequeño taller para poder tener más máquinas y mejorar la fabricación de los productos) haciendo esquís.
La iniciativa comenzó en 2017, cuando Eloi vivía en Barcelona (donde estudiaba el grado de Arquitectura); su padre, que es fotógrafo, estaba en Ripoll (en la casa familiar donde ahora tienen el taller) y su hermano Pau, hacía un máster en Diseño de naves espaciales en Suecia, tal como explica Eloi, que con 26 años es el pequeño de los dos hermanos.
"Fue una forma de volver a conectar y obsesionarnos por un proyecto común".
Bullet Skis: diseñados y construidos en el Pirineo. @Oriol Moles
Construir las máquinas para fabricar esquís
Todo empezó con el diseño y construcción de una prensa neumática que les permitiera unir las maderas y las diferentes capas de fibras de carbono que conforman los esquís. Eli explica que
"Estábamos estudiando y decidimos que debíamos crearnos nuestra máquina porque tampoco se pueden comprar. El proceso duró dos años y todavía es la que utilizamos. !
Además, han sumado una segunda máquina similar -que también se han construido y que les permite estampar los diseños del acabado-, así como un desove para cortar los esquís y otra herramienta para acabar las suelas.
Eloi, con ayuda de su hermano Pau (que ahora vive en Suiza, donde también ha creado una empresa de satélites), diseña todos y cada uno de los modelos que fabrican.
"No soy el único de mi edad que emplean; creo que todo el mundo tiene la capacidad de hacerlo y basta con enamorarse y obsesionarse con un proyecto para salir adelante. La empresa de mi hermano y la que estamos arrancando conjuntamente son distintas, pero al final se trata de resolver problemas para conseguir hacer lo que quieres. Él para mí es una inspiración".
Los esquís que realizan en Ripoll tienen el núcleo de madera. "Ahora hay muy pocas marcas que así lo hacen", lamenta Eloi Molas, quien dice que el producto
"se está prostituyendo porque se construye con materiales más baratos que son más resistentes. En Bullet, inspirados en una marca suiza que todavía respeta estos inicios, hemos apostado por combinar la madera de fresno con la de paulownia para realizar los esquís resistentes y flexibles. Los hemos tirado desde un balcón, golpeado contra una pared con fuerza, doblado... de todo para comprobar que realmente aguantan".
Esto, lo han hecho porque Eloi es un gran "admirador de la artesanía", pero generalmente la percibe como una forma de construir
"que fabrica productos más delicados. Lo que hemos querido nosotros es hacer esquís artesanos y muy mimados, pero que fueran tan resistentes como los esquís industriales. Creo que lo hemos logrado".
En esta línea de apostar por la resistencia, los esquís que fabrican en Ripoll van recubiertos de varias capas de fibra de carbono que han aplicado, explica Eloi,
"gracias a las investigaciones de Pau en la industria aeroespacial. En apariencia, pues, se parecen mucho a unos de proceso industrial. Queremos que quien los utilice tenga una experiencia única sobre los esquís y note que el producto está muy cuidado, pero al mismo tiempo comparte características con uno de proceso industrial".
Protecciones olímpicas
Mientras han estado desarrollando los esquís, en el taller han fabricado protecciones para competición, palos y suelas, que también sacan a la venta. De hecho, como las protecciones son uno de los productos que han conseguido perfeccionar más rápido, ya las han utilizado deportistas de alto nivel en pruebas de la Copa del Mundo, así como en los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín 2022.
Ahora que comienzan una aventura empresarial, se posicionan como "la única marca en el mundo que hace esquís y protecciones".
Para el futuro, quieren poder crecer y dejar el taller de casa para llegar a disponer de más espacio y recursos para construir sus esquís.
"Me gustaría poder trasladarnos a una nave y tener más máquinas para fabricarlos.
El precio de los esquís que hacemos en Ripoll y sacamos a la venta no distará de los industriales porque aunque Bullet ha nacido como fabricante de esquís hechos a mano, cuya voluntad es industrializar todo el proceso para competir con las grandes marcas".
Otros fabricantes de esquís en España
En nuestro país tenemos un cada vez más grande grupo de fabricantes de esquís independientes:
- Coretti (Guipúzkoa) con una producción anual de unos 150 pares de esquís
- Cervi (Madrid) con un límite de producción entorno a los 100 pares al año
- Boreas (Navarra) que fabrica unas 20 unidades por temporada
- Blueberry (Aller, Asturias) con 15 pares por año
- Liken Skis (Pobla de Lillet, Barcelona) que en cuatro años ha lanzado 150 esquis
- Nord Esquís (Sort) fabricados por Josep Arisa, el carpintero de Sort
- Husta Skis (Salardú), con sede en la Val d'Aran
- Kustom Skis con taller propio en Granada.
A este grupo hemos de recordar que en España tenemos una de las mayores fábricas del mundo de esquí, la de Rossignol (Artés, Barcelona).
Eloi Molas en uno de los ski test de Bullet |
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