Al Pirineo de Huesca le está yendo tan bien con el turismo, que ahora no solo llegan visitantes en la temporada de esquí sino que se está viendo una tendencia clara hacia el verano. Hosteleros, restauradores y hasta estaciones invernales pueden estar contentos al ampliar sus ingresos durante más meses del año. También los propietarios de apartamentos, que están viendo que alquilar por semanas es más rentable que hacer contratos de larga duración o por temporadas.
La consecuencia es que los empleados que llegan solamente para los meses de temporada turística cada vez lo tienen más difícil para encontrar una vivienda donde alojarse los meses de trabajo. Actualmente muchos están teniendo que irse tan lejos que tienen que firmar un contrato de media jornada. Otros simplemente descartan la idea y se buscan otro destino laboral.
Así lo denunció hace unos días el sindicato UGT, quién advirtió que muchas personas con sueldos de 1.200 euros se tienen que enfrentar a alquileres de 800 euros. Nada que no se vea también en las grandes ciudades, donde muchos jóvenes se ven en la obligación de compartir piso o no dan el paso de la emancipación hasta que lo hacen en pareja.
Pero mientras en las grandes ciudades el puesto de trabajo 'obliga' a buscarse la manera de pagar lo que sea, en el Pirineo el empleo es temporal, por lo que nadie se ve obligado a ir y se hace más por otro tipo de intereses como el rendimiento de la nómina.
La situación todavía no está siendo tan dramática como Ibiza, donde más allá de los precios altos lo que hay es mar. En el Pirineo siempre hay un pueblo más lejos donde ir, pero esto supone un gasto extra al trabajador. Empresas como Aramón pagan el desplazamiento hasta sus estaciones de esquí si demuestran que tienen un contrato de alquiler. En otros caso hay ayuntamientos que se han puesto a construir vivienda social para dar alternativas.
Desde el sindicato se denuncia que si bien la situación aún no está tan tensionada como Ibiza o Málaga, cada vez queda menos para que sea similar. Y esto repercutirá en el servicio que se de al turista. Si no hay trabajadores suficientes todo tarda más.
El Valle de Tena es uno de los más afectados donde por un apartamento de 50 m2 han llegado a pedir 800 euros/mes. En Benasque la situación es similar mientras que en el del Valle de Aragón todavía hay mejor oferta, no por falta de demanda sino porque hay mucha más oferta de vivienda.
Y esta es una de las razones por las que algunos Ayuntamientos como el de Panticosa, Aínsa, Biescas, Canfranc o Sallent de Gállego se han puesto manos la obra para poder aflojar esta tensión que no solo afecta ya al mercado laboral, sino a los propios jóvenes que que quieren emanciparse en la zona. Por eso algunos de ellos han lanzado proyectos para construir vivienda social. El alcalde de la localidad panticuta Jesús Maria Úriz aseguraba hace unas semanas a el Heraldo de Aragon que
«Tenemos un problema muy grande. La gente que se quiere establecer aquí tiene que pagar unos precios por una vivienda de alquiler como si fuera un turista. Una apartamento está sobre los 800 euros, cuando el sueldo de un empleado de la estación de esquí o de un camarero oscila entre los 1.200 o 1.300. Es inasumible a no ser que lo compartan»
Para poner solución en Panticosa se está rehabilitando un antiguo edificio de la Diputación Provincial de Huesca para reconvertirlo en unos 15 apartamentos de 50 m2 y otros 5 algo mas pequeños para personas mayores. Se calcula que el precio medio de alquiler estará entorno a los 300 euros.
Pero hay otra cosa que se pide. Y es emular a ayuntamientos como el de Barcelona y poner coto al alquiler de apartamentos turísticos. Boltaña ya lo ha hecho después de ver que no tenían oferta ni para los profesores o médicos. Y es que esta situación no solo afecta a los trabajadores de restaurantes, hoteles y estaciones de esquí sino también a profesionales que ayudan a asentar la población.
Y es que la falta de vivienda para trabajadores puede dar al traste con un objetivo largamente demandado en estos valles de montaña: la estabilización de la población. Con el alargamiento de la temporada turística a ocho meses al año gracias al verano, se está logrando que mucha gente ya pueda quedarse los 12 meses, pero ante la falta de un lugar donde vivir, acaban buscando otro lugar. Así lo ha señalado el secretario general de UGT en Aragón a El Heraldo de Aragón,
"La temporada turística se alarga cada vez más, hasta los ocho meses en algunos casos, ya no son los tres o cuatro de la nieve. Se genera un empleo cada vez más estable, pero choca con la falta de alojamiento para los trabajadores. La causa es en buena medida el auge de las viviendas turísticas, que sacan muchos pisos del mercado de alquiler y provocan un alza de los precios.
La solución está en la intervención pública para generar viviendas de alquiler para trabajadores, y los fondos de Recuperación europeos son una oportunidad.
Es una cuestión de dignidad humana. No se puede consentir que se apiñen en el sótano de un hotel, una habitación con literas para ocho personas o en autocaravanas".
El hecho de facilitar que estos empleados se queden más de esos cuatro meses y se establezcan en el territorio ayudaría a combatir la despoblación, porque el reequilibrio territorio no se consigue pensando en la instalación de una gran industria, destaca UGT.