El esquí en el Pirineo francés está sufriendo una fuerte transformación. Allí hay más de 40 estaciones de esquí, muchas de ellas de pequeño y mediano tamaño, que están viendo como los grandes complejos invernales se están quedando con sus clientes. La mejora en las comunicaciones hace además que los esquiadores puedan elegir cualquier destino llegando cómodamente en coche. Es más, esta modernización de carreteras y autopistas, hace que incluso los Alpes queden a una distancia en coche bastante razonable para pasar las vacaciones de verano o escolares.
En los últimos años ya hemos visto como estaciones como Cerdagne Puigmal o Puyvalador tenían que cerrar por la fuerte competencia, y en los próximos invierno seguiremos viendo como otras tendrán que hacer lo mismo. Es el caso de Camurac Ski, donde varias comunidades y asociaciones de pueblos de Pyrénées Audoises ya piden abiertamente que se cierre definitivamente una estación que lleva siendo deficitaria desde hace años.
El año pasado solo pudo abrir 5 días, y este invierno no se sabe que pasará con el COVID. De momento se ha pedido que esta temporada se quede cerrada, y hablar sobre el futuro de este centro enfocado a un público familiar, que también capta ahora otras grandes estaciones como su vecina Ax-les Thermes a escasos 25 km.
Las asociaciones aseguran que hasta otras cinco estaciones de esquí están captando no solo a los esquiadores de Camurac, sino que también los clubes se están yendo a esos otros complejos invernales.
El público de Cammurac Ski es prácticamente local. Suele subir y bajar el mismo día. Apenas hace gasto en los comercios y restaurantes locales y cuando busca estadías más largas escoge otros destinos. Por todo esto, se quiere debatir si tratar de hacer un centro 4 estaciones o cerrarla definitivamente. Sobre todo para una región, la del Aude que está entre las más pobres de Francia y no puede permtirse meter dinero en lo que han denominado como un pozo sin fondo.