Tignes cerró su glaciar esquiable el pasado domingo 23 de julio. Lo habitual en estos últimos años es que volviera a ponerse en marcha entre finales de septiembre y principios de octubre, pero acaba de anunciar que este 2023 no abrirá sus primeras pistas de esquí hasta el 25 de noviembre.
La historia del esquí de verano en Tignes se remonta a 1968, cuando puso en marcha por primera vez el telecabina Grande Motte hasta el glaciar desde Val Claret. Se unía así a Chamonix, Alpe d'Huez y su vecina Val d'Isère, y registrando un logo que le hizo famosa durante muchos años: "365 días de esquí al año".
La apuesta tuvo mucho éxito, hasta el punto de que en 1975 se tiene que cambiar el teleférico de la Grande Motte por otro que duplicase su capacidad.
Lamentablemente la bajada del interés por seguir esquiando en verano a medida que se abrían nuevos destinos de playa gracias a la mejora de comunicaciones por autopista y sobre todo la aparición de las lineas aéreas de low-cost, puso en complicaciones el esquí de verano. Pero ha sido la progresiva subida de las temperaturas en verano las que han dado la estocada definitiva.
Ya en 2005 el glaciar de la Grande Motte de Tignes sufrió enormemente el calor del verano de aquel año y la llegada de arena del desierto del Sáhara que acabó por acelerar el deshielo. Situación que se acrecentó el pasado 2022, cuando incluso se tuvo que cerrar antes de lo programado.
Ante esta situación, los responsables de Tignes dejan la puerta abierta a adelantar el año que viene la temporada de esquí de verano a la primavera. Tal como ha anunciado su vecina Val d Isere y Les 2 Alpes, ya no habrá una semana de descanso para preparar las instalaciones tras la campaña de invierno que concluirá el 5 de mayo. Al día siguiente día 6, los remontes de la zona del glaciar girarán de nuevo hasta finales del mes de junio, puede que hasta julio.
La última vez que Tignes logró abrir prácticamente todos los meses fue en 2011. Ese año se cerró a finales de septiembre, se hizo una pausa para el descanso del personal y revisión de remontes, y en octubre se abrió de nuevo para el esquí. Desde entonces los estudios realizados por la estación indican que la masa del hielo del glaciar ha disminuido un 30%, a falta de saber los datos de este 2023.