Este Aston Martin con esquís de James Bond no encuentra comprador

¿Cuánto cuesta un Aston Martin con esquís desplegables que fue usado pr James Bond 007 en 1987? Pues su propietario dejó que fueran los mismos interesados en comprarlo quién les pusieran precio a través de una subasta. Y hoy por hoy ese valor es de cero teniendo en cuenta que hace unos días nadie pujó por este vehículo. Sigue a la venta a la espera de que alguien siga cuanto quiere pagar por él y si el actual propietario acepta.

Desde luego se trata de una pieza con un valor especial para alguien muy fan de James Bond. ¿Quizás ha bajado el número de seguidores del agente secreto más famoso del cine?.

Aunque Alta Tensión se estrenó en 1987, el Aston Martin V8 a la venta es de 1973. La explicación a esta diferencia de años es porque para esa decimoquinta película de la saga de 007, se llegó a un acuerdo con la marca británica para que James Bond volviese a ponerse al volante de sus vehículos. Pero a la hora del rodaje no se pudo entregar ninguna unidad por el retraso en la entrega, que era de unos 18 meses. Así que los productores tuvieron que ingeniárselas para encontrar 10 modelos de la firma inglesa en el mercado de segunda mano.

Una persecución icónica

The Living Daylights se estrenó en España el 10 de julio de 1987 bajo el nombre de "007: Alta tensión", 10 dias después de hacerlo en el Reino Unido. Fue la decimoquinta película de la franquicia del agente secreto, y presentaba por primera vez al británico Timothy Dalton como James Bond, quién protagonizó espectaculares persecuciones con el KGB, combatientes muyahidines y una bella violonchelista (y francotiradora) interpretada por la actriz Maryam d'Abo.

La película también supuso el regreso de Aston Martin a James Bond como el vehículo elegido por el Servicio Secreto de Su Majestad tras un largo paréntesis. Un acuerdo negociado por el entonces presidente de la marca, Victor Gauntlett. Dos modelos de Aston Martin aparecieron finalmente en la pantalla. El primero era un V8 Volante descapotable (el automóvil personal del propio Victor Gauntlett) que fue totalmente customizado por el equipo de Q Branch, donde e pusieron un techo techo duro tras una breve escena de la película, para hacerlo más 'invernal'.

A partir de ese momento, Bond conduce un V8 Saloon por las calles de Europa del Este y cruza un lago helado en una memorable escena de persecución por las montañas. Ambientada en la Unión Soviética pero rodada en Austria, la escena de la persecución en la montaña es una de las más memorables de la película y es un homenaje obvio a la persecución de Goldfinger, pero con gadgets actualizados.

Después de que un tanque le reviente una de las ruedas delanteras, Bond acciona un interruptor que despliega unos esquís por los lados del coche, lo que le permite continuar a toda velocidad por el lago helado. Cuando se aproxima a un salto, 007 pulsa otro botón que activa un cohete propulsor trasero, lo que le permite tomar más velocidad y facilitar su huida.

Un arduo trabajo de customización

El coche de la película era un flamante V8 Saloon coupé con techo solar, gris Cumberland y repleto de artilugios... o eso les pareció a los espectadores. En realidad, fue necesaria una buena dosis de magia cinematográfica para poner a Bond al volante. Debido a una lista de espera de 18 meses, Aston Martin no podía suministrar coches nuevos a EON Productions para el rodaje, por lo que el equipo de producción buscó un puñado de Aston Martin V8 en el mercado de segunda mano y los modificó para el rodaje.

La configuración y el estado originales no importaban, siempre que en la pantalla parecieran una berlina V8 nueva. Además de los coches utilizados en el rodaje, durante la producción se crearon (y destruyeron) varias réplicas de atrezo, que no eran más que carrocerías de fibra de vidrio fabricadas por el estudio.

Como es habitual con los coches de cine, el montaje creativo dio vida a todo y produjo un resultado final convincente. Los primeros planos del funcionamiento de varios artilugios, como los esquís desplegables, no eran efectos prácticos incorporados a coches reales. En su lugar, se instalaron aparatos estáticos en los V8, y las tomas de los mecanismos en acción se realizaron en gran parte en maquetas de fibra de vidrio. Con un montaje inteligente, estas tomas se integraron perfectamente en las escenas de conducción.

