Aunque las cartas ganadoras ya están puestas sobre la mesa, el Comité Organizador de Salt Lake City 2030 no quiere dejar nada al azar. Fueron los primeros en recibir la visita de una delegación del COI el pasado mes de abril, cuando durante tres días se dedicaron a hacer un recorrido por las instalaciones donde se espera organizar las competiciones olímpicas.
Ahora también han sido los primeros en plantarse en Lausanne, para explicar con más detalle a la Directora de la "Comisión Anfitriona de los Juegos Futuros del COI", Jacqueline Barret, todos los detalles que más importa al COI. Allí les esperaba también el Presidente del COI, Thomas Bach. El presupuesto de Salt Lake City se ha cifrado en 2.200 millones de dólares a fecha de 2022.
Hasta Suiza, este pasado miércoles viajó el CEO del Comité para los Juegos de Salt Lake City-Utah, Fraser Bullock, quien ya fue director de operaciones cuando esta ciudad fue sede olímpica en 2002; a quién acompañó una representando del Gobernador de Utah, algunos técnicos de la Candidatura, así como dos deportistas olímpicas, una de ellas patinadora, y la otra la ex-corredora de Copa del Mundo, la esquiadora Lindsey Vonn, quién actualmente vive en Park City.
De esta manera quieren demostrar lo en serio que van a por los Juegos Olímpicos. Otra cosa es si se llevarán los de 2030 o los de 2034. Como parece ser que el COI está abierto a ir concediendo candidaturas de dos en dos, como pasó con París 2024 y Los Angeles 2028, los de Utah han preparado un dossier tanto para una edición como la otra.
El único pero que se plantea, es que si Los Angeles ya tiene unos Juegos (de verano) en 2028, para el COI no sería conveniente conceder otros tan seguidos, ya que puede que muchos patrocinadores no quisieran sumarse. Los esfuerzos de inversión que se hacen en unos Juegos son muy fuertes, y muchas veces se rentabilizan en tres o cuatro años. Teniendo el mercado norteamericano cubierto, las empresas no querrían volver a meterse.
Por eso, y dado que Sapporo también va con los deberes muy bien hechos y con las mismas ganas de unos Juegos de Invierno, desde Salt Lake City se valora positivamente que se les de a los japoneses los de 2030, y a los estadounidenses los de 2034. De esta manera habrá pasado seis años desde la edición olímpica de verano Los Angeles 2028.
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Lindsey Vonn estuvo en Lausanne (Suiza) apoyando Salt Lake City 2030
Vancouver 2030 todavía va con cierto retraso, y no fue hasta este pasado martes que pudieron presentar un proyecto de repartición de sedes que no es más que un concepto, y que dista mucho de ser algo que se pueda presentar al COI para ser elegible como candidata oficial. La situación está tan mal, que de hecho esta semana reconocieron que es posible que acaben retirándose.
Si presentar una candidatura de los Pirineos está siendo compleja, la de Canadá todavía es más complicada. Tienen que llegar a un acuerdo los líderes de las Cuatro Primeras Naciones, al menos dos municipios, el Comité Olímpico de Canadá, la Provincia de Alberta y el Gobierno Federal. Sin duda alguna, podría ser el más rocambolesco de la historia olímpica.
Además, ahora sí quieren hacer una consulta entre los ciudadanos. Se han dado un plazo hasta el mes de diciembre para acabar de unir flecos, pero para ese mes el COI ya habrá tomado una decisión, la que le aconseje la Comisión Anfitriona de los Futuros Juegos Olímpicos. Luego en el mes de mayo o junio de 2023, se anunciará públicamente en el Congreso de Mumbay (India).
De las aspiraciones de los Pirineos, ya casi todo el mundo las da por perdidas.