Contaba hace unos años Robert Redford que volviendo a su casa de Santa Monica en California en los '50, pasó por delante de Mount Timpanogos, un pico de 3.582 metros, el segundo más alto de Utah, que al actor le pareció recordar al Zermatt de Suiza. Tan prendado quedó de aquella zonas, que decidió volver regularmente, hasta que un buen día en el pequeño pueblo de Provo conoció a su mujer, y allí mismo se casaron pocos años después. En 1961 juntos compraron un par de acres de terreno y levantaron una pequeña cabaña.
A finales de la década de los '60, Robert Redford era ya un carismático actor con varias películas a su espalda, entre ellas dos que marcarían la creación de Sundance Resort : Butch Cassidy and the Sundance Kid (en España: Dos hombres y un destino) y Downhill Racer (El descenso de la muerte).
La primera dio nombre a lo que sería el proyecto de su vida, una comunidad en las montañas de Wassatch (Utah) donde artistas y actores encontrarian un lugar para reunirse y plasmar sus ideas. Así que compró unos pocos acres más de terreno en la zona y levantó algunas cabañas para alojar invitados.
Pero para que todo aquello tuviera una viabilidad económica había que crear algún tipo de negocio.Y es así como Downhill Racer, la película que narra la historia de un granjero americano que logra ser un esquiador olímpico, le dio la idea para fundar una estación de esquí que abrió en 1969. Compró Timphaven, una pequeña colina con un remonte que un matrimonio de pastores de ovejas había montado para los aficionados de la zona. Poco después añadió más terrenos y fue montando las cabañas estilo montañés que se podían ver en su película "El Descenso de la Muerte".
Estamos ya a finales de los '60, y el esquí en Utah está comenzando a desarrollarse mucho, igual que pasa en otras zonas de las Rocosas americanas. Así que Robert Redford junto a la ayuda de algunos amigos, invierten en la compra de 3.000 acres de terreno para tratar de conservar la pureza de aquellas montañas. Todo un visionario teniendo en cuenta que por aquella época no existía ni por asomo el movimiento ecologista y conservacionista que se vive actualmente.
Y esa misma visión es la que le ha permitido vender ahora Sundance Mountain Resort a dos empresas y un objetivo: mantener la esencia de lo que es esa estación de esquí. La planificación de la retirada activa de las personas es difícil. Nadie quiere enfrentarse a lo que significa el final de su vida. Para alguien que tiene un patrimonio importante, siente el final de una larga carrera empresarial, deportiva, etc.. puede ser aún más complicado. La mayoría de estos inversores no pueden darse el lujo de esperar años para encontrar al comprador adecuado, pero el acuerdo de Redford demuestra que planificar con anticipación puede ser crucial para construir una estructura que respalde la visión del vendedor y demuestra que una vez más, el actor tiene una mente capaz de trabajar muy a largo plazo.
Los nuevos compradores son Broadreach Capital Partners y Cedar Capital Partners. Dos empresas de capital que, aunque tienen mucha experiencia en resorts vacacionales, tienen un nulo conocimiento acerca del turismo de esquí y deportes de invierno. Por eso han contratado a Bill Jensen, ex-CEO de Telluride y ex-directivo de Intrawest, que en el pasado fue una de las mayores empresas operadoras de estaciones de esquí en Norteamérica.
Sundance sigue siendo una estación sin colas y con pocas aglomeraciones visitado sobre todo por esquiadores locales y estudiantes de la Brigham Young University. Si es conocida es porque Robert Redford es el propietario, y porque cada año se organiza allí el Sundance Film Festival, uno de los encuentros más importantes del mundo de cine independiente. La venta de la estación, de la que no se sabe el precio, no incluye este certamen, así como otros activos ligados al actor, como el Sundance Institute, Sundance Catalog, Sundance TV o el Redford Centre. Además se comprometen a seguir acogiendo el certamen.
No obstante los nuevos propietarios han anunciado algunos de sus proyectos, entre ellos duplicar el area esquiable desde los 450 acres (con 42 pistas de esquí) a cerca de 850, montar tres nuevos telesillas, ampliar el aparcamiento, los servicios para esquiadores, así como construir un alojamiento de 50 a 75 habitaciones en el pueblo. Actualmente se mantienen las 95 cabañas que el actor fue levantando durante estos años, así como unas 200 casas privadas. Aunque todas ellas están a precios prohibitivos para el turista medio americano siguiendo lo que es la tendencia del turismo de invierno en aquella parte del mundo, ambas partes entienden que para seguir dando viabilidad económica tienen que ampliar su oferta especialmente para el mes de enero, cuando aquello se llena de aficionados a las películas.
La venta de Sundance Mountain Resort incluye también 2.600 acres de terreno, aunque 1.845 de ellas están preservados para su conservación según un acuerdo al que llegó Robert Redford meses antes, cediendo parte de estas tierras a una fundación a la que ha llamado Redford Family Elk Meadows Preserve.