Se sabe que en el rodaje de 007: Alta Tensión se utilizaron cuatro Aston Martin reales y siete carcasas de fibra de vidrio. El coche que se ofrece ahora, conocido internamente en EON Productions como coche número 10, es uno de esos cuatro coches de carretera.

Las andanzas del coche número 10

El primer propietario del V8/10596/RCA nunca podría haber imaginado que su coche sería conducido más tarde por James Bond en la gran pantalla. Terminado de fabricar por Aston Martin el 27 de octubre de 1973, según el certificado del British Motor Industry Heritage Trust que obra en sus archivos, este coche fue enviado al concesionario Plough Motors, Ltd. el 31 de agosto del año siguiente. Se comercializó en el Reino Unido con volante a la derecha, acabado en verde Tudor metalizado y equipado con inyección de combustible y caja de cambios automática.

Una vez adquirido por EON Productions en 1986, se modificó para que pareciera el modelo más nuevo con una carrocería trasera actualizada en fibra de vidrio, un capó con especificaciones de carburador, llantas actualizadas y una nueva combinación de colores. Por razones de continuidad, se añadió un techo simulado para que coincidiera con el de los otros coches. La parte trasera actualizada del coche incluía un propulsor de cohete simulado, y se colocaron esquís desmontables en los laterales del coche. También se instaló una jaula antivuelco para garantizar la seguridad del equipo durante el rodaje, junto con gruesas placas de acero en los bajos.

Al final de la emocionante escena de persecución, el motor y la transmisión se desmontaron para aligerar el coche. Una etiqueta de envío descolorida que aún se encontraba en una de las ventanillas del coche confirmaba que se trataba del coche número 10 de EON Productions.

Al finalizar el rodaje, el coche permaneció en condiciones de uso cinematográfico y fue conservado por EON Productions hasta 1995. Según consta en una carta de octubre de ese año, fue vendido junto con el DB5 de Goldeneye al conocido coleccionista de James Bond Peter Nelson, de Keswick (Inglaterra). Este hombre mantenía una relación especial con EON Productions, a la que compraba regularmente vehículos y recuerdos una vez finalizado el rodaje de cada película de Bond para exponerlos en su Museo 'Motor Cars of the Stars'. De las cuatro berlinas V8 utilizadas en la película The Living Daylights, EON Productions se quedó con una y vendió las otras tres a Nelson.

Tras nueve años formando parte de su colección, Peter Nelson vendió en 2004 este Aston Martin V8 a un entusiasta estadounidense que lo mantuvo en exposición hasta 2021. Nelson vendió toda su colección unos años más tarde a otro entusiasta estadounidense, que aún posee los otros dos Aston Martin de 007: Alta Tensión.

Se puede conducir como James Bond

El actual propietario del V8/10596/RCA deseaba devolver el coche a la carretera. Buscó un V540 V-8 carburado (con mejoras específicas para el Vantage), junto con una caja de cambios manual ZF de cinco velocidades, y finalmente se reinstalaron 35 años después de que se retiraran los elementos originales para la escena de la película.

Se reparó la corrosión de los bajos, se pintó el frontal y se revisaron todos los sistemas mecánicos. El antiguo propietario fabricó una consola central desmontable con interruptores ficticios para los aparatos y un botón de autodestrucción para su uso como expositor, que permanece con el coche.

Durante la exhaustiva puesta a punto, también se modificó el cohete propulsor trasero ficticio para que lanzara llamas reales, de modo que el próximo propietario pueda vivir como es debido la experiencia James Bond. Con los esquís ahra más facil para desplegar y el mencionado cohete propulsor, el The Living Daylights V8 se convertirá en el centro de todas las miradas.

Con uno de los cuatro coches de la película The Living Daylights em manos de EON Productions, y dos en una gran colección privada, este Aston Martin V8 presenta una oportunidad irrepetible de adquirir un auténtico Aston Martin de James Bond completo con artilugios Q. Sería el coche ideal para que su próximo propietario lo llevara a The Ice St. Moritz, devolviendo una vez más el coche al entorno helado para el que fue construido.