Una oficina de correos, cuatro médicos, unos cincuenta comercios y oficios. Uno 1.200 empleos en invierno: Les Angles, en los Pirineos Orientales, rebosa actividad gracias a su estación de esquí, mientras que otros pueblos de montaña luchan por mantener su economía y sus servicios públicos.
El alcalde y oriundo de esta localidad de 500 habitantes a 1.600 metros de altitud, Michel Poudade, está enfadado por el
"maltrato al esquí. Las críticas de los movimientos ecologistas, están desconectadas de la realidad de quienes aspiran a vivir en estos valles. La estación de esquí es lo que mantiene viva a la gente. Sin ella, es la muerte de los pueblos de montaña, del desierto"
La industria del esquí, que factura 70 millones en el municipio, genera 1.200 empleos locales en invierno, pero en verano se mantienen 800 de ellos. Según el Gobierno francés, unos 120.000 empleos en Francia dependen de la apertura de las estaciones de esquí.
A pesar de que este invierno ha comenzado mal por culpa de un invierno seco y con temperaturas más suaves de lo habitual, Les Angles ha conseguido salir adelante con el 75% del dominio esquiable abierto gracias a producción propia de nieve. Mientras los ecologistas anuncian el fin de las estaciones de esquí ávidas de energía y agua, Poudade les augura un futuro que además es necesario.
Pone el ejemplo de la docena de placas con nombres de médicos que se pueden ver en la pared del centro médico: doctor, fisio, osteópata, enfermera. Lydie Marty, una jubilada de 64 años, asegura a la agencia AFP que
"Cuando decidimos trasladarnos aquí para nuestra jubilación, lo que nos hizo decidirnos fue que podíamos encontrar todas las infraestructuras esenciales, teníamos cita con el médico para el día siguiente. Mejor que en la ciudad"
Unos kilómetros más allá, en el pueblo de Matemale, Mathieu Salesne ha abierto una cervecería artesanal. La demanda, tanto en invierno como en verano, es tal que se ha ampliado rápidamente y ha creado dos puestos de trabajo durante todo el año, dice a AFP, mientras sirve una cerveza caliente con un toque de miel, una alternativa al tradicional vino caliente.
Pierre Torrente, geógrafo de la Universidad Jean-Jaurès de Toulouse y presidente de la asociación Transition des territoires de montagne, explica que desde el declive de la agricultura de montaña, la industria textil y la minería,
"el esquí ha sido esencial para la vida de los valles, es el principal empleador. El reto es ahora romper con la monoactividad del esquí, basada en una materia prima de alto riesgo, debido a las condiciones meteorológicas y a la incertidumbre del manto nivoso".
Para hacer la transición, las estaciones deben, por ejemplo, ayudar a los agricultores a instalarse, favorecer la venta de su producción en circuitos cortos e implantar una multiactividad en los valles de aquí a 2050.
Hasta entonces, algunas pocas estaciones de esquí podrán durar un poco más. Las que no tienen las condiciones financieras ni climáticas, y que están a cuentagotas (por parte de las autoridades), mientras haya cuentagotas".
En 2022, el volumen de negocios de la autoridad municipal de Les Angles que gestiona la zona de esquí alcanzó los 11 millones de euros, y añade el Alcalde:
El corazón del pueblo de Les Angles ha conservado su carácter, casas de piedra del siglo XII, callejuelas estrechas alrededor de la iglesia.
A los pies de la estación de esquí, la calle principal, repleta de restaurantes, casas de vacaciones y tiendas de alquiler de esquís, asciende y luego serpentea por la ladera de la montaña entre acogedores chalés de madera. Para que la estación de esquí mantenga su rango, el alcalde aboga por "diversificar, invertir y subir de categoría".
Recientemente, un proyecto de construcción de nuevos edificios provocó protestas en el pueblo, situado en el Parque Natural Regional de los Pirineos Catalanes. Jean-Luc Sautier, del colectivo Bien vivre en Pyrénées catalanes, advierte que
"Es un proyecto de desarrollo inmobiliario totalmente desmesurado, a costa de las tierras agrícolas y de la naturaleza.
Hay que frenar la expansión urbanística, no podemos seguir desfigurando la montaña. Hay que densificar, rehabilitar según los gustos actuales. Hay una bulimia de construcción, mientras que la locura por el esquí alpino está decayendo. Espero un cambio de mentalidad por parte de los cargos electos.
Las inversiones realizadas en la producción de nieve artificial, o que hacen es quemar dinero en inversiones insostenibles".